Ariel Torres Meléndez, presidente de la Corporación para la Defensa del Poseedor de Licencia de Armas de Puerto Rico (CODEPOLA), aseguró hoy que en el caso del sargento que ayer de madrugada dio muerte a un veterano que atravezaba por una crisis emocional, en la barriada Nueva, en Utuado, estuvieron presentes los tres elementos para determinar una legítima defensa.

Así mismo, lamentó el incidente que culminó en desgracia, cuando el sargento Julio C. Nieves Rosado, a su juicio se defendió con su arma de reglamento y privó de la vida a Daniel Maldonado Díaz, de 42 años.

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En un comunicado de prensa indicó que se debe evaluar la intención, que ocurre cuando el agresor verbaliza su intención de provocar grave daño corporal o la muerte o actúe hacia ella; la capacidad, que la persona tenga la fuerza física o el medio para causar grave daño corporal o la muerte y la posibilidad, que nada impida completar su cometido.

“Al llegar a la escena los policías identificaron que había una intención. Fue la hermana del agresor, quien temiendo por su vida llamó a la policía para que lidiara con la situación. Les informó que él era un veterano, que estaba descontrolado… que le había manifestado que la iba a degollar y que cuando naciera su bebé también lo iba a degollar”.

Torres Meléndez recalcó que, dejando a un lado que el hombre confrontaba problemas mentales, tenía la capacidad para causar grave daño corporal y estaba armado, por lo que el sargento tenía que actuar.

“Miren si el caso era difícil, que cuando la policía lo identifica, es él quien les manifiesta ‘si se me pegan, les voy a cortar el cuello’. Estamos hablando de un veterano de 42 años que fue adiestrado por el mejor ejército del mundo en combate con pistola, con rifle, ‘hand to hand’ y con cuchillo. Nadie puede perder de perspectiva, ¿qué ventaja, si alguna, pudiera tener cualquier miembro de la uniformada que no posee ese adiestramiento? El veterano, no tan solo lo manifiesta, se mueve y actúa hacia el sargento de la policía. Es obvio que, ante tales circunstancias, el policía tuvo que preservar su vida”.

Enfatizó en que “nosotros (la ciudadanía) no podemos pretender que la policía, con todos los adiestramientos que han recibido, los seminarios y las academias que han pasado, ahora también convertirlos en profesionales de la salud mental. No lo son. El policía adviene para salvaguardar vidas y propiedades, pero necesariamente tiene que preservar su propia vida”.

También destacó el hecho de que cuando la policía entendió lo que estaba ocurriendo, orientó a la perjudicada para que solicitara una orden para ingresarlo en una instalación de salud mental donde lo pudiesen controlar, estabilizar y manejar el caso adecuadamente como profesionales de la salud, pero la mujer les pidió su intervención para tratar de calmarlo.

“Nadie debe desvirtuar las funciones de la policía. Intentar adjudicar ahora funciones de psicólogos o psiquiatras es faltar el respeto a los puertorriqueños”, manifestó Torres Meléndez, en su análisis del caso.

Desde su perspectiva cuando la policía llegó a la escena “utilizaron el protocolo aprendido, pero si la persona no reacciona a los comandos y es renuente a sus instrucciones y va pa’ encima, ¿qué usted pretende? ¿qué el policía saque una silla y busque algún tipo de diálogo con un individuo que es agresivo, que no está demostrando razonamiento y que atenta contra tu vida?“.

Ante la crisis de salud mental que aqueja la isla, CODEPOLA diseñó la charla “Manejo de emociones en portadores de armas de fuego” libre de costos para socios y la ciudadanía en general. Anteriormente, han ofrecido charlas en las escuelas a estudiantes adolescentes y hasta en las iglesias sobre el uso y manejo responsable de las armas de fuego.

“En todas esas instancias, les dejamos saber que, deben aplicar lo aprendido en todo momento porque los compañeros de la Policía de Puerto Rico no son profesionales de la salud”, concluyó Torres Meléndez.

De su lado, el comisionado de la Policía, Joseph González, expresó hoy que no podía comentar sobre el caso ya que se encuentra bajo investigación, pero afirmó que “es una tragedia para los dos lados...sería irresponsable de mi parte comentar sobre si (lo) hicieron bien o mal porque cuando hablamos de estas situaciones, estamos hablando que las cosas pasan en segundos y la perspectiva de cada uno de los compañeros es otra”.

El oficial tomar una licencia para ausentarse durante varios días.

También ayer, la organización Kilómetro 0 le exigió una vez más al Negociado de la Policía de Puerto Rico, que detengan las intervenciones salubristas con personas en crisis emocional.