El papa Francisco comenzó el sábado su primera visita a Cuba, que lo aguarda con la vista puesta en qué más puede hacer para ayudar a que avance el acercamiento de la isla con Estados Unidos, enemigos durante la Guerra Fría.

El pontífice salió el sábado por la mañana desde Roma en un vuelo especial de Alitalia y aterrizó en la tarde en el aeropuerto internacional de La Habana. Allí fue recibido por el presidente Raúl Castro.

Horas antes de su arribo, cientos de personas se acercaban a las calles por donde el papa pasará rumbo a la Nunciatura en La Habana.

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"¡Se ve, se siente, el papa está presente!", "¡Se oye, se siente, la iglesia está presente!", coreaba un grupo de personas sobre la avenida 31, cerca de la Nunciatura, entre quienes había monjas y cinco salvadoreñas.

"Venimos por la visita del papa, porque somos católicas", dijo la salvadoreña Sandra del Moreno, de 51 años. "Nos encanta este papa, pero nos hubiera gustado que nos visite al Salvador", añadió esta mujer que vino con cuatro amigas desde San Salvador.

Unas cuadras más allá, tres niños jugaban con una pelota de trapo. "¡Va a pasar el papa Francisco!", dijeron a coro Kevin Duvergel, de 10 años, y Marlos Dueñas, de 9, sobre por qué están ahí junto a la calle y cerca de la Nunciatura.

Desde antes del mediodía, la gente subía a camiones que los llevarían hacia diversas zonas por las que pasará Francisco.

El gobierno cubano se ha esforzado para que la gente vaya a las calles a recibir al pontífice de 78 años, e incluso ha ofrecido a la gente un día de paga, meriendas y transportación a trabajadores estatales para que se desplieguen por la ruta donde pasará el papa.

"Esta visita del papa creo que es un aire de esperanza que sopla sobre Cuba, sobre todo por el papel que jugó el papa en el restablecimiento de las relaciones Cuba-Estados Unidos", dijo Diego Carrera, un jubilado de 71 años.

El pontífice estará cuatro días en Cuba antes de seguir hacia Estados Unidos, también su primera visita a esa nación.

Francisco es el tercer papa que visita Cuba en las últimas dos décadas: Juan Pablo II estuvo en 1998 y Benedicto XVI en 2012.

La cancillería cubana informó que la presidenta argentina Cristina Fernández llegó a Cuba el sábado por la mañana. La mandataria ya había anunciado que viajaría para estar presente durante la visita de Francisco.

"Fue muy importante lo que él hizo para las relaciones Cuba-Estados Unidos", dijo Geoberti Salas, un ingeniero de 45 años. "Para nosotros es un honor irlo a recibir y un estímulo porque vemos que se están dando pasos y esperamos que a partir de esta visita eso se acelere para un mejoramiento".

Las calles por las que pasará lucían banderas del Vaticano y de Cuba, así como varios carteles con su imagen y la leyenda "Bienvenido papa Francisco".

A lo largo del camino que va de La Habana al aeropuerto, los negocios se preparaban para cerrar hacia el mediodía.

"Yo soy católica y yo sí me voy a parar en la puerta porque quiero ver al papa", dijo Anabel Cotello, de 25 años y trabajadora de la cafetería "El Rápido" sobre la avenida Boyeros.

Comentó que les dijeron que cerraran al mediodía y hasta que el papa pase por ahí, además de que tienen prohibido vender bebidas alcohólicas.

La única actividad pública prevista el sábado es la recepción oficial en el aeropuerto. Luego el papa tiene previsto salir hacia la Nunciatura Apostólica en La Habana, donde se alojará.

El grueso de las actividades en la capital cubana las tendrá el domingo, cuando oficiará su primera misa masiva en la Plaza de la Revolución, acudirá al Palacio de la Revolución, visitará la catedral y se reunirá con religiosos y jóvenes.

Un jesuita argentino, el papa ha sido un crítico de los excesos del capitalismo, algo que ha gustado al presidente cubano, quien incluso comentó este año que si Francisco se mantiene en esa línea, él volvería a la Iglesia católica.

Tanto Castro como el presidente estadounidense Barack Obama han reconocido el papel del papa en el acercamiento reciente entre Cuba y Estados Unidos.

El secretario de Estado pontificio, el cardenal Pietro Parolin, dijo que el Vaticano espera que el restablecimiento de relaciones se traduzca en el levantamiento del embargo que hace más de cinco décadas impuso Washington a la isla.

El exsacerdote brasileño Frei Betto, propulsor en las décadas de 1970 y 1980 de la Teología de la Liberación como opción para los pobres, consideró que Francisco "está haciendo una verdadera revolución" en la Iglesia católica y que ha roto tabúes en algunos temas, como por ejemplo los relacionados con la familias.

Recientemente, por ejemplo, el papa emitió una norma para acelerar y simplificar la nulidad matrimonial. Además se ha pronunciado por que la iglesia acepte a los católicos divorciados que vuelvan a casarse.

Betto dijo que la izquierda latinoamericana "está muy feliz con el papa Francisco", en buena parte porque "tiene claramente una opción con los pobres y que denuncia las causas de las injusticias, no sólo los efectos".