El juicio por corrupción contra la exrepresentante María Milagros “Tata” Charbonier Laureano y su esposo Orlando Montes Rivera continuó este martes con los testimonios de dos agentes federales, uno de los cuales testificó sobre llamadas que interceptó el Negociado Federal de Investigaciones (FBI).

Las comunicaciones, según trascendió en sala, fueron intervenidas de los teléfonos de la exrepresentante, del informante y exdirector de la oficina legislativa de Charbonier, Jonathan Alemán, y de Frances Acevedo, la persona que era secretaria y recepcionista de la oficina legislativa y que, según las alegaciones, recibía un salario inflado del cual sacaba dinero para entregar a la exlegisladora.

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Por ese alegado esquema, la exlegisladora y su esposo enfrentan cargos de conspiración, robo, soborno, recibir comisiones ilegales relacionadas con programas que reciben fondos federales, fraude electrónico y dos cargos de lavado de dinero. Contra Charbonier Laureano pesa además un cargo adicional de obstrucción a la justicia por destruir datos en su teléfono celular.

El primero en declarar fue el agente especial del FBI Miguel Rodríguez Luciano, que labora en la unidad de corrupción pública y participó de la investigación contra Charbonier y su familia.

A preguntas de la fiscal María L. Montañez, que conforma el equipo de fiscalía federal junto a Kathryn E. Fifield y Jonathan E. Jacobson, el agente explicó que su participación fue mayormente escuchar los teléfonos interceptados. Explicó que, en el caso de Charbonier y Acevedo, los teléfonos se intervinieron luego de obtener órdenes judiciales a esos efectos. El teléfono de Alemán se interceptó con su consentimiento.

El licenciado Francisco Rebollo conforma la defensa del matrimonio junto a Anita Hill.
El licenciado Francisco Rebollo conforma la defensa del matrimonio junto a Anita Hill. (David Villafañe/Staff)

La fiscal procedió a exponer en sala fragmentos de cuatro llamadas que tuvieron lugar en el verano de 2020, en las que se hacían menciones que apuntarían al alegado esquema de comisiones ilegales.

Primero se escuchó una conversación entre Alemán y Acevedo, en la que la segunda le explica que era día de cobro y tenía que ir al banco “a sacar los chavos de esta”.

“Ah, los de Charbo”, contesta Alemán, en alusión a la exrepresentante, según testificó el agente Rodríguez.

En otro segmento de la llamada, Alemán comenta con tono de enojo, “puñ… estás usando a tu hijo” en referencia a la participación de Orlando Gabriel Montes Charbonier, hijo de Charbonier y Montes, y coacusado en el caso, que se acogió a un programa de desvío en el que acepta un grado de responsabilidad en los hechos y deberá cumplir ciertos criterios que le imponga el tribunal.

Acevedo entonces se queja de su situación con el esquema y comenta que “todo el mundo lo sabe. Mami (su madre) lo sabe. Tiene que habérselo dicho a Sheila (Mangual, exdirectora de la oficina legislativa), porque una vez se los dejé a Sheila”.

En otra grabación, se escucha a Charbonier dar instrucciones a una secretaria para que vaya al banco a verificar el refinanciamiento de una propiedad en el barro Cubuy, situación que quería resolver con rapidez. En el intercambio, la secretaria le menciona que también tenía que atender el asunto del IRS, en referencia a una deuda que mantenía la exlegisladora con el Servicio de Rentas Internas federal.

“Lo del IRS, eso no hay problema. Pero quiero que me reevalúen la cuenta porque los intereses bajaron”, se escucha responder a Charbonier.

Una siguiente llamada entre Acevedo y la hija de Charbonier, Mariangely, contenía un intercambio en el que Acevedo se queja de la posibilidad que reduzcan su inflado salario por los problemas presupuestarios. Se le oye, además, quejarse de que, por ese elevado sueldo, no recibió el estímulo de $1,200 por la pandemia.

“El presupuesto está, está malo. Tu mai está pelando ahí, pero no cuadra. Entonces, o sea, uno de los sueldos más grandes es el mío, pero obviamente yo le doy a tu mai de eso”, se queja Acevedo ante Mariangely, quien según se explicó, reside en Houston, Texas.

En otra llamada, Acevedo muestra su descontento por la su situación con su madre, Regina Ceballos, según testificó el agente.

“Estoy pelá, y el parking fueron 17 pesos. Y estoy, tengo tres pesos en la cuenta. No, y puse las gomas. Fueron $100 pesos ponerlas y balancear el carro y toda la mie…”, le dice a su madre.

Continúa luego quejándose de la posibilidad que baje su salario por el problema presupuestario en la Cámara.

“Vamos a ver qué ella va a hacer contigo”, le dice su madre, refiriéndose a Charbonier.

“Lo que pasa es que, si ella me baja (el salario), ella no va a recibir el dinero, porque ahí el diferencial hace hueco. Ahí hay dos cosas que hacen un hueco cab…, los chavos que ella coge, y el sueldo de Sheila, porque Sheila tiene sueldo en el Fondo (del Seguro del Estado)”, contesta Acevedo.

En el contrainterrogatorio, el abogado Francisco Rebollo, que conforma la defensa del matrimonio junto a Anita Hill, enfiló varias preguntas a la intercepción de llamadas al teléfono de Alemán, argumentando que en ese caso el informante tenía indicaciones de dirigir la conversación a temas que le interesaban al FBI como parte de la investigación.

