Una tensa calma se percibe en los alrededores del vertedero municipal de Peñuelas, cuando de un momento a otro se espera la llegada de una caravana de camiones encaminados a depositar cenizas de carbón de la empresa Applied Energy Systems, (AES). 

Mientras, llegan activistas de diversas partes a respaldar el campamento que levantaron residentes de los barrios aledaños a los terrenos que administra Peñuelas Valley Landfield.

Y esa tensión se ha convertido en indignación, ya que los manifestantes entienden que el gobernador Ricardo Rosselló ha puesto más empeño en ayudar a la empresa AES que a la salud de la comunidad.

Relacionadas

“Esta gente llega al poder prometiendo la defensa de la salud y el ambiente, y luego se desbordan y hasta empeñan su prestigio y credibilidad para favorecer a los desarrollados contaminantes, utilizando el trillado argumento del desarrollo económico para favorecer empresas de pocos empleos, grandes ganancias y la ausencia de salud”, manifestó el portavoz del grupo Francisco Sáez Cintrón.

“La comunidad se siente traicionada, aquí ha habido gente de todos los partidos, incluso del penepé que ha sido combativos en contra del depósito que no es otra cosa que la muerte a plazos cómodos, y los han traicionado”, agregó Sáez Cintrón.

Para la comunidad, las amenazas de la empresa con cortar el suministro de energía funcionó para amedrentar al gobierno, y provocar que La Fortaleza, rehiciera el proyecto sometido por el senador Larry Seilhamer para prohibir las cenizas, eliminar los estudios científicos e insertar el concepto de “uso comercial beneficioso”. 

“¿Cómo es posible que el uso comercial beneficioso vaya por encima de la salud?, cuestionó Sáez Cintrón, al indicar que bajo ese concepto cualquier cosa se tendría que aceptar. 

De hecho, el portavoz senatorial del Partido Independentista Puertorriqueños (PIP), Juan Dalmau Ramírez, señaló que bajo el subterfugio del “uso comercial beneficioso”, las enmiendas impuestas por el Gobernador permitirían, no sólo el depósito de las cenizas en los vertederos, sino retrotraernos al nefasto uso de esos desperdicios como material de construcción y para relleno en urbanizaciones, caminos y hasta en terrenos agrícolas. 

“Ahora, las cenizas las tendremos en el patio de nuestras casas, en la sala, en las paredes de la habitación de nuestros hijos”, comentó Dalmau Ramírez, al indicar que ni siquiera disimularon al incluir unas enmiendas con un lenguaje similar a las ponencias y escritos de la empresa carbonera AES. 

AES indicó esta semana que todavía no han decidido cuando reanudan los depósitos de Agremax, material que sostienen no es tóxico y que sirve como relleno sanitario.