A ocho años de que seis de los familiares de los pacientes que fallecieron en el hospital de la Universidad de Puerto Rico (UPR), Doctor Federico Trilla, en Carolina, a causa de un brote de la bacteria Acinetobacter Baumannii demandaran para exigir responsabilidad de los culpables por estas muertes, se ha comenzado a encaminar la justicia.

El abogado de los perjudicados, Pedro Soler Muñiz, reveló que el Tribunal Supremo determinó no continuar con los procesos de apelación en el caso. La medida, según dijo, hace que una determinación previa del Tribunal de Apelaciones, que se tomó el 24 de febrero de 2023 y que imputó la negligencia de las muertes al Hospital de la UPR, así como a la empresa de limpieza North Janitorial Services (Fuller Group), sea “final, firme e inapelable”.

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La Acinetobacter Baumannii es una bacteria resistente a carbapenémicos (CRAB) -una familia de antibióticos de amplio espectro- y está clasificada como patógeno crítico de prioridad 1 por la Organización Mundial de la Salud y como amenaza urgente por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos.

La Acinetobacter Baumannii es una bacteria resistente a antibióticos.
La Acinetobacter Baumannii es una bacteria resistente a antibióticos. (Julian Stratenschulte)

En entrevista con Primera Hora, el abogado detalló que “este tipo de caso de daños y perjuicio tiene dos etapas. Una es la determinación de negligencia y de causa, y otra etapa es la etapa de la cuantificación de los daños, determinar cuánto le darían y cuál de las partes es responsable por qué cantidad. La determinación de negligencia ya culminó con la decisión que tomó el Tribunal de Apelaciones, que dijo que tanto el hospital como North Janitorial eran responsables por la limpieza del hospital que no se realizó. Ahora, falta el grado de negligencia y compensación que le darían a las víctimas”.

De hecho, la misma información provista por el licenciado es lo que estipula la sentencia del Tribunal de Apelaciones del 24 de febrero de 2023. La misma precisa que “tanto el apelado como los demás demandados eran responsables por la limpieza que no se realizó y contribuyó a causar el brote de las bacterias. Ahora bien, está en controversia el grado y por ciento que se les adjudicará por dicha negligencia”.

Por su parte, del Hospital de la UPR emitió una declaración escrita, a través de su portavoz de prensa, Ángel Hoyos, en la que se indicó que “el Tribunal de Primera Instancia y el Tribunal Apelativo no han tenido ante sí un desfile de prueba para establecer con certeza lo reclamado en este caso. Ese asunto está pendiente ante el juez del Tribunal de Primera Instancia. Por eso, la información expuesta por el Lcdo. Pedro Soler Muñiz es incorrecta e imprecisa. Se hace un llamado a seguir los cánones de ética profesional para el manejo adecuado de este caso”.

Primera Hora solicitó a North Janitorial Services una reacción a la determinación judicial. La empresa todavía no ha respondido.

Soler Muñiz lo que indicó que queda ante la consideración del tribunal es determinar el grado de responsabilidad y la suma de dinero que deberán pagar a los familiares por las muertes de los pacientes Thi Huy Tran, Tirso Rosario Ortiz, Osvaldo Rodríguez, Laura Pérez y Teresa Díaz Vázquez durante el brote bacteriano que se desató en el 2012. Proyectó que este proceso demore un año adicional.

Reportajes de la época aluden a que un informe del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC) detectó, al menos, 14 muertes por el brote de la bacteria Acinetobacter Baumannii, iniciado en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital. No obstante, la demanda, incoada por Luis E. Santana Rivera, Evelyn Rosario Ortiz, Omar Rodríguez Valdivia, William González, Jorge Compudoni y Cristina Álvarez, solo incluyó a los mencionados seis fenecidos.

El abogado indicó que los familiares no han podido superar la pérdida que tuvieron a causa de las muertes, debido a todo el tiempo que ha demorado el que se dilucide esta demanda civil.

“Imagínate, son más de nueve años. Han estado muy frustrados por el proceso que ha tomado mucho tiempo, porque hubo muchas partes en el caso y hubo mucho proceso apelativo, y eso atrasa el caso… Lentamente no la han pasado completamente bien, porque al tomar tanto el procedimiento, ellos cargan con eso todos los días. Ellos no ven que se le haga justicia y eso les sigue causando mucho daño”, comentó el abogado.

Añadió que esta determinación del Supremo de no revisar una sentencia previa del Apelativo es para las partes una “gran victoria”.