Asimismo, intentó resaltar que, pese a que se habían obtenido cientos de grabaciones, solo se presentaban fragmentos de cuatro en sala.

También se sentó a testificar el agente Pablo Velázquez, de la oficina del inspector general del Servicio Postal de los Estados Unidos, que declaró sobre una docena de ‘money orders’ por $1,000 enviados a Orlando Montes desde un área en Florida. Los “money orders” fueron enviados por Miguel Ortiz, el hijo de la tía de Charbonier, que tenía problemas de salud y recibía Seguro Social, y estaba al cuidado de la familia aquí en la Isla.

En su contrainterrogatorio, Rebollo presentó otros “money orders”, por cantidades de $100 y $500, a modo de establecer que no se estaba presentando toda la historia, sino solo la parte con las cifras más altas.

En horas de la tarde testificó el agente del FBI, Juan Carlos López, quien participó en la investigación, por momentos como supervisor y dirigió el allanamiento del 15 de julio de 2020 en la casa de Charbonier y Montes.

Precisamente, gran parte de su testimonio giró en torno al allanamiento, para el cual, según explicó, se trajo a una unidad especializada, pues se trataba de una investigación de alto perfil, que involucraba a una representante por acumulación y figura pública.

Agregó que habían obtenido órdenes judiciales buscar diversos artículos como equipos electrónicos, registros bancarios, billetes marcados que el FBI había entregado al informante Alemán para que este a su vez se los diera a Acevedo y terminaran eventualmente en manos de Charbonier como parte de las comisiones ilegales.

La fiscal Fifield le preguntó sobre los billetes marcados, y el agente sostuvo que no le sorprendió “en absoluto” no encontrarlos en la casa de Charbonier, “porque sabía que la estaban investigando” desde la entrevista que había tenido cuatro días ante el FBI con Acevedo.

Explicó que, como parte del allanamiento, le preguntaron a Charbonier si accedía a que la entrevistaran, lo cual permitió, pidiendo que se hiciera en el interior de la casa y con su esposo presente. El agente sostuvo que en dicha entrevista le pregunto en varias ocasiones si había recibido comisiones ilegales de Acevedo o de cualquier otro empleado, y “lo negó. Lo negó varias veces. Le negó cinco veces”.

Además, sostuvo, le preguntó a Charbonier “específicamente” si había recibido una llamada de Acevedo para alertarla, y dijo que no.

López agregó que “sabía que eso era falso, porque teníamos una grabación consensual” que el informante Alemán había hecho de una llamada de Acevedo, el 12 de julio, un día después de su entrevista con el FBI, en la que le había contado lo ocurrido a Alemán, que era su amante. En esa conversación, relató el agente, Acevedo le contó a Alemán que su compañera de cuarto Maritza se había escondido en un closet durante la entrevista con el FBI, y había llamado a Montes para alertarle. Luego Charbonier la llamó para orientarle sobre qué hacer y cómo responder al FBI, y que les dijera que ese era su salario y podía hacer con su salario lo que quisiera.

La fiscal preguntó si Charbonier además les había dicho a los agentes otra mentira, a lo que López contestó en la afirmativa, afirmando que había mentido al decir que no había recibido ningún dinero.

La defensa objetó, repetidamente, las afirmaciones del agente de que Charbonier mentía. Atendiendo a esas reiteradas objeciones, la jueza Carreño Coll se dirigió al jurado y les explicó que, independientemente de la caracterización que hiciera el agente, le correspondía al jurado decidir qué es lo que ellos entienden que es una mentira o no.

Retomado el interrogatorio, el agente López reiteró que entendió que Charbonier mentía, porque tenían evidencia, llamadas interceptadas y otros elementos “que nos llevaron a concluir que mentía”.

Retomando el allanamiento, el agente indicó que no pudieron encontrar uno de los teléfonos que buscaban, el del número que usaba Charbonier y que habían interceptado gracias a una orden judicial a esos fines. Agregó que, al percatarse, ese mismo día le enviaron mensajes y llamadas a Charbonier, para indicarle que necesitaban incautar ese teléfono que. Indicó que él mismo llamó también Charbonier. Finalmente, se reunieron en un centro comercial, donde, además de ocupar el teléfono tuvieron otra entrevista con Charbonier.

“Le dije que queríamos darle una segunda oportunidad, a ver si tenía cambiaba de opinión y daba una repuesta diferente a la que había dado en la mañana. Se rio y dijo que era la octava vez que le preguntaban, y reiteró que no había recibido dinero de Acevedo o de nadie”, sostuvo el agente, agregando que también le informó que era delito mentir a un agente federal.

La fiscal pregunto por el contenido del teléfono que finalmente habían logrado incautar, y el agente contestó que “estaba prácticamente vacío, lo habían borrado”. Incluso los mensajes que había enviado antes en el día el FBI habían sido borrados.

Agregó que, al preguntarle a Charbonier sobre los mensajes, indició que ese era su modus operandi, que solía borrar los mensajes luego de leerlos, e incluso tomó el teléfono para hacer una demostración.

“¿Ella admitió haber borrado los mensajes?”, preguntó la fiscal, obteniendo una repuesta afirmativa del agente.

El testimonio de López, último testigo de la fiscalía, continúa este miércoles.

No está claro todavía si la defensa traerá algún testigo. Una petición al tribunal a esos efectos aún no ha sido respondida, aunque se espera que ocurra de un momento a otro.

En cualquier caso, se anticipa que esta misma semana las partes hagan sus argumentos finales y se le den las instrucciones al jurado para que se retire a deliberar.