Decenas de personas acudieron este domingo al cementerio municipal de Coamo para dar su último adiós a la familia puertorriqueña que pereció hace una semana en un aparatoso accidente en la República Dominicana.

Allí aguardaron bajo un candente sol, mientras se acercaba la comitiva fúnebre con los cuatro ataúdes que contenían los restos del fiscal Michael Orozco Marín, su esposa María Martínez Vázquez y sus suegros Ramón Martínez Cesani y Awilda Vázquez Burgos que, era oriunda de la Villa de San Blas.

En medio del dolor, sus familiares se abrazaron a los momentos compartidos con cuatro seres que describieron como alegres, solidarios y de unas creencias religiosas firmes, a pesar de que justo este día, se cumplía el primer aniversario de bodas.

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Además, la joven pareja esperaba su primer bebé y, justo este domingo, revelarían el sexo de la criatura.

Para Alba Burgos, tía de Awilda, “todo esto es muy triste”.

“Hoy ellos (María y Michael) cumplían su primer aniversario de bodas. Ella murió sin saber que tendría una nena. Fue un amor tan grande que, se fueron juntitos los dos, al igual que Awilda y Ramón. Ellos siempre estaban unidos en familia”, expresó ahogada en llanto.

“Awilda sufrió mucho porque para esta misma fecha, hace 10 años, falleció su hijo en un accidente de motora y eso la devastó, pero por su fe en Dios salió hacia adelante. También tuvo un cáncer fuerte que, decían que no salía, pero su fe era más grande y salió. Era un ser muy especial. Dios ganó un tesoro”, manifestó.

Otra de sus familiares, identificada como María Mateo, señaló que, Awilda “fue buena hija, buena madre, buena esposa y buena amiga. Donde estaba Awilda no había enojo. Ella estaba para todo el mundo, su risa, el esposo era especial, sus hijos. Un ser muy especial que recordaremos por siempre”.

Por su parte, el hermano de la coameña, José A. “Papo” Vázquez, relató que, “aquí observe una familia bien unida donde nacimos, nos criamos todos hermanados y de esa cepa, se nos acaba de ir una flor… Awilda”.

“Awilda, de pequeña, ella salía en todos los programas de baile, en todos los programas que había que recitar, ella fue reina. Ella no cambió esa manera jovial, amable, cariñosa e inclusive, cuando le llega esa aparente enfermedad del cáncer, ella se detuvo, levantó su frente y dijo: ‘Voy hacia adelante”, apuntó.

“La familia de nosotros ha sido siempre bien unida y así vamos a permanecer, esperamos poder pasar este duelo y recuperarnos, con el favor de Dios. Entiendo yo, quiero verlo de esta manera que, mi sobrina María Nereida, su esposo Michael, mi cuñado Ramón y Awilda que, le servían al Señor, si papá dijo: ‘Los quiero acá arriba porque también acá quiero gente buena’…. pues, ¿qué vamos a hacer?”, dijo con resignación.

“Hay tantas anécdotas y tantas cosas bonitas que recordar que, realmente tenemos un amplio récord de eso. A veces, los seres humanos no estamos preparados para dejar ir y, esa es la parte humana. En el nombre del Señor tenemos que aceptarlo. El Señor sabe lo que hace”, agregó acompañado de otros familiares.

(Carlos Rivera Giusti)

De hecho, Vázquez aprovechó la oportunidad para agradecer al pueblo por sus muestras de apoyo.

“Le damos las gracias a ustedes y al pueblo. Hemos sentido su amor y su cariño. Le damos las gracias al pueblo de Puerto Rico porque en estos momentos han sido solidarios con todos nosotros”, expuso.

Su primo Adolfo Robledo, dijo que “nos criamos aquí jugando”, refiriéndose a la calle Segundo Bernier, aledaña al camposanto.

“Ella (Awilda) siempre se distinguió porque siempre estaba en todos los programas y en el cáncer fue una luchadora. Era una muchacha muy cristiana y su comportamiento decía más de lo que hablaba. Hace un año, mi hermana se estaba muriendo de cáncer y ella la cuidó muchas, muchas veces. Hoy ella está sana, gracias al apoyo que ella le dio”, reveló.

El alcalde Juan Carlos García Padilla, mencionó que, “es una tragedia, pero siempre nos agarramos de nuestro Señor Jesucristo, de su misericordia divina y solamente deseamos a su familia, fortaleza en él. Esto ha sido una tragedia que ha tocado a todo Puerto Rico”.

Entre las expresiones de duelo, figura Michael Rivera, padrino nupcial de la joven pareja de abogados, quien destacó que “el año pasado fue su boda y yo sé que hoy están celebrando con papá Dios”.

Rivera quien fue compañero de la pareja mientras estudiaba en la Escuela de Derecho de la Universidad Católica en Ponce, exhortó a los presentes a disfrutar “con su familia porque no se sabe lo que puede pasar. Quiero un aplauso de todos”, resaltó al sumarse a un sonoro aplauso que continuó con el sepelio de los cuatro boricuas.

“Era una familia alegre y así lo vamos a recordar”, agregó.

La familia fue despedida a son de plena, interpretada por Los Pleneros son Pa’l Pueblo, de la Escuela de Derecho a donde perteneció Orozco Marín, mientras una leve llovizna parecía consolar las almas adoloridas por la tragedia.

Los puertorriqueños murieron luego de que un muro cayera encima del vehículo en el que viajaban.