Los dos hombres acusados del atentado antisemita que dejaron 15 muertos la semana pasada en una playa de Sídney "planearon meticulosamente" el ataque durante meses y realizaron entrenamientos “tácticos” en el campo, reveló la policía en documentos judiciales publicados este lunes

Un hombre y su hijo están acusados de disparar contra una multitud que celebraba la festividad judía de Janucá el 14 de diciembre en la famosa playa de Bondi.

Sumido en el duelo, el país guardó un minuto de silencio el domingo, exactamente una semana después de los primeros disparos, que estuvieron motivados, según las autoridades, por la ideología del grupo yihadista Estado Islámico (EI).

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De acuerdo con los documentos policiales, ambos sospechosos habían realizado antes del tiroteo un “entrenamiento con armas de fuego” en lo que se cree que era la zona rural del estado de Nueva Gales del Sur, donde está ubicada la playa de Bondi.

La policía asegura que los sospechosos “planearon meticulosamente” el ataque por meses y revelaron fotos que los muestran disparando escopetas y moviéndose de “manera táctica”.

También se encontró un video en el teléfono de uno de los hombres en el que se los ve repudiando a los “sionistas” frente a una bandera del grupo EI, al tiempo que recita un pasaje del Corán y detallan sus motivaciones para el ataque.

Los documentos revelan además que los presuntos atacantes realizaron un viaje de “reconocimiento” a la playa días antes del ataque, uno de los más mortíferos en el país en décadas.

Poco antes, el primer ministro australiano, Anthony Albanese, reiteró que impulsará leyes más estrictas contra los discursos de odio y el extremismo, y pidió disculpas a la comunidad judía del país.

No vamos a permitir que ganen los terroristas inspirados por el EI. No dejaremos que dividan nuestra sociedad y superaremos esto juntos”, aseguraron a los periodistas.

“El Gobierno trabajará cada día para proteger a los judíos australianos, para proteger su derecho fundamental como australianos, a estar orgullosos de quiénes son, a practicar su fe, a educar a sus hijos y a participar en la sociedad australiana de la manera más plena posible", prometió.

El lunes, en Bondi Beach, las cosas volvieron poco a poco a la normalidad. Los visitantes seguían dedicando un tiempo a la reflexión silenciosa en un memorial creado para las víctimas, y algunos colocaban flores contra las paredes y en un puente.