Washington.- Al destacar que Puerto Rico ya se enfrenta a una grave crisis fiscal, legisladores federales afirmaron hoy que buscarán que el gobierno de EE.UU. mitigue los miles de millones de dólares en daños que causa el huracán María en Puerto Rico. 

En momentos en que el presidente Donald Trump ha expresado su intención de ofrecer asistencia de emergencia y el gobernador Ricardo Rosselló solicitó que Puerto Rico sea declarado zona de desastre, miembros del Congreso advirtieron que la crisis por la que atraviesa la Isla hace más urgente la ayuda federal.

“Estaremos allí para ayudar”, sostuvo el presidente Trump, quien al hablar con la prensa en las Naciones Unidas junto al rey Abdullah II de Jordania comentó que “nunca había visto vientos” como los que provocó en Puerto Rico el huracán María.

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Mientras, la comisionada residente en Washington, Jenniffer González, informó que el secretario de Salud de EE.UU., Tom Price, emitió anoche una declaración de emergencia en el área de salud, lo que otorga flexibilidad en los servicios de Medicaid y Medicare, y facilitará el envío de personal a la Isla.

Anoche, el vicepresidente Michael Pence telefoneó a González, para reiterar el respaldo a la Isla.

"Nuestro corazón está con ustedes, estaremos allí para ayudarles. Ustedes son parte de esta nación. Mis oraciones están con ustedes y estaremos disponibles para asistir a la isla", indicó el vicepresidente Pence, según la comisionada.

La comisionada González indicó que solicitó a Pence ayuda inmediata para el restablecimiento del sistema de electricidad.

En una carta enviada hoy al presidente Trump, el congresista demócrata Luis Gutiérrez (Illinois) solicitó que al asignar cualquier asistencia federal a la Isla se le dispense al gobierno de Puerto Rico el pago de cualquier aportación que se requiera por ley.

“Puerto Rico está en quiebra y totalmente incapaz de contribuir financieramente a su propia recuperación”, indicó Gutiérrez, quien además le pidió a Trump que considere que la población de Puerto Rico es cada vez de mayor edad y que los servicios que se ofrezcan tomen en cuenta que el español es el idioma común de la Isla.

La portavoz de la minoría demócrata en la Cámara baja, Nancy Pelosi (California), la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley, y los congresistas boricuas Nydia Velázquez (Nueva York), José Serrano (Nueva York), Darren Soto (Florida) y Raúl Labrador, entre otros, reclamaron apoyo para la isla.

En una carta al presidente Trump, los senadores por Florida Marco Rubio (republicano) y Bill Nelson (Florida), reclamaron “la atención continua de su administración a esta peligrosa tormenta para que los recursos federales asignados puedan estar rápidamente disponibles a medida que surjan las necesidades locales”.

“Trabajaré arduamente para asegurar que nuestro gobierno haga su parte para mitigar los efectos potencialmente desastrosos y la amenaza a la vida por el huracán María al pueblo de Puerto Rico”, indicó, por su parte, el senador demócrata Robert Menéndez (Nueva Jersey).

El demócrata Soto afirmó que “los federales tienen que poner el pie al frente para ayudar a Puerto Rico”.

La asistencia federal a Puerto Rico, como en estados azotados por los huracanes Irma y Harvey, es coordinada por la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA).

Y el Congreso estadounidense aprobó hace unas semanas una asignación inicial de $15,250 millones destinada a FEMA, el Departamento de Vivienda federal y la Administración de Pequeñas Empresas (SBA).

El senador Nelson indicó que se requerirán más de los $15,250 millones previamente asignados para los damnificados de Harvey e Irma.

La comisionada González ha señalado que el liderato del Congreso tiene previsto impulsar una nueva asignación de fondos de emergencia para asistir con los desastres recientes causados por huracanes.

El congresista Soto dijo que lo primero es proveer suministros de alimentos, techo seguro, y asistencia para restaurar el sistema energético.

Menéndez, por su parte,  sostuvo que mientras los republicanos del Congreso buscan revivir legislación dirigida a reemplazar la ley Obamacare y “limitar la atención médica de millones de estadounidenses”, deben recordar también que “los 3,4 millones de ciudadanos estadounidenses que viven en la isla se enfrentan a una crisis evitable en forma de un precipicio de Medicaid que sólo sumará al sufrimiento humano y exacerbará el impacto de esta tormenta”.