El estudiante José Enrique Martínez Rivera, de 22 años, acusado de provocar un accidente de tránsito que cobró la vida de tres universitarios en Mayagüez, en el mes de diciembre del año pasado, renunció hoy a la vista preliminar, confirmó la oficina de prensa de la Administración de Tribunales.

En la sala de la jueza Geysa Villarrubia Rivera, en el Centro Judicial de Mayagüez, su defensa informó que el conductor tomó la decisión de allanarse a la determinación de causa probable para juicio.

La lectura de acusación fue pautada para el 1 de octubre y el juicio en su fondo para el 4 de noviembre, ambos a las 9:00 a.m.

A su salida de la sala del tribunal, el imputado expresó ante las cámaras de televisión que “yo solamente quiero que esto se acabe, que esta pesadilla no siga. Estoy consciente de lo que significa un juicio. Siempre fue mi mayor miedo, más que todo el hecho de volver a revivir las cosas que pasaron esa noche”.

Durante la vista preliminar, que comenzó el martes, testificaron varios allegados de las víctimas y del imputado con quienes se comunicó tras ocurrir el accidente. Uno de ellos fue Elvin Vélez, a quien le manifestó que estaba arrepentido por conducir a exceso de velocidad y Yadiel González, el cual narró las últimas horas en las que estuvieron compartiendo y los lugares que visitaron. Este no estaba con ellos al momento del accidente fatal

Mientras que la jueza no dio paso a una presunta prueba exculpatoria que presentada por su defensa encabezada por el licenciado Pablo Colón, sobre defecto en los neumáticos.

Otro de los testigos fue el agente César Arocho quien redactó informe del accidente de tránsito, este describió que el conductor estaba en estado de desorientación, con olor fuerte a alcohol y negándose inicialmente a la prueba de aliento.

Martínez Rivera enfrenta cargos por imprudencia o negligencia al manejar un vehículo de motor, penalidades en caso de grave daño corporal a un ser humano y por manejar de vehículos de motor bajo los efectos de bebidas embriagantes, todos en violación a la Ley 22 de Vehículos y Tránsito.

Se alega que el resultado de la prueba de alcohol en su organismo arrojó .09% (el máximo permitido por ley es .08%) y que al momento del accidente conducía a 102 millas por hora, según reveló en análisis de la caja negra del automóvil deportivo.

En el mes de junio, el juez Tomás Báez Collado encontró causa para arresto en todos los cargos y le impuso una fianza de $60,000, la cual fue prestada. El joven permanece en libertad bajo supervisión electrónica.

De ser hallado culpable, se expone a una posible condena de hasta 69 años consecutivos de prisión.

Su defensa había adelantado que radicaría una moción con prueba exculpatoria, mientras que la fiscalía podría presentar cerca de una veintena de testigos, entre ellos estudiantes del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM), patólogos forenses, peritos, la directora del Instituto de Ciencias Forenses (ICF), María Conte Miller; así como agentes de servicios técnicos y de delitos cibernéticos.

Según la pesquisa de la División de Patrullas de Carreteras de Mayagüez, los hechos ocurrieron alrededor de las 4:48 a.m. del 5 de diciembre cuando Martínez Rivera conducía Ford Mustang GT del año 2023 por la avenida Alfonso Valdés Cobián en compañía de tres pasajeros.

Durante el trayecto, perdió el control del vehículo, provocando un accidente que resultó con la muerte de los demás ocupantes.

Los pasajeros José Martí Rivera Rivera, de 22 años, atleta en el RUM y Josué Rodríguez Arroyo, de 21 años y estudiante de administración de empresas en el Antillean Adventist University en el mismo municipio, murieron en la escena.

Mientras, Erick Caraballo Hernández, de 21 años y quien estudiaba una concentración de Finanzas del Colegio de Administración de Empresas, fue recluido en el Centro Médico de Puerto Rico, en Río Piedras, donde murió posteriormente.

El conductor, quien para ese momento cursaba su cuarto año de Agrimensura y Topografía en el Departamento de Ingeniería Civil del RUM, fue trasladado al Hospital Metropolitano para realizarle la prueba de sangre, ya que se negó a someterse a la prueba de aliento para detectar la presencia de alcohol en su organismo y fue necesario diligenciar una orden de allanamiento emitida por un tribunal.

Martínez Rivera, sufrió una lesión leve en una de sus manos.