La abogada Rachel Brill emitió el pasado viernes una moción en la que expone que, "respetuosamente, notificamos la apelación ante el Primer Circuito de Apelaciones en Boston de la sentencia impuesta por la jueza del Tribunal Federal, distrito de Puerto Rico, Aida M. Delgado Colón el 6 de noviembre de 2015".

El contador público autorizado fue sentenciado a nueve años de prisión y cinco años de libertad supervisada por conspirar para sobornar al suspendido juez Manuel Acevedo Hernández, quien fue encontrado culpable por un jurado y sentenciado por la misma jueza a cumplir 10 años de cárcel por los mismos hechos.

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Delgado Colón se apartó de las guías de sentencia en el caso, que sugerían una pena de entre cinco años y ocho meses, y siete años y tres meses, y tampoco siguió la recomendación de imponer sentencia de un máximo de cuatro años y ocho meses de cárcel que estipularon las partes en el acuerdo de culpabilidad.

"Cada vez que reviso este caso, las guías no aplican. La pena máxima en este caso es de 10 años. Tomo en consideración su arrepentimiento... Cuando veo las guías de sentencia y del acuerdo, para mí son inadecuadas relacionadas al delito. Las circunstancias se salen de las guías", expresó la jueza durante la lectura de sentencia, y reconoció además que "es de conocimiento público" que Acevedo López está cooperando con las autoridades.

La jueza detalló todos los incidentes en los que Acevedo López estuvo involucrado y por los que fue arrestado a nivel estatal, como casos de guiar bajo estado de embriaguez, agresiones, apuntar con armas, amenazar a su primo al punto de que se tuvo que ir del País, y el suceso ocurrido en el negocio Mesa Criolla, cuando amenazó a su dueño y luego envió a dos sujetos para que lo agredieran y buscaran los vídeos de las cámaras de seguridad para deshacerse de ellos, entre otros. En todos, resaltó la jueza, resultó impune.

"De ser un ser humano normal, sin dinero y sin influencias políticas, estaría convicto", recalcó la jueza, quien también tomó en consideración que sus casos laceraron la confianza de la ciudadanía en el sistema de justicia estatal.

"Los crímenes que cometió y el daño que hizo son el reflejo de cómo perdió la batalla, aunque no es una excusa para explicar quién fue, quién es y quién será en un futuro", añadió Delgado Colón.

Una vez impuso la sentencia, Brill se mostró molesta y con voz temblorosa trató de objetar que tomara en consideración los casos estatales que no prosperaron. Sí logró que la jueza reconsiderara la multa impuesta de $200,000, y le dio un término de tiempo para entregar información financiera del convicto al oficial probatorio para entonces tomar una decisión al respecto.

Durante la sentencia, se indicó que cuando Acevedo López fue arrestado en 2014, dijo que tenía $6 millones y en septiembre pasado, señaló que tenía $2.7 millones.

Durante su alocución, Acevedo López pidió perdón por "tratar de manipular la justicia" cuando el 27 de marzo de 2013 el entonces juez estatal del Tribunal de Aguadilla y también convicto federal lo encontró no culpable por el caso de homicidio negligente en su contra. La imputación fue por causar un accidente en el que falleció el guardia de seguridad Félix Babilonia el 30 de junio de 2012. Esto, luego de pagar $54,400 y de darle regalos al suspendido juez.

"Mi mayor error fue que cobardemente traté de manipular la justicia. No tuve fuerza ni valentía de enfrentar el proceso como debí. Les ruego que me perdonen las personas que salieron lastimadas en este proceso y al sistema de justicia", manifestó Acevedo López, quien ahora enfrenta nuevamente el caso a nivel estatal.

"Su señoría, nada de lo que diga pretende justificarme. Soy responsable de mis actos", comenzó a declarar el convicto, quien destacó que perdió a su padre a temprana edad y se convirtió en el hombre de la casa, y logró tener la empresa Lutgardo Tax Advisors, que sustentaba a 200 familias. Antes fue policía y oficial correccional.

"Pero mi mayor orgullo lo comparto con mi esposa...”, dijo al hacer una pausa y comenzar a llorar. “Que es la familia que Dios me regaló”.

Durante la vista para dictar sentencia, salió a relucir que Acevedo López, de 41 años, comenzó a beber bebidas alcohólicas desde los 21 años y usaba cocaína desde los 17 años, además de pastillas Percocet. Estuvo en Alcohólicos Anónimos y tuvo al menos cuatro recaídas.

"A través de los años, la adicción fue en aumento, causándome grandes problemas. Busqué ayuda en Alcohólicos Anónimos. Pelee con todas mis fuerzas. Tomé decisiones estúpidas, me junté con las personas equivocadas y lo eché todo a perder. Hice las cosas malas y estoy avergonzado", destacó Acevedo López.

Alegó que desde que comenzó el proceso en su contra en 2014, "he tratado de hacer lo correcto, he optado por enmendar mis errores".

El subjefe de Fiscalía federal, Timothy Henwood, -junto con el fiscal José Capó- se limitó a decir que apoyaban la sentencia recomendada en el acuerdo, porque el convicto se declaró culpable oportunamente y porque ya enfrentará la justicia a nivel estatal por el homicidio negligente de Babilonia.

El 14 de agosto de 2014, Acevedo López hizo alegación de culpabilidad por pagar deudas de Acevedo Hernández con el Departamento de Hacienda, pagarle arreglos de construcción en su hogar, comprarle prendas, ropa, yuntas y una motora, todo a través del intermediario Ángel "Lito" Román Badillo, también convicto y cooperador del caso. Todo lo anterior, según aceptó, fue a cambio de que Acevedo Hernández lo absolviera del caso de homicidio negligente. Román Badillo no ha sido sentenciado aún.

Acevedo López también conspiró con el recaudador del Partido Popular Democrático (PPD) y amigo del gobernador Alejandro García Padilla, Anaudi Hernández, para que usara sus influencias para que nominaran a Acevedo Hernández a ser juez del Tribunal de Apelaciones, lo que no se concretó. Hernández ahora es objeto de investigación por parte de las autoridades federales por contratos que tiene en el gobierno.

Al momento, el Departamento de Justicia volvió a presentar los cargos en contra de Acevedo López por homicidio negligente y el proceso se dilucida en el Tribunal de Primera Instancia de San Juan.