La hermana mayor de Lorenzo González Cacho afirmó hoy, miércoles, que "por presiones internas y externas" ofreció una versión falsa a las autoridades que vinculaba a Arnaldo Colón, un amigo de su mamá Ana Cacho, con la muerte de su hermano menor.

Mientras, la defensa del imputado del crimen, Luis Gustavo Rivera Seijo, conocido como El Manco, trató de establecer que el cambio de versión de la joven, de 19 años, surgió por influencia de su progenitora.

Ante el juez Carlos Salgado Schwarz, del Tribunal de Bayamón, relató que dijo a Casiano que tuvo un sueño donde una persona cerraba la puerta de su cuarto.

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Explicó que Casiano preguntó sobre la identidad de esa persona o si había escuchado algún sonido o movimiento la madrugada del 9 de marzo de 2010

"Luego ella me siguió indagando. Dije que sí, que escuché algún tipo de ruido. Luego yo le dije que escuché la voz de Naldy. Ella me preguntó cómo la escuché. Le dije que desperté para ir al baño y que en el transcurso escuché algo", afirmó ante una sala repleta de público, que comenzó a llegar al juzgado desde horas de la mañana, pese a que la vista iniciaba en horas de la tarde.

A preguntas de la fiscal Aracelis Pérez Correa, señaló que mintió porque "en ese momento hubo muchas presiones internas y externas".

"Los fiscales eran bien insistentes de cómo era posible que era el asesinato de mi hermano y que no había escuchado nada. Toda la lógica era que (el asesino) tenía que pasar por mi cuarto, que estaba al lado... Yo dormía con la puerta abierta", afirmó la testigo, quien al momento del crimen tenía 13 años.

Entre sollozos, apuntó que se sentía desesperada y culpable por la muerte de su hermano de ocho años.

"Yo soy la hermana de Lorenzo y cómo es posible que en mi casa hubiera pasado algo y no me di cuenta", apuntó la universitaria mientras se le cortaba la voz.

Señaló que durante una entrevista con Casiano y el entonces fiscal general Obdulio Meléndez reveló que había mentido, pero expuso que no le creyeron.

"Esa noche (del 8 de marzo) no escuché, ni vi nada. Yo me duermo y me despierto por los gritos de mi mamá", aseguró la joven que evitaba mirar al imputado, quien se encuentra sumariado en el Centro Médico Correccional de la Cárcel de Bayamón.

Durante su testimonio, la adolescente ofreció detalles de la visita al Centro de Diagnóstico y Tratamiento en Dorado, donde una doctora declaró a Lorenzo muerto a las 6:00 a.m. del 9 de marzo de 2010 y sobre las innumerables entrevistas (siete u ocho) que Casiano le hizo, en ocasiones en presencia de una procuradora de menores.

"La mayoría de mis entrevistas eran con Wanda Casiano sola, cuando estaba en los hogares. Al principio no me daba nombres en específico, era solo sobre lo que yo vi", apuntó a preguntas de Pérez Correa, quien junto a los fiscales Mario Rivera Géigel y Maricarmen Rodríguez Barea representan al Ministerio Público. 

Conforme pasó el tiempo, Casiano le preguntó sobre los amigos de Cacho, William Marrero, Jesús Jenaro Camacho y Colón, sobre su presencia en la casa y si consumían drogas con su mamá, testificó la joven.

En el contrainterrogatorio, el licenciado Jesús Hernández Rivera, de la Sociedad para la Asistencia Legal, siguió una línea de preguntas para tratar de establecer que la hermana mayor de Lorenzo cambió de versión tras reiniciar contacto con su mamá, mientras estaba bajo la custodia del Estado. 

Pese a que el abogado insistió en dirigir la atención hacia Colón, no preguntó a la joven sobre las presiones "internas" que recibió para ofrecer la versión falsa.

A preguntas de Hernández Rivera, quien junto a Mario Moczó González y Lester Arroyo Crespo representa a Rivera Seijo, la joven señaló que cambió su versión tras haber conversado con su mamá por teléfono celular en presencia de la dueña del hogar donde la había ubicado el Departamento de la Familia. En ese momento, las conversaciones con su progenitora eran a diario, dijo la hermana mayor de Lorenzo González Cacho.

La testigo expresó que indicó a Casiano que había identificado la voz de Naldy porque había compartido con el hombre previamente y que ofreció la versión donde implicaba al amigo de su mamá en el crimen a otros fiscales y agentes de la Policía.

La joven declaró que no informó a nadie que había recibido presiones o que le pidieron que mintiera.

Negó que en las vistas a la oficina de la psicóloga Elsa Cardalda le dijera a su hermana menor que guardara silencio porque estaba hablando mucho.

Hernández Rivera, además, realizó varias preguntas sobre la hermana menor de la testigo. La joven afirmó que cuando su mamá la despertó a gritos para ir al CDT no vio a su hermanita y que tampoco sabía lo que hacía la pequeña, que en ese momento tenía cinco años.

En el redirecto de la fiscal Pérez Correa, la joven aclaró que retomó el contacto con su mamá porque había informes de prensa que decían que la mujer "iba a suicidarse y estaba preocupada y Evelitte (la dueña del hogar sustituto) estaba conmigo cuando hicimos la llamada".

Apuntó que cuando hablaba con su mamá no se tocaba el asunto de la muerte de Lorenzo y que en una conversación pidió a su mamá que contara a las autoridades todo lo que había pasado en la casa, en la urbanización en Dorado del Mar, donde Lorenzo recibió los golpes mortales, para que bajara la intensidad de los cuestionamientos que las autoridades le hacían a ella, quien en ese momento estaba en octavo grado. 

La vista continúa mañana en la tarde.