Fajardo. Puerto Rico llegó a tener uno de los cafés más reconocidos del mundo. La fama lo llevó a colarse en El Vaticano y en los palacios reales de España para ser la bebida preferida de los religiosos católicos y los reyes.

El alcance logrado por esta industria agrícola para finales de los años 1800 y principio del siglo 1900 se debió a las abejas, según explicó el investigador turco Tugrul Giray.

“Ese potencial se estaba alcanzando anteriormente en la Isla, porque café y abeja estaban juntos. Gente que tenían sus cafetales, tenían también abejas”, comentó.

Señaló que, para principio del 1900, la Isla no solo vendía café, sino tenía buena producción de miel y de cera de colmena, que se utilizaba, por ejemplo, en las municiones que se lanzaron durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).

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Giray es un doctor en biología nacido en Turquía, que ha vivido y trabajado en la Isla desde hace 25 años.
Giray es un doctor en biología nacido en Turquía, que ha vivido y trabajado en la Isla desde hace 25 años. (Suministrada)

En la actualidad, la producción del café local ha mermado, aunque todavía goza de fama mundial. Huracanes y otros eventos climáticos han afectado la industria.

Pero, este catedrático del Departamento de Biología de la Universidad de Puerto Rico, recinto de Río Piedras, también lo asocia a que en la Isla no hubo población de abejas desde 1983 al 1994. La situación también desvinculó a los cafetales de las abejas.

Ahora, cuando la población de abejas está “saludable”, este investigador, junto a una de sus exalumnas de tesis, Aixa Ramírez Lluch, impulsan un proyecto para retomar que haya colmenas en los cafetales y así aumentar la producción del exquisito y aromático grano.

El catedrático, experto en abejas de miel y su exestudiante, quien es agrónoma, lograron conseguir fondos federales del Instituto Nacional de Alimento y Agricultura, del Departamento federal de Agricultura. Esto permitió que durante este año comenzaran a realizar los primeros talleres a un grupo de 40 agricultores para que tengan colmenas en sus cafetales.

Entre los datos que han descubierto los investigadores se destaca que “las regiones con mayor producción de café no coinciden con las de mayor cantidad de colmenas, lo que refuerza la importancia de continuar promoviendo el uso del vital insecto para la polinización en cafetales y los beneficios que esto puede aportar a la producción agrícola local”, según informó Ramírez Lluch.

Principalmente, la producción de café está concentrada en la montaña. Pero, los pueblos con la mayor cantidad de fincas con colmenas son Naranjito, Arecibo y Caguas, que no se distinguen por tener sembradíos de café.

Ganan todos

Giray señaló que en su proyecto buscan crear alianzas entre cafetaleros y apicultores o que los caficultores se conviertan también en apicultores para introducir a las abejas en la operación de los cafetales.

“Es una teoría en base de evidencia que, al poner abejas en un cafetal, aumenta la producción entre 40% a un 50%. Así que, vamos a decir, si tienes dos cuerdas (sembradas de café), su producción va a ser igual como si tuviera tres cuerdas. El esfuerzo es mínimo. Lo que requiere es una colmena por cuerda y se puede hacer con alguna asociación con un apicultor, que necesita terreno, y los caficultores, que necesitan abejas. Así que es buscar ese matrimonio, esa alianza, y con eso aumentar producción de miel y producción de café a la vez”, indicó el catedrático.

El segundo beneficio de este junte es que aumentaría la producción de miel local, que hoy día ronda un 6%.

El augurio del profesor es que la introducción de colmenas en los cafetales llevaría la producción de miel de la Isla a ubicarse en un 10%.

Mientras, el tercer beneficio que Giray destacó es que permitiría que los caficultores tengan café de sombra productivo. Dijo que esto representa que las matas estén protegidas por otros frutos o árboles de mayor tamaño que resguardarían a los arbolitos de café de los fuertes vientos de un huracán.

“La razón por la que a veces prefirieren café bajo sol es que vas a tener más producción comparado con café bajo sombra, pero empatamos esa diferencia al tener mejor polinización”, precisó el experto.

Asimismo, el experto señaló que lo mejor de introducir a las abejas en los cafetales es que su producto final, ese café que se cuela para consumir, tendría mejor sabor.

“La polinización aumenta la calidad del producto. Hay un estudio de 2018 donde miraron café que polinizaron a mano o lo dejaron así suelto (para ser polinizado por abejas). Resulta que en la cata de café salió el polinizado de nivel especial, café de especialidad. Mientras, si no está polinizado adecuadamente, el café tiende a tener menor calidad. Así que estamos pensando subir la calidad, como es la costumbre de Puerto Rico, producir un café de alta calidad y la cantidad”, resumió el profesor universitario.

Giray informó que ya se han identificado otros 40 caficultores interesados en estar en la segunda tanda de talleres para introducir a las abejas en los cafetales. Anticipó que estas capacitaciones iniciarán en septiembre próximo. Mientras, comentó que tienen dinero para hacer una tercera tanda para el 2026.

“La idea es que gente que sale de aquí, va a buscar fondos y va a establecer en su finca esta producción (de abejas)”, señaló.

Explicó que estos caficultores pueden acceder a fondos del Departamento de Agricultura para añadir nuevos productos en sus fincas. Indicó que el beneficio ronda en $6,000 de pareo para nueva inversión.

“Para calcular, la idea es que empiezan de manera pequeña, no grande. Tenemos un cálculo de cómo, si establece un apiario de 20 colmenas, 40 colmenas, se estima que entre uno o dos años uno puede recuperar lo que está invirtiendo y están hablando de $10,000 a $20,000 en inversión. Eso se preparó en Extensión Agrícola (de la UPR). Como digo, solamente el apoyo del Departamento de Agricultura es suficiente para establecer un mínimo de apiario, que va a ser suficiente para el caficultor promedio”, manifestó.

Otro apoyo que han conseguido los investigadores es con ProCafé. La organización está proveyendo dos cajas para establecer colmenas por cafetal. Giray indicó que estas dos cajas les ayudan a los caficultores a poner en práctica lo que se aprende en los talleres ofrecidos en el laboratorio de abejas, localizado en la Estación Experimental Agrícola en Gurabo y que le pertenece al Recinto Universitario de Mayagüez.

Giray es un doctor en biología nacido en Turquía, que ha vivido y trabajado en la Isla desde hace 25 años.

“He trabajado con abejas en Turquía, en España, en Francia, Grecia, México, Puerto Rico y en Estados Unidos”, contó.