Importante victoria, pero la lucha no termina
Activistas opinan que la sentencia puede llevar un mensaje a la sociedad
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Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 7 años.
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Ese fue el planteamiento ayer de Pedro Julio Serrano, activista por los derechos de la comunidad Lésbica, Gay, Bisexual, Transexual y Transgénero (Lgbtt), luego de conocer la sentencia de 135 años y nueve meses de cárcel que recibió Francisco Miranda Bermúdez por el asesinato del estilista Miguel Rodríguez Fernández.
Serrano puntualizó, además, que no se le habrá hecho justicia a Rodríguez Fernández hasta que el coacusado en este caso, Francisco Miranda Sánchez, sea procesado.
Según las autoridades de ley, Miranda Bermúdez y Miranda Sánchez, que son padre e hijo, confesaron el crimen.
“Hasta que no finalice el juicio y se le dicte sentencia al otro asesino confeso (Miranda Sánchez), que es hijo de este primer asesino convicto, no se le ha hecho justicia a Miguel”, expresó Serrano.
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El proceso contra Miranda Sánchez se encuentra en la etapa de selección del jurado.
“Y aun así, no hay justicia mientras tengamos que perder vidas por el odio. Así lo vimos en Orlando (matanza en la discoteca gay Pulse) y no lo podemos seguir viendo. Ya está bueno de tanto odio, de tanto crimen y desprecio. Somos seres humanos”, afirmó.
Homofobia institucionalizada
Por otra parte, el activista de derechos humanos opinó que la tardanza en aplicar el agravante de crimen de odio por orientación sexual es producto de “la homofobia institucionalizada y colectiva que aun permea en nuestra sociedad”.
“Yo espero que no tengan que pasar otros 14 años para que se vuelva a ratificar el que los crímenes motivados por prejuicio son crímenes de odio bajo nuestro estado de derecho”, sostuvo Serrano.
La Ley 46 del 4 de marzo de 2002 enmendó la Regla 171 de las de Procedimiento Criminal para incluir como agravante de la pena aquel delito que se cometiera por prejuicio por orientación sexual.
Luego, en el Código Penal de 2012 se dispuso como agravante cometer un delito por prejuicio por orientación sexual e identidad de género.
No obstante, aunque se había presentado anteriormente, no fue hasta ahora que un jurado acogió este agravante.
“Este es un típico caso de un padre que le inculcó el odio a su hijo. Tenemos que acabar con esta homofobia que existe en la familia, estas cosas no pueden seguir pasando en Puerto Rico”, manifestó Cecilia La Luz, directora ejecutiva del Centro Comunitario Lgbtt.
La activista entiende que esta sentencia llevará un mensaje a la sociedad.
“Qué bueno que en esta sentencia se añade el agravante porque, aunque no son suficientes años de cárcel, se le da una lección a la sociedad de que no se quedan impunes las personas que cometen asesinatos infundados por el odio”, agregó.
Entretanto, el fiscal de distrito de Ponce, Richard Rosado, se mostró complacido.
“Por un lado nos sentimos satisfechos porque se hizo justicia, pero sumamente tristes porque si estamos tocando este tema es porque mataron a una persona. Entiendo que con esta determinación se le hace justicia a aquellos que han sido objeto de prejuicio durante muchos años por distintas razones”, dijo Rosado.