El anuncio de reconstrucción del icónico Teatro La Perla de Ponce, hecho por el alcalde Luis Manuel Irizarry Pabón, fue recibido con alegría y escepticismo por algunos trabajadores de las tablas y figuras del ámbito cultural.

Según las proyecciones del ayuntamiento, la reapertura de este recinto afectado por el huracán María y los terremotos, será en marzo de 2024, a un costo de $3,280,000 millones.

Para la teatrera Stephanie Taylor, quien administró la instalación durante 20 años, escuchar que los trabajos de restauración comenzarán en las próximas semanas “es prácticamente el fin de una pesadilla”.

“Es muy emocionante. Esto es un comienzo nuevo, la oportunidad de volver a tener las puertas del teatro nuevamente abiertas. Hoy he tenido que aguantarme las ganas de llorar, por la emoción que me causa esta noticia”, confesó al culminar la conferencia de prensa del alcalde Luis Manuel Irizarry Pabón, efectuada este martes en las escalinatas del histórico espacio.

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“Yo no pierdo de vista el teatro, vengo por aquí con bastante frecuencia y no me he desvinculado del teatro para nada. Cada vez que entro, me paro en el escenario y aspiro el aire de esa sala y lo primero que digo es que, hace falta nuestro teatro. Esta es nuestra casa; los teatreros necesitamos nuestra casa”, insistió.

Mientras que la fundadora y directora del Coro de Niños de Ponce, María Inés Suárez, destacó la importancia histórica de lo que considera “un espacio sagrado”.

“Esto es un espacio sagrado, aquí está la belleza. Son unos principios que rigen nuestras vidas, no importa en lo que tú creas, pero hay algo en la trascendencia del ser humano que parte de ahí. Este espacio es parte importante de nuestra historia como ciudad y quedó destruido con el terremoto de 1918 y fue a través de un esfuerzo comunitario que volvió a levantarse”, recordó.

Igualmente, auguró que el concierto para celebrar los 40 años de la institución, lo harán desde el Teatro La Perla para mayo de 2024. Esto, de no suceder contratiempos que atrasen el curso de la obra.

De otra parte, la actriz, educadora y productora de teatro Maddy Rivera, arremetió contra la administración municipal de Ponce, “por querer aprovecharse de la debilidad y necesidad que tenemos los artistas en esta ciudad y la carencia de espacios para exponer nuestro trabajo”.

Rivera, quien denunció las posturas homofóbicas del ayuntamiento, a raíz de las expresiones de la primera dama, Miyady Velázquez Pagán, admitió que recibió una llamada para asistir a la conferencia de prensa, a última hora.

“Ellos dicen que no discriminan contra mí, pero a mí no me invitaron. A última hora y por la presión que le hizo una llamada telefónica de la prensa, comenzaron a llamarme. Pero no me hace falta de estar al lado de la administración homofóbica, que no respeta el arte y, lo censura. No puedo pararme al lado de personas así, porque va en contra de mis principios y de mi moral”, apuntó.

“Me parece un acto traído por los pelos, de último momento, donde tú le ofreces una migaja a un artista que, sabes que está en necesidad. Me refiero a que lo que ofrecen son fechas para que se puedan presentar; para presentaciones que no son inmediatas”, lamentó.

Asimismo, la actriz ponceña tronó por la intención del ayuntamiento de dedicarle el evento del sábado 25 de marzo, Día Mundial del Teatro, al fenecido dramaturgo Luis Torres Nadal “por la política de homofobia que tiene esta administración”.

“No conocí a Luis Torres Nadal, pero estoy segura de que él no hubiera asistido a esa actividad porque, es que, si tú tienes un poco de vergüenza y de dignidad, tú no puedes hacerlo porque te contradices. No puedes estar en una marcha y defender unos derechos y establecer que algo está mal, para luego pararte al lado de la persona que te ofende, que te agrede y que te abusa, aunque te esté ofreciendo una migaja”, insistió.

“Los artistas de esta ciudad brillan con luz propia. Tienen unas trayectorias bellísimas; actores y actrices de esta ciudad. Es hora de defender, sin miedo, ir de frente y de no aceptar cualquier cosa que te den para que te calmes un poco, para que te calles la boca. Esto fue un acto de hipocresía; un bajo, mezquino y da vergüenza”, subrayó.