Boricuas comienzan a sacar productos de sus carros de compras
Temerosos por los aranceles de Donald Trump, descartan artículos que no son prioridad.

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Los aranceles impuestos por el presidente estadounidense Donald Trump son la preocupación principal de los consumidores, que han visto cómo su bolsillo se sigue impactando por los altos precios y su poder adquisitivo para comprar productos, principalmente alimentos, ha disminuido, según se reveló este jueves durante la presentación de la Radiografía del Consumidor.
La apretada situación del consumidor ha llevado a que se descarten actividades y compra de ciertos artículos, principalmente aquellos que no son buenos para la salud.
Los datos mencionados por varios directivos de la industria de alimentos y supermercados durante la convención de la Cámara de Mercadeo, Industria y Distribución de Alimentos (MIDA), mostraban los constantes incrementos en los gastos de los boricuas y cómo cada vez el consumidor es más emocional a la hora de hacer sus compras.
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Según precisó el presidente del Comité de la Radiografía del Consumidor, Richard Valdés, en la convención que se realiza en el Centro de Convenciones Pedro Rosselló, en Miramar, el 48% de los boricuas piensan que estos aranceles “me afectarán gravemente” en la capacidad de comprar alimentos y que el 82% piensa que “afectarán grandemente a la economía”.
Explicó que estas implicaciones se observan, ya que el 85% de los productos que se consiguen en Puerto Rico son importados.
Destacó que el impacto de estos aranceles va más allá del bolsillo, y que la tendencia es que impacte la salud emocional del boricua. Este ambiente representa un cambio en la realidad del consumidor, comparado con años anteriores, donde se estaba pendiente a la “resiliencia”, así como al precio de la gasolina o de los huevos, afirmó el comerciante.
Ahora, “temen por la dificultad y el acceso a alimentos saludables y a servicios médicos”, agregó Valdés.
Los boricuas también mostraron preocupación en esta Radiografía del Consumidor, en el que se entrevistaron a 1,600 consumidores, sobre la posible reducción en el dinero que reciben del Programa de Asistencia Nutricional (PAN) y de los servicios de salud. Aluden a que representará “una carga emocional adicional”.
El efecto de los aranceles y la inflación, en general, según Valdés, ha empujado a una reducción en gastos en ropa, calzado y entretenimiento.
La encuesta apuntó a que las familias boricuas han visto un alza de sus gastos mensuales, principalmente hipotecas o rentas del hogar, transportación y alimentos, de $2,733 en el 2024 a $3,013 en este 2025.
Esto representa que “60 centavos de cada dólar se va en transportación, hipoteca, alimentos del hogar”, detalló Valdés.
“El dinero no da”
El comerciante señaló que los datos apuntan a que “el dinero no da con una sola persona trabajando” en una familia para asumir esta alza en gastos mensuales.
“Basado en el Censo y la Junta de Planificación, el ingreso familiar promedio está entre los $25,000 y los $33,000 anuales. Una sola persona trabajando en Puerto Rico, difícilmente, puede mantener una familia”, destacó.
Sobre el gasto mensual de alimentos y productos del hogar, Valdés informó que aumentó de $407 en el 2021 a $509 para el 2025. Cabe destacar que en el 2024 estaba en $452.
El estudio apuntó a que el incremento de los gastos en alimentos se debió en un 93% a la inflación o a que los artículos aumentaron de precio.
“La realidad ahora es que no nos da el dinero. La realidad ahora es que estamos gastando más y tenemos menos productos”, resaltó Valdés.
Pese a estas dificultades económicas, el consumidor boricua considera que ya “no vale ser el más económico” para que un producto en particular sea ingresado por un comprador en un carrito.
Es que, a pesar de que los consumidores dicen que “estoy haciendo malabares para poder mantenerme a flote”, prefieren productos saludables, bajos en azúcar y, preferiblemente, hechos en Puerto Rico, dijo Valdés.
De hecho, el estudio destacó que por primera vez se registra que los boricuas han comenzado a consumir cervezas y vino sin alcohol.
También ven como aspectos igualmente importantes la fecha de expiración de los productos y el presupuesto separado para la compra.
Lo que se llevan y lo que dejan
Entre los datos interesantes que presentó el estudio es que el consumidor aumentó de tres a cuatro las visitas mensuales a supermercados o clubes con membresía para comprar alimentos. Realizan una compra principal y las otras tres de alimentos que se acabaron, a las que llamaron compra de relleno.
La canasta principal del consumidor fue liderada por carnes, huevos y vegetales. Estos grupos registran un aumento constante y significativo.
El agua embotellada también fue la preferida en la zona de bebidas. Seguida por la leche y el café.
Sin embargo, hubo una baja significativa en la compra de arroz, pan y granos.
Mientras, el impacto que ha tenido el que los productos se hayan encarecido llevó a que los dulces, refrescos, mantecado, galletas, flanes, jugos y el alcohol fueran sacados del carrito de compra.
La baja en la compra de alcohol fue de un 29% a un 27%. Los que lo adquieren prefieren cervezas y vinos, antes que el ron.
Los consumidores también han disminuido la compra de meriendas. Este renglón se posicionaba en el 2024 en un 72% de las compras y ahora bajó a un 65%.
Los que todavía compran estas meriendas, prefieren las frutas.
Para mantenerse en presupuesto, el boricua ha comenzado a hacer planificación de sus compras. Son el “shopper” y las redes sociales sus principales fuentes de conseguir especiales.
Se destacó que, en esa preparación para hacer compras en el supermercado, hubo una caída de un 72% a un 50% en la opción de preguntar a la familia qué desean.
El estudio también reveló que el 91% de los boricuas prefieren comer comida hecha en casa, principalmente el desayuno y la cena.
Pero, en general, se detectó que “nueve de cada 10 comen fuera del hogar”. El gasto promedio mensual es de $163 por unas cinco comidas que no son en casa.
Para lidiar con los cambios que ha realizado el consumidor ante el alza de precios, el presidente del grupo que creó el estudio llamó a los comerciantes a “empezar a diseñar compras por volumen, campañas, conocer su consumidor, trabajar valor agregado. No es solo precios, sino dar experiencia a este consumidor”.
También deben abrirse a presentar nuevas marcas a los consumidores, sobre todo aquellas que presenten ingredientes saludables.
En general, dijo que deben “ofrecer soluciones accesibles relevantes y emocionalmente conectadas para poder mantenerse vigente”.