“Rotos” por el dolor, la familia de Jesús Francisco Pérez, el joven de 16 años que murió en medio de un secuestro originado en el restaurante El Hipopótamo, en Río Piedras, solo clamaba durante su funeral por el fin de la criminalidad en Puerto Rico.

Exigieron la ayuda del gobierno hasta para mejorar la calidad laboral de los policías en la Isla, así como emplazaron a los padres a educar correctamente a sus hijos para evitar que tragedias como las que viven se vuelvan a repetir.

A casi una semana del incidente que cambió sus vidas, la familia Francisco Pérez trataba de mantener la fortaleza para recibir a las decenas de personas que se allegaban a la funeraria Ehret, en Río Piedras, para darles las condolencias. Sus mensajes en alusión a lo bueno que era Jesús y lo humilde que era les alentaba.

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En la zona donde se encontraba el féretro del joven, quien a su corta edad ya laboraba en el restaurante del que fue secuestrado para ayudar a su familia, se destacaba un mensaje esta había escrito para una de sus clases en la escuela Inés María Mendoza, en San Juan.

“Yo ayudaría en los asaltos, muertes, secuestro, hablaría con personas que puedan ayudarme en el caso”, leía la cita, que se encuadró para motivar a que se haga justicia.

La hermana mayor de Jesús, Jenny Francisco Pérez, y su tía, Luz Enid Pérez, clamaron al pueblo por eso mismo que prometía el adolescente que haría en contra de la criminalidad, hablar. Entre otras cosas, reclamaron a la ciudadanía que ayuden a los agentes del Negociado Federal de Investigaciones (FBI, en inglés) a dar con el paradero de Geofley Jomar Pérez, uno de los sospechosos del secuestro que todavía es buscado.

Francisco Pérez dijo estar segura que hablar, divulgar quiénes están delinquiendo, entregar a aquellos maleantes que son buscado por las autoridades, podría llevar a ponerle fin a la criminalidad.

“Esta situación que está pasando ahora mismo, tenemos que tratar que no siga pasando, porque, así como nos pasó a nosotros, le puede pasar a otras personas y esta situación no es fácil para nadie. Hoy perdimos a mi hermano, mañana puede ser cualquier tipo de familiar. Solamente esperamos que se haga justicia y que este caso se resuelva lo más pronto posible, que esos delincuentes no anden sueltos para que no sigan haciendo de las suyas, porque ellos van a seguir, pero nosotros los vamos a parar y tenemos fe que las cosas van a cambiar”, afirmó la mujer.

El velorio no solo convocó a la familia de Jesús Francisco Pérez; personas que han perdido a seres queridos en casos de violencia se acercaron para mostrar sus respetos.
El velorio no solo convocó a la familia de Jesús Francisco Pérez; personas que han perdido a seres queridos en casos de violencia se acercaron para mostrar sus respetos. (VANESSA SERRA DIAZ)

Su fórmula para detener la criminalidad incluye no solo la ayuda del gobierno, sino a la propia familia puertorriqueña. Dijo que había que poner “mano dura”.

“El gobierno metiendo la mano, tratándole de buscar ayuda a las personas que necesitan ayuda, tratando que los padres aprendan a educar a sus hijos. Pero, para eso tiene que haber un conjunto, porque nada más todo no es del gobierno. También son de los padres la culpa. Los padres tienen que enseñar a los hijos y educarlos para que esta situación no pase y cuando pasen situaciones así, los mismos padres y familiares entregarlos. Ahí es que pasa el cambio”, manifestó en entrevista con Primera Hora.

La tía de Jesús añadió que, si el pasado fin de semana no hubiese habido el paro de brazos caídos de los miembros de la Policía por sus pésimas condiciones laborales, no se hubiese registrado la tragedia por la que atraviesan.

