Caguas. Familiares de quien fuera en vida María de Lourdes Báez Claudio, la mujer asesinada el pasado martes de 29 puñaladas propinadas por su esposo, un ex sargento de la Policía, frente a su residencia de la urbanización Villa Borinquen en Caguas, llegaron ayer por la tarde hasta la funeraria El Roble para darle el último adiós a la enfermera retirada.

Cabizbajos y silenciosos, los dolientes comenzaron a llegar a eso de las 2:00 de la tarde hasta la funeraria donde sería velado el cuerpo de la mujer para luego ser cremado.

No obstante, la familia pidió a través de un portavoz espacio para poder superar la trágica muerte de Báez Claudio, de 50 años, a manos de su esposo, Jesús M. Rivera Cruz, de 47 años, en plena calle, frente a varios vecinos.

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“Nosotros respetuosamente les agradecemos la presencia, es su labor, pero a nombre de la familia pedimos espacio porque no es un evento fácil, pero les agradecemