"En efecto, el señor Pablo Casellas está en el Hospital Universitario", se limitó a decir el portavoz del Departamento de Salud, Rolando Román.

Casellas Toro fue trasladado ayer, martes, del Centro de Detención Metropolitano (MDC, por sus siglas en inglés), en Guaynabo, a la sala de emergencias del Centro Médico de Río Piedras y hoy, miércoles, fue hospitalizado en el Hospital Universitario, según informó el portavoz de la Administración de Servicios Médicos (ASEM), José Ortiz.

Por error, Ortiz había indicado que en esta mañana Casellas Toro fue dado de alta de la Sala de Emergencia del Centro Médico, ya que en ese momento desconocía de su traslado a otro hospital del mismo complejo médico.

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Casellas Toro fue ingresado ayer por una afección de la cual no pudo dar detalles, debido a la privacidad que requiere la ley HIPPA (Ley federal de Portabilidad y Responsabilidad del Seguro Médico).

Trascendió que al parecer el convicto, quien es paciente de diabetes, enfrenta problemas con la presión arterial y tuvo que ser trasladado de la cárcel federal a recibir asistencia especializada.

Casellas Toro, condenado por asesinar a su esposa Carmen Paredes Cintrón, está ingresado en el Centro Metropolitano de Detención en espera de una sentencia por emitir declaraciones falsas a agentes federales al alegar que fue víctima de un falso carjacking.

La lectura de sentencia está señalada para el 11 de agosto. Casellas Toro se expone a una pena máxima de cinco años por cada uno de los cargos por los que fue encontrado culpable, y podrían ser concurrentes entre sí.

El juicio a nivel federal fue por tres cargos por "a sabiendas y voluntariamente ofreció testimonio falso, fraudulento y ficticio" al alegar que el 17 de junio de 2012 fue víctima de un carjacking por parte de tres individuos mientras se dirigía al Club Metropolitano de Tiro, en Toa Baja. El hijo del juez federal Salvador E. Casellas alegó que le dispararon en el brazo derecho, que lo mandaron a sentarse en el lado del pasajero de la guagua Acura MDX, y escapó por la ventana. Alegó que le robaron dos armas, una de las cuales fue el arma homicida en el caso de asesinato de su esposa.

Por este crimen, el excorredor de seguros fue encontrado culpable en febrero pasado en una corte estatal y sentenciado a 109 años de prisión.

Frances Rosario contribuyó en esta historia.