Un problema más profundo que la tala de mangles. Así catalogaron los líderes comunitarios y miembros de la Iniciativa de Ecodesarrollo de Bahía de Jobos, Inc. (IDEBAJO) las construcciones en el Camino del Indio, de la Reserva Estuarina y de Investigación Bahía de Jobos, en Salinas, que recientemente cobró atención mediática y que abrió una investigación en el Departamento de Justicia.

Y es que estos líderes detallaron esta mañana en conferencia de prensa que el asunto es solo uno de las diversas denuncias que han expuesto repetidamente durante las pasadas cuatro décadas para detener los desarrollos ajenos a la comunidad y que ponen en jaque el bienestar ambiental. Sin embargo, sus reclamos logran poca acción gubernamental.

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“La comunidad siempre ha hecho. La comunidad siempre ha trabajado. Esto es historia. Siempre hemos cuidado de nuestros ancianos, de nuestros niños, de nuestros jóvenes. Esta comunidad siempre ha trabajado por lo suyo”, afirmó a Primera Hora la líder comunitaria de Las Mareas, coordinadora del centro de tutorías Punto Educativo y expresidenta de la Legislatura Municipal, Jacqueline Vázquez.

“La comunidad Las Mareas es una comunidad centenaria que por décadas ha tenido que vivir y sobrevivir el abuso, el abandono, la exclusión y la pobreza provocados por un modelo de desarrollo que no respeta nuestras vidas ni el ambiente”, comentó ante los medios de comunicación José Santiago, uno de los muchos pescadores que residen en el área.

A preguntas de este diario, Vázquez aseguró que durante los siete años que lideró la Legislatura Municipal y los cerca de 20 años no concurrentes que participó como asambleísta, levantó bandera de los crímenes ambientales que se llevaban a cabo en la Reserva, por lo que se querelló ante el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) y convocó a legisladores de la Cámara de Representantes, quienes llevaron a cabo vistas oculares. Todas sus acciones, no obstante, rindieron pocos frutos de parte de los funcionarios públicos, lamentó.

“Todo este trabajo que se ha hecho era mientras yo era presidenta (y todo) se ha quedado ahí”, indicó. “Cuando yo hice las denuncias simplemente estaban rellenando (y no se había cortado los mangles) y no se me escuchó”, añadió.

Asimismo, la comunidad repudió los señalamientos del representante popular Luis “Narmito” Ortiz Lugo, quien acusó a IDEBAJO de inacción para detener las construcciones, ya que en el 2015 firmó un acuerdo con el DRNA para encaminar esfuerzos colaborativos para el ecodesarrollo sostenible del área, “incluyendo la pesca comercial artesanal, preservación y conservación de los recursos de la Reserva, educación ciudadana, investigación, acciones de restauración ambiental en las áreas naturales y ecoturismo”.

“Mentiras y más. Esta comunidad siempre ha trabajado por lo suyo”, reaccionó Vázquez.

“A mí me parece una total desfachatez del representante Luis “Narmito” Ortiz. (Están) tratando de sacar del ojo público la inacción que tuvo (la alcaldesa Karilyn Bonilla Colón)”, indicó Víctor Alvarado, líder del Comité de Diálogo Ambiental, que forma parte de IDEBAJO. “Decir que estamos silentes es una total falsedad”, agregó al apuntar que el señalamiento está arraigada en intereses político partidistas.

Por ende, la comunidad emplazó al Gobierno a escuchar sus denuncias y atender, de una vez y por todas, las propuestas que han exigido por más de 10 años. Estas son: restaurar el manglar que fue eliminado y el intercambio de agua entre el mar Negro y el Blanco; transicionar la siembra de mangle y eliminar el relleno para que la comunidad no quede expuesta a inundaciones; manejar la infraestructura sanitaria para que no se continúe contaminando el mar Negro devolver el acceso a la costa a las comunidades en la Reserva y todo el litoral costero; que se hagan disponibles los fondos de reconstrucción disponibles desde el paso del huracán María en el 2017.

