Leópolis. Los soldados rusos controlan alrededor del 80% de Sievierodonetsk, la ciudad en el centro de la ofensiva rusa ubicada en el este de Ucrania, y han destruido los tres puentes que permiten salir de ella, pero las autoridades ucranianas siguen tratando de evacuar a los heridos, informó el martes un funcionario de la región.

Serhiy Haidai, gobernador de la región oriental de Luhansk, reconoció que “simplemente no es posible” una evacuación masiva de civiles de Sievierodonetsk, debido a los incesantes ataques y combates. Las fuerzas ucranianas se han visto obligadas a replegarse hacia las afueras industriales de la ciudad debido al “método de tierra quemada y a la artillería pesada que están utilizando los rusos”, dijo.

Relacionadas

Aún existe la oportunidad para la evacuación de los heridos, la comunicación con el ejército ucraniano y con los residentes locales”, comentó a The Associated Press vía telefónica, añadiendo que las fuerzas rusas todavía no bloquean por completo la ciudad, de gran importancia estratégica.

Alrededor de 12,000 personas siguen en Sievierodonetsk, que tenía 100,000 habitantes antes de la guerra. Más de 500 civiles se encuentran refugiados en la planta química de Azot, que es blanco de incesantes ataques rusos, de acuerdo con Haidai.

En total, 70 civiles fueron evacuados de la región de Luhansk en las últimas 24 horas, señaló el gobernador.

En tanto, un general ruso dijo que el miércoles se establecerá un corredor humanitario para evacuar a los civiles de la planta de Azot. El coronel general Mikhail Mizintsev señaló que los evacuados serían trasladados a la localidad de Svatovo, a unos 60 kilómetros (35 millas) al norte en el territorio que se encuentra bajo control de las fuerzas separatistas y rusas.

Dijo que se elaboró el plan después de que Ucrania pidió un corredor para la evacuación que llevara al territorio bajo su control.

Ucrania acusa a Mizintsev, quien es director del Centro de Control de la Defensa Nacional de Rusia, de violaciones a los derechos humanos mientras dirigía a las tropas durante el largo asedio de Mariúpol, la ciudad portuaria clave de Ucrania en el mar de Azov que ha sido tomada por Moscú.

En las últimas semanas, los soldados rusos han aumentado la presión para capturar la región oriental del Donbás, que colinda con Rusia y está conformada por las provincias de Luhansk y Donetsk.

“La situación es difícil”, dijo el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy en una conferencia de prensa el martes con medios de comunicación daneses. “Nuestra tarea es contraatacar”.

Con el conflicto ya en su cuarto mes, los combates por el control del Donbás podrían dictar el curso de la guerra.

Si Rusia sale victoriosa, Ucrania no sólo perderá terreno, sino quizás la mayor parte de sus fuerzas militares más capacitadas, allanando el camino para que Moscú sume más territorio y dicte sus condiciones a Kiev.

Sin embargo, un fracaso ruso podría sentar las bases para una contraofensiva ucraniana, y un posible trastorno político para el Kremlin.

Jan Egeland, secretario general del Consejo Noruego para Refugiados —una de las organizaciones de ayuda que suministra alimentos a los civiles en el Donbás_, dijo que los combates de las últimas semanas han imposibilitado la distribución regular de alimentos. Ahora, comentó, los civiles que quedan en Sievierodonetsk “están casi totalmente aislados de los suministros de ayuda tras la destrucción del último puente.”

También se produjeron reportes de ataques nocturnos desde otras regiones ucranianas, en los que cinco personas resultaron heridas en la región de Járkiv, en el noreste del país. De acuerdo con una actualización de inteligencia realizada por el Ministerio de Defensa de Gran Bretaña, las fuerzas rusas parecen haber logrado pequeños avances en el sector de Járkiv por primera vez en varias semanas.

Un funcionario militar regional de Ucrania dijo que los sistemas antiaéreos del país derribaron dos misiles crucero rusos dirigidos a la región meridional de Odesa, un puerto occidental clave en el mar Negro.