Ante el repunte de casos de COVID-19 en los que se han establecido nuevos récords de casos desde que inició la pandemia en marzo de 2020, un grupo de epidemiólogas dieron este viernes varios consejos para celebrar una Navidad segura o hacer el intento de estar libres de este mortal virus.

Es que la llegada de la variante Ómicron ha desatado miles de casos diarios en momentos que todas las familias desean juntarse para celebrar.

El primer llamado es gozarse las fiestas “de manera responsable”.

La epidemióloga Fabiola Cruz López, quien en el pasado estuvo a cargo del Sistema Municipal de Investigación de Casos y Rastreo de Contactos del Departamento de Salud, dio las tres alternativas viables para celebrar. La primera fue la fiesta virtual.

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“Si podemos hacerlo de forma virtual, vámonos con esa opción que, definitivamente, siempre es la más segura”, señaló, al indicar que ya la mayoría de los ciudadanos saben utilizar herramientas como Zoom y Teams.

La segunda alternativa fue la “servirranda navideña”.

“Si usted ordenó la comida y no puede cancelar la comida o usted como quiera quiere cocinarle a los suyos, otra opción que puede tener es hacer lo que es un servicarro, una servirranda navideña, y usted va entregando su platito de comida con sus dos mascarillas puestas”, detalló.

Cruz López hizo referencia a las dos cubrebocas, pues urgió a las personas que, si van a utilizar mascarillas quirúrgicas en estos tiempos de alto contagio, deben ponerse doble protección. De lo contrario, pidió que prefieran las KN95.

La tercera opción que fue discutida por mayor tiempo por Cruz López. Se trata de la reunión presencial del núcleo familiar.

Pese a dar esta opción, la epidemióloga Adriana Pons Calvo, de la Coalición de Salud Comunitaria de Puerto Rico (COSACO), señaló que en esta época navideña “es un acto de amor cuidarse”, por lo que “el tiempo no amerita que estemos presenciales”.

Si insiste en reunirse, Cruz López estipuló que el grupo debe ser de 10 personas o menos y que la actividad debe realizarse al aire libre, en un área que permita el distanciamiento social.

Dejó claro que, ante la situación que vive el país, en una reunión de 10 personas “estamos en un riesgo muy grande”.

Para asistir a esta actividad, la epidemióloga pidió que cada persona haga un “análisis de riesgo” sobre sus pasadas dos semanas.

“Si usted ha estado a mayor riesgo, entonces desista de ir a la actividad”, clamó.

Aclaró, además, que “estén vacunados o no estén vacunados, las medidas de prevención para todos va a ser la misma”.

Pidió no malgastar las pruebas de COVID-19 que hay en los laboratorios solo por insistir en ir a una fiesta. En cambio, si tiene pruebas caseras, dijo que deben realizarse justo antes de llegar a la fiesta y no con horas de anticipación. Comentó que los resultados en estas pruebas de antígenos puede cambiar en horas.

“Entre más cercano estamos a la actividad, ese es el momento para hacerse la prueba”, indicó Cruz López.

Tras emitirse todas las advertencias, la epidemióloga Josheili Llavona expuso que una fiesta de no más de 10 personas debe realizarse como si fuesen a un viaje, el cual representa un riesgo para la salud.

Llamó a que las personas permanezcan siempre con su mascarilla KN95 o doble mascarilla quirúrgica puestas en todo momento y se dividan los turnos en que pueden quitarse la protección para comer o ingerir bebidas.

Señaló que, en todo momento, debe regir la desinfección de manos y un “entorno con distanciamiento sano”.

Pons Calvo, a modo de ejemplo, dijo que se debe tener una mesa con mascarillas adicionales y alcohol.

Además, informó que una persona debe estar cada hora desinfectando perillas, baños y áreas comunes.

También pidieron que una persona que no sea vulnerable esté a cargo de servir la comida y otra la bebida.

“No deje a su abuelita”, dijo Llavona.

Recomendó que se sirva la comida “mientras van llegando” los invitados o separar en grupo de dos o tres personas comiendo al unísono, pero con distanciamiento social.

“En vez de tener a todo el mundo emitiendo cositas al aire, van a controlar a las personas que van a estar simultáneamente quitándose la mascarilla”, sostuvo Llavona.

Llamó a que nadie se deje la mascarilla removida durante la fiesta, así como a que se mantenga el distanciamiento social y la desinfección.

Expuso que, si hay un bebé en la fiestas, sus padres no deberían permitir que esté de brazo en brazo.

“Ellos sí pueden contagiar a otras personas”, comentó.

Por último, Cruz López dijo que la fiesta no debe durar mucho tiempo.

Una vez termine la actividad, los propietarios deben limpiar y desinfectar todo el hogar.

No obstante, lo más importante es que después del evento todas las personas limiten sus contactos por 10 días.

“En estos próximos días vamos a tener que aguantarnos, si nos expusimos”, alertó Cruz López.

La epidemióloga Llavona llamó también a vigilar los síntomas por esos 10 días, “aunque sea el más leve. No es ponernos paranoico”.

Otra recomendación que dieron es realizarse la prueba de antígeno entre el 29 al 30 de diciembre, si la reunión ocurre en esta Noche Buena o en Navidad.

“No es tener miedo, es tener empatía”, resumió Llavona.