Además, propusieron que se desarrollen proyectos de turismo comunitario ecológicos; un manejo comunitario de la pescadería y el mar Negro como laboratorio y espacio de crianza de peces; una oferta gastronómica propia de la comunidad; una escuela ecológica y de biología marina; y el desarrollo agrícola en manos comunitarias de las tierras aledañas a la comunidad.

Para esto, se celebrará una reunión de pueblo el 30 de abril, ya que se busca que la comunidad tenga participación activa y protagónica con la Reserva, de acuerdo al acuerdo de comanejo de IDEBAJO; trato igual a los pescadores; y una política de acceso comunitario a tierras de valor agrícola.

“Vamos a llegar a las últimas consecuencias, porque el Gobierno nos va a tener que escuchar. No nos han dado participación en nada, simplemente para darnos multas, para atacarnos, para decir que no se puede. Todo es que no se puede, que no se puede”, sostuvo Vázquez al agradecer a la representante Mariana Nogales Molinelli por denunciar los crímenes ambientales del Camino El Indio públicamente.

Otras denuncias

Además de las construcciones en la Bahía de Jobos, integrantes de la Asociación Social y Protección Ambiental (ASPA) han denunciado vehementemente la construcción de un polígono que ubicaría cercano a sus hogares en la comunidad Ranchos Guayama y que aparentemente contaminaría el acuífero. Del mismo modo, han refutado en repetidas ocasiones las supuestas intenciones de la alcaldesa de remover las cenizas que están en el área para depositarlas en el vertedero en Peñuelas.

Vázquez también sostuvo que en toda la costa de Salinas se están cortando mangles, acciones que se han detenido últimamente “en lo que se enfría la cosa”.

Durante la conferencia de prensa, los representantes de la comunidad resumieron su trabajo en pro de su comunidad, relatando que, durante la década de los 70, inversionistas paulatinamente comenzaron a adquirir terrenos en el lugar y fue en ese entonces que la comunidad luchó contra la implementación de una termonuclear.

En los 80 también se rechazó la construcción de un edificio de la empresa Monsanto, por las posibles repercusiones que tendrían en la salud de los residentes.

“Yo era pequeño en ese tiempo, pero me han contado que era una planta química de pestilencia que la querían establecer al este de la comunidad. Esa contaminación iba a contaminar a la comunidad y la comunidad se levantó como David y Goliat, porque era un monstro lo que se estaba presentando y la comunidad pudo vencer y se pudo evitar que se construyera Monsanto”, explicó Luis Javier Anton Marchi, líder comunitario enfocado en el bienestar y desarrollo de la juventud.

Ya para el 2011, exigieron que las puertas de Las Mareas Bilingual School se mantuvieran abiertas, meta que resultó victoriosa e incurrió en manifestaciones y huelgas de hambre.

Opiniones encontradas sobre el desempeño de la alcaldesa

Por su parte, Vázquez aseguró que Bonilla Colón “está en los mismos zapatos que nosotros” en cuanto a sus acciones en beneficio de la comunidad.

“Ella tiene evidencia que ha sometido denuncias, la comunidad le ha enviado denuncias y ella lo pasa donde lo tiene que pasar. Pero ella es alcaldesa. Hasta ahí llega”, manifestó.

No obstante, este pensar no es unísono para quienes defienden el ambiente en el pueblo sureño.

“La alcaldesa ha ido cambiando su narrativa en las últimas semanas, porque inicialmente cuando la comunidad de Las Mareas les hace llegar las fotos y los camiones de rellenos, las organizaciones denunciamos y la alcaldesa no hizo nada”, contrastó Alvarado al recordar que por un tiempo hubo un cese y desista para detener proyectos en el área hasta el 2017.

“No es hasta el 2019 que se hace una vista ocular y no fue en el área que ahora se está impugnado. Desde el principio, se ha demostrado que la alcaldesa no ha tomado acción”, recalcó al afirmar que el DRNA es el primer responsable de estos crímenes ambientales en Salinas.