“No existe evidencia que sustente sus alegaciones. Nunca nadie ha presentado evidencia alguna de delitos relacionados a la muerte de Lorenzo, salvo la evidencia presentada por el asesinato, la cual apunta en su totalidad al señor (Luis Gustavo) Rivera Seijo”, dijo el fiscal general José Capó, al reaccionar a denuncias de Ahmed Alí González, padre del menor asesinado.

González reclamó en una entrevista con Primera Hora que conforme a la prueba desfilada en la vista preliminar  en alzada contra Rivera Seijo, el Departamento de Justicia “le ocultó información” sobre lo que según él podría constituir negligencia de su ex esposa, Ana Cacho, como custodia entonces de sus hijos. 

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Aseguró que estaba ajeno a lo que Rivera Seijo le confesó en 2014 a la entonces fiscal federal María Domínguez, de que la madrugada de los hechos había visto en el segundo piso de la casa una silueta de una mujer fumando crack, que le pareció que era  Cacho.  

“Respetamos todas las opiniones, más aún las que provienen de víctimas de crimen y de sus familiares”, indicó Capó en declaraciones escritas.

“Este tipo de desconfianza y ataques son más comunes de lo que nos podemos imaginar. Una pérdida así no puede ser fácil. Lamento mucho que su situación legal con la señora Cacho no le permita entender la realidad objetiva de la muerte de su hijo”, afirmó el Jefe de los fiscales.

Cacho exonerada

Por su parte, Yvette González, madre de Ana Cacho,, envió a Primera Hora  copia de un examen de una muestra de cabello tomado a su hija para determinar si hubo uso de sustancias controladas. 

El resultado de esa prueba, realizada en marzo de 2010, tuvo resultado negativo. El documento de Quest Diagnostic refleja resultado negativo a drogas como anfetaminas, cocaína, marihuana y opiáceos.

El reporte precisa que la muestra se obtuvo el 16 de marzo de 2010 y los resultados se reportaron al día siguiente. 

En el proceso judicial incoado contra Rivera Seijo, la propia Cacho declaró que llegó a consumir marihuana, pero subrayó que no consumió esa sustancia controlada la noche en la que halló a su hijo gravemente herido.

La defensa de Cacho ha reafirmado que prueba capilar tomada ante la trabajadora social Vanessa Santana corrobora que no fumó, ni ingirió ningún tipo de drogas 90 días antes del 9 de marzo de 2010.

Cuando se produjo la muerte del niño, Cacho y González ya no convivían como pareja y según testificó en corte estaba iniciando la relación con un amigo. La pareja tenía una relación contenciosa antes del crimen del menor y tras los fallidos intentos del Departamento de Justicia para procesar a un culpable por la muerte del niño nuevamente son patentes públicamente esas diferencias.

Para González el caso dos veces fallido que llevó Justicia contra Rivera Seijo dejó más interrogantes que respuestas, sobre de su hijo Lorenzo y frustrado expresó reacciones a lo ocurrido hasta el pasado 7 de junio.

“La incongruencia mayor es que un patólogo que tuvo el cuerpo de mi hijo, lo examinó y encontró que había sangre en el cerebro, que era compatible con un golpe contundente con una pared o con objeto plano. En ninguna confesión, él (Rivera Seijo) habla de eso. Solo habla de las heridas que le causó en el rostro. Pues ahí ya hay una duda. Por eso tengo que decir como dijo el juez, o se toma todo o no se toma, pero no se puede fraccionar (la confesión), puntualizó el padre de Lorenzo.

González se refirió a declaraciones del patólogo Carlos Chávez,  quien declaró que el niño murió a causa de  severo trauma craneal. Afirmó  que el nene pudo haber muerto unos 30 minutos después de recibir un golpe contundente en el lado izquierdo de la cabeza, así como tres heridas cortantes en su rostro. 

De acuerdo con el testimonio del galeno, el golpe en la cabeza, al lado del lóbulo izquierdo cerca de la oreja, no se veía a simple vista y que ese trauma se realizó previo a las heridas del rostro.

González, por otro lado,  opinó  que para él  “es importante” el hallazgo de una servilleta con sangre ante múltiples dudas en   la investigación. 

Insatisfecho

“Cuando estamos hablando de sangre, estamos hablando de sangre, sangre de mi hijo y sangre de otra persona que resultó ser de Ana Cacho. Eso no se preguntó”, sostuvo.

Sin embargo, Primera Hora le planteó que el perito en patrones de manchas de sangre, Noel Colón  que la sangre en la servilleta no tenía relación con el evento?

“Y si la encontraron en la escena de los hechos, ¿por qué descartar la sangre de Ana Cacho? ¿En dónde se cortó?, ¿En qué momento? No es lo mismo tomarle importancia a ciertos detalles de la prueba y descartar otros, por creerlos menos importantes”, argumentó.

Cuestionado sobre las confesiones reiteradas de El Manco , respondió: “Es un paciente que lo sacaron de una institución psiquiátrica y que lo llevaban a la escena como claramente escuchamos y vimos todos. Lo llevaban, le enseñaban fotos, le decían y escuché hasta que le hablaban de amenazas contra su vida. Yo no sé que pensar, yo solamente puedo pensar en que la prueba lo descarta”.

 Al reafirmar su malestar con Justicia, estimó que al usar partes de expresiones de El Manco “estaban lavándole la cara a otros testigos”.

Mientras, cuando Primera Hora le cuestionó ¿qué piezas del rompecabezas faltan? contestó: “Esa no es mi función. Mi función es ser padre, velar por el bienestar de mis hijos, exigir justicia para mi hijo. Esa es mi función. La función de encausar, enjuiciar es la del Ministerio Público. Por eso digo, que no pueden utilizar partes de esa versión y otras no. Rivera Seijo dijo (en una de las confesiones) que vio a Ana Cacho en el Burger King de 1:30 a 2:00 de la mañana. ¿Con quién estaban mis hijos a esa hora, si es creíble esa versión? ¿Estaban solos?”

Para González  con el   fallo de la jueza Vilmary Soler  “ pude ver que todavía se puede creer en la Rama Judicial, que todavía la verdad prevalece”.

Por eso,  exhortó al titular de Justicia, César Miranda  que “encamine” la pesquisa “por el camino de la prueba científica que presentaron ellos mismos”.