El golpe económico causado por la cuarentena impuesta en Puerto Rico para evitar el contagio del coronavirus podría provocar que la universidad sea mucho menos accesible para los jóvenes puertorriqueños y que impulsen que estos abandonen sus estudios profesionales.

¿Cuándo les llegará a los universitarios el pago de ayuda federal por coronavirus?

Así lo planteó el director de la organización sin fines de lucro Mentes Puertorriqueñas en Acción, Alejandro Silva Díaz, al presentar este miércoles el “Informe sobre los efectos de la cuarentena en los ingresos de la población universitaria en Puerto Rico” por la aplicación Zoom.

El incentivo comienza a llegar a la UPR

Cuando un universitario, identificado como Juan Alfaro, le cuestionó sobre la amenaza que tiene de que cuando regresen a los recintos los costos de hospedajes sarán muchos más caros, el funcionario expuso que por la pandemia “la capacidad del estudiante va a ir achicándose de poder estudiar”.

Silva Díaz agregó que, si “la capacidad del estudiante se va disminuyendo para poder llevar a cabo una acción, pues busca otras alternativas. Inclusive, esa alternativa puede ser dejar de estudiar”.

En esencia, el "Informe sobre los efectos de la cuarentena en los ingresos de la población universitaria en Puerto Rico” revela que el estudiante universitario ha perdido su empleo, su independencia, las oportunidades para sacar su reválida o licenciatura, así como los ha hecho enfrentarse a la realidad de que en la Isla todavía no todas las personas tienen acceso a internet de banda ancha.

Entre los hallazgos identificados por la organización, dedicada a proveer atención a los universitarios y jóvenes profesionales, es que esta pandemia llevó a un 42.6% de los estudiantes al desempleo. Este porciento se identificó a través de una encuesta que respondieron 535 universitarios, en su mayoría de la Universidad de Puerto Rico.

“La tasa de desempleo juvenil ronda usualmente entre un 10% a 12% por encima de la tasa de desempleo regular y lo que vimos es que esta tasa de desempleo permanece en esa distribución”, expuso Silva Díaz, al comentar que el Departamento del Trabajo ha expuesto que la tasa de desempleo en estos tiempos de COVID-19 es de un 38%.

Además, se indicó que un 42.4% de los universitarios han perdido la oportunidad de conseguir nuevos empleos, sobre todo para la época de verano.

Por otro lado, un 59.4% de los estudiantes, que en su mayoría eran de bachillerato, expusieron que antes de la pandemia su ingreso mensual era de $500.

Se detectó que el 67.3% de los estudiantes han experimentado una merma económica por pérdida de empleo u horas laborables. Mientras, observaron “una disminución bien mínima en sus gastos mensuales”, explicó Silva Díaz.

Apuntan a que sus gastos continúan concentrándose en el pago del celular y el internet, así como servicios básicos.

“Un dato interesante es que alrededor de un tercio de los estudiantes indicaron que luego que comenzó la cuarentena se mudaron con un familiar… Ese dato es relevante, porque vemos que los estudiantes están enfrentando unos retos económicos y al mudarse con un familiar, pues la familia adopta al menos parte de esa carga. Así que el impacto estudiante no corresponde solamente a los estudiantes, corresponde a las familias que se ven afectadas por todo esto que esta pasando con la pandemia”, describió el directivo.

Concluyó que esto ha provocado la emergencia de salud se limite la oportunidad de los estudiantes de independizarse de sus padres.

Pese al reto económico descrito, el estudio concluyó que la mayoría de los estudiantes continuaron sus estudios universitarios a distancia. “Pero, vimos que hay un alto porcentaje de personas que tuvieron dificultad para hacerlo… Más o menos uno de cada cuatro estudiante tuvo dificultad con el equipo electrónico”, subrayó Silva Díaz.

Se descubrió que 6.4% de los estudiantes tuvieron que conseguir una computadora prestada y que el 34.4% tuvo dificultades para acceder sus cursos por la capacidad del internet con el que contaban.

El informe preparado por Mentes Puertorriqueñas en Acción concluyó con una serie de recomendaciones. Estas son que se deben “continuar iniciativas de transición a trabajos remoto, garantizar procesos de orientación efectivos para acceder a ayudar y programas de desarrollo profesional, agilizar desembolso de alivios del CARES Act en universidades, (promover el) desarrollo de oportunidades de trabajo y pasantía durante el verano, facilitar recursos y contracto a grupos de jóvenes ciudadanos organizados, mejorar el acceso a internet y equipo tecnológico, (así como) articular soluciones para que los jóvenes profesionales puedan tomar sus licenciaturas y reválida”.