Miles de personas llegaron temprano al Belén de Puerto Rico para participar de la Fiesta de Reyes Magos de mayor antigüedad en el país, con una celebración ininterrumpida de 139 años y que reunió a boricuas de todos los pueblos, incluyendo la diáspora.

El tradicional desfile nacional salió cerca de las 10:30 de la mañana desde la Casa Museo de los Santos Reyes en la carretera PR-14, a donde participaron familias, comunidades, organizaciones religiosas, cívicas y educativas, quienes encarnaron a los personajes bíblicos de la epifanía, entre estos, la Virgen María, San José, pastorcillos y profetas.

Uno de los momentos esperados fue el tradicional saludo de los Reyes Juanadinos, que, minutos antes del recorrido, se apostaron en el balcón del único museo temático dedicado a los Magos de Oriente. Luego, se unieron a la multitud montados a caballo, mientras que, grandes y chicos le expresaban muestras de cariño y respeto.

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Llegan de toda la Isla para conmemorar 139 años ininterrumpidos de tradición.

Asimismo, una carroza abría paso con canciones navideñas, interpretadas por un grupo musical proveniente del Municipio de Comerío; precedido por un despliegue de banderas latinoamericanas de aquellos países que mantienen la tradición, a cargo de los jóvenes del Puerto Rico Challenge Academy.

Para María Berdecía, el Día de Reyes es el momento más esperado por su familia que, durante 23 años, participa del desfile encarnando a los pastores.

“Estoy feliz. Esto es una tradición hermosa que, yo no quiero que deje de existir en el corazón de mis niños”, confesó la juanadina quien acudió al evento junto a su esposo, José Rodríguez, su hija Jomaries Soid y su nieta, Kailiany de un año y cuatro meses.

“Este trajecito de pastora lleva 23 años; es el más viejo que hay porque mis suegros me enseñaron esto y así yo quiero que ella (Jomaries) se lo enseñe a su hija”, relató la contadora de profesión que también llevó a su amiga María Vargas.

Mientras que Enid Zayas, aseguró que el desfile de Reyes es “algo patriótico”.

Por eso, se ocupó de que su hija Natalie y sus pequeños nietos, Keiichi y Tommy, vivieran la misma experiencia que ella tuvo desde la infancia.

“Esto es algo que mi familia me lo inculcó y yo se lo he inculcado a mis hijos. Venimos todos los años, incluso, para la pandemia, le hice el vestido, los llevé a la plaza y los retraté. Que no muera nunca la tradición”, acotó la fémina natural del casco urbano de Juana Díaz.

Otros participantes llegaron de distintas ciudades en Estados Unidos, entre estos, José María Rosario, quien anualmente viaja a la Isla desde Nueva York, para no perderse la Fiesta de Reyes de su pueblo.

Pero Rosario no viene solo, sino que desde hace dos décadas trae a su esposa Aracelys y a su hija María José.

“Desde pequeños, mi familia completa viene vestida de pastores. Somos 15 hermanos y hermanas. Todos participamos de una u otra manera. Lo vemos más desde el punto de vista religioso de que venimos para adorar el Niño Dios, los Reyes nos señalan al Niño Jesús. Siempre venimos en ese ánimo espiritual”, agregó el hombre de 58 años.

Entretanto, su esposa Aracelys, natural de Guayaquil, Ecuador, señaló que, “en mi país no se festeja así los reyes. La primera vez que vine me quedé asombrada al ver a todo el pueblo vestido de pastores. Nunca lo había visto. me parece increíble”.

El desfile incluyó delegaciones municipales, entre estas, la Ciudad Señorial, con la representación del Museo de Arte de Ponce y su directora, Cheryl Hartup, que también se unió a los pastorcillos y pastorcillas.

“Me encanta esta tradición. También es parte de la tradición y la historia del Museo de Arte de Ponce, celebrar la fiesta de los Reyes Magos. Tenemos una exposición en la Casa Museo, así que me siento en casa”, expresó Hartup, nacida en el estado de Oregón.

La soprano Marinel Cruz también viajó desde Miami, Florida, para interpretar el Ave María.

“Soy del barrio Guayabal. Hace siete años que no vengo a celebrar nuestras tradiciones por motivos de trabajo, en Miami. Recuerdo que venía desde pequeñita; era parte de nuestras tradiciones familiares. Mi mamá, María Cristina, también era soprano y aquí estoy siguiendo su legado. Hay mucha gente. Yo sé que esto va a seguir”, acotó.

Así las cosas, el desfile bordeó la plaza pública Román Baldorioty de Castro, a donde aguardaba otro mar de gente que, a pesar de que llovió, no se movió hasta ver a sus Reyes Magos. Inmediatamente, el lugar se convirtió en una catedral sin paredes, para dar inicio al diálogo de los profetas Jeremías, Daniel, Miqueas, Sofonías e Isaías.

Luego, Gaspar, Baltasar y Melchor hicieron su entrada oficial para, simbólicamente,h adorar al Niño Jesús que fue presentado a los ministros de la eucaristía y a su vez, al pueblo. La misa estuvo a cargo del obispo de Ponce, monseñor Rubén Antonio González.