El agente Domingo Flores Meléndez, del Distrito de Yauco y quien arrestó a Eduardo Meléndez Vázquez, enfermero acusado de asesinar al biólogo marino Robert Viqueira Ríos, relató ayer, jueves, el tenso momento que detuvo al imputado.

Ante el juez Gian García García en la Sala 405 del Tribunal de Ponce durante la vista preliminar en alzada, narró que, al llegar al lugar, observó el cuerpo de Viqueira Ríos en el suelo con “varios impactos de bala” y una herida en el tobillo.

También, vio múltiples casquillos de bala en el piso y escuchó “mujeres llorando” en los alrededores.

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“Las personas que están en el lateral empiezan a gritar ‘es él, es él, el asesino’”, recordó al referirse al imputado, Meléndez Vázquez.

Según expresó en sala durante la vista, que continuará hoy, viernes, al darle los comandos al imputado de que alzara las manos, también le preguntó dónde estaba el arma.

Al pasar la puerta de la residencia, encontró el rifle que posiblemente se usó para ultimar a la víctima. Ese rifle ocupado fue presentado en sala.

El acusado enfrenta cargos por el artículo 6.14 B de la Ley de Armas (disparar o apuntar con un arma de fuego); por el artículo 95, asesinato atenuado; escalamiento y cargos por tentativa de asesinato contra la esposa de Viqueira Ríos, Moshayra Vicente Cruz.

El caso se remonta al 15 de julio, en la calle Star, de la urbanización Estancias de Yidomar, en Yauco, cuando Meléndez Vázquez, de 45 años, presuntamente le disparó a Viqueira Ríos tras una disputa vecinal.

Acorde a lo que ya se había revelado en la pesquisa, el altercado surgió por la colocación de una bocina en el techo de la casa de Meléndez Vázquez que emitía el canto de coquíes.

Problemas de “varios meses”

Vicente Cruz también volvió a testificar y, esta vez, describió el sonido que emitía la bocina de su vecino como “ensordecedor” y que los tenía “bien angustiados”, porque era algo habitual. Sin embargo, fue la noche del 15 de julio cuando ella y su esposo subieron a su techo y descubrieron que el sonido provenía de una bocina instalada en el techo de Meléndez Vázquez. Por eso, Viqueira Ríos grabó con su celular el techo del vecino.

“Era otro problema más con este vecino”, comentó Vicente Cruz al mencionar que tenían planificado comprar la casa en la que vivía el acusado.

De acuerdo a la viuda, llevaban “varios meses” escuchando el alto sonido de los anfibios, por lo que al descubrir que era una bocina la que lo emitía, Vicente Cruz recordó que tanto ella como su esposo “dijeron malas palabras” contra el vecino.

Luego, la viuda dijo que escuchó a Meléndez Vázquez gritar “sal afuera, sal al frente” en respuesta de los insultos de la pareja. Durante este intercambio, Viqueira Ríos tiraba piedras hacia la casa de su vecino.

Fue después de eso que Meléndez Vázquez presuntamente se acercó armado y, luego disparó múltiples veces contra ella y Viqueira Ríos.

“Venía como para la guerra”, recordó Vicente Cruz con voz entrecortada e imitando cómo Meléndez Vázquez supuestamente cargaba el arma.

La vista estuvo caracterizada por constantes objeciones y cuestionamientos de cuán pertinente eran las preguntas entre la fiscal Limarí Cobián Lugo y el abogado Adan Rivera Ramos.

En el principio, la defensa estaba en desacuerdo de que Cobián Lugo le pidiera a la testigo, la agente Ivelisse Maldonado Echevarría, que leyera en detalle el documento de registro con consentimiento para acceder a la casa del imputado, pues “ya era parte de prueba estipulada”. Ante ese planteamiento, el magistrado estuvo de acuerdo.

“Estilos son estilos, pero no podemos atrasar los procesos”, determinó el juez.

“Usted debe tener presente que ya la prueba está. No debemos estar discutiendo esto, porque estamos perdiendo el tiempo. No puede atrasar los procesos”, reiteró el juez ante el argumento de Cobián Lugo de que se le estaba coartando los derechos a la Fiscalía.

Luego Cobián Lugo continuó objetando durante el contrainterrogatorio de Rivera Ramos a Maldonado Echevarría, porque supuestamente “estaba instruyendo al testigo”.