Bruselas. La erupción volcánica en la isla canaria de La Palma está emitiendo una elevada cantidad de dióxido de azufre a la atmósfera que llegará el viernes a cubrir buena parte de la península ibérica, casi todo Marruecos y Túnez y las costas mediterráneas de Francia, Italia, Argelia y Libia, informó este miércoles el sistema europeo de satélites Copérnico.

En una foto compartida en la cuenta de Twitter del satélite se observa la presencia de dióxido de azufre en la atmósfera prevista para la mañana local del próximo viernes, cuando se registrarán los niveles más elevados en la costa atlántica marroquí, la costa mediterránea española, el sur de Cerdeña, el norte de Sicilia y la costa tunecina.

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En menor cantidad, el mapa destaca también la presencia de esta sustancia en la mitad este de España (incluidas ciudades más lejanas como Valladolid), el sur de Francia, la costa oeste italiana, la isla francesa de Córcega y toda la costa mediterránea africana, además de amplias extensiones de terreno en el interior de Marruecos, Argelia, Túnez y Libia.

“Además del flujo de lava, el volcán está emitiendo una gran cantidad de dióxido de azufre en nuestra atmósfera”, subraya el mensaje en Twitter.

La Unión Europea activó el lunes su sistema de satélites Copérnico para seguir la erupción volcánica en La Palma y la Comisión Europea ya está en contacto con las autoridades españolas para ofrecer apoyo adicional.

Los datos principales que están siendo empleados en el control de La Palma son los que proporcionan los satélites “Sentinel-1”, “Sentinel-2” y “Sentinel-5P”.

Son satélites especialmente diseñados para la observación de la Tierra y para mejorar las labores de prevención, seguimiento y protección de la población y los recursos en casos de desastres naturales y de emergencias.

La información que están aportando está siendo crítica para implementar las actuaciones de los servicios de protección civil españoles.

El programa espacial “Copernicus” es una iniciativa conjunta de la Unión Europea y la ESA -responsable de su componente espacial- y en este caso se están utilizando los servicios de vigilancia del territorio y de la atmósfera.

Los servicios del territorio proporcionan cartografía de forma periódica y a través de los ellos se monitorean los datos obtenidos para conocer la deformación de la superficie terrestre o el estado de las carreteras.

Por su parte, los servicios de atmósfera proporcionan información sobre las emisiones que se producen a causa de la erupción, como las de dióxido de azufre.