“Hay que decir la realidad. Estamos viviendo una época muy difícil. Nosotros como ciudadanos debemos apoyarnos unos a otros, tanto con las personas como con el gobierno. El gobierno está pasando momentos muy difíciles. Personas trabajadoras están pasando momentos difíciles. En los momentos que sucedieron todas estas cosas, todo el mundo sabe que fue un día muy difícil que los puertorriqueños. Estábamos viendo noticias, porque la Policía de Puerto Rico en ese momento estaban de brazos caídos. Quizás eso también influyó mucho a que pasara una tragedia como la que sucedió ese día. ¿Qué pasa? Que cuando uno analiza todas esas cosas, uno dice: ‘Dios mío, qué piensa el gobierno, qué irá a hacer el gobierno para que no sigan pasando esas cosas’. Porque, antes de los policías ser policías, son seres humanos que también trabajan para mantener un hogar y todas esas cosas influyen”, comentó Pérez.

Asimismo, la tía de Jesús fue la que detalló lo abatida que se encuentra la familia con este asesinato. Agradeció al pueblo las muestras de cariño que han recibido y pidió que continúen colaborando hasta lograr dar con todos los responsables de este crimen.

“No quiero que nadie pase lo mismo. Es algo que es devastador. No sabes cuánto me duele ver a mi hermana rota, porque no hay otra palabra. Su corazón se destruyó. A diario la veo como llora, a diario veo cómo pregunta el por qué. No es fácil verla. Llegar al cuarto de mi sobrino y meterse en ese sufrimiento tan grande y uno tratar de decir ‘tranquilízate’, pero se sabe que es imposible. Y, ver a un sobrino en una caja, jamás pensé una cosa así. Ver a mi hermana sufrir tampoco es fácil”, señaló Pérez, al hablar sobre su hermana, Madeline Pérez.

El padre de la víctima, Tanislao Francisco Santos, también está desconsolado, según contó Zorimar Betancourt, madre de Stefano Steenbakkers, el joven de 17 años que fue asesinado en Dorado en el 2012 en medio de un ‘carjacking’.

“El papá de Jesús me tiene el corazón partido, porque ese era su varón y lo entiendo perfectamente. Tienen hijas también, pero él dice que ese era su niño, que él le pidió a Dios un varón y desafortunadamente, pues, lo perdió”, dijo la mujer, quien lidera la Fundación Stefano para ayudar a las víctimas secundarias del crimen.

Añadió que “la mamá la veo mucho más fortalecida, pero de todas maneras esto es uno de los peores días de su vida y por eso estamos aquí para apoyarlos”.

Betancourt lamentó que cada día sean más los familiares que sufran a causa de estos asesinatos.

“Somos tanto ya que tenemos que juntarnos para sanar”, afirmó.

Para comenzar a ayudar en el proceso de sanación, la mujer llegó acompañada de otros familiares que perdieron a un ser amado a causa de la criminalidad para dar apoyo. También realizaron un ejercicio de escritura en el que las personas escribían lo que quisiesen sobre Jesús para así ayudarles a “empezar a sanar su corazón”.

Frankie Coss Flores, quien perdió a su hijo Frankie Joel Coss Báez en la segunda masacre que se registró este año y que ocurrió en las inmediaciones del antiguo parque Moisty Park de Caguas, fue uno de los que acudió a dar apoyo a la familia. Lo hizo a pesar de que hoy era un día triste, pues su único hijo hubiese cumplido 20 años si todavía estuviese con vida.

“En mi caso, yo podría decir que uno va en el dolor aceptándolo y tenemos que aceptar la voluntad del todo Señor. En mi caso, pues, yo le doy gracias a Dios. Frankie era mi único hijo y me lo permitió por 19 años de vida. No es de entenderlo, no es fácil, pero aprendemos en el dolor, que, mediante la familia, pues, podemos siempre buscar la salida y buscar de Dios”, dijo el hombre, visiblemente acongojado.

La Fundación Stefano se reúne todos los sábados en sus oficinas, ubicadas en el centro comercial San Patricia Plaza. Si interesa recibir su ayuda allí o en sus centros en Ponce y Vega Alta, puede comunicarse al 787-222-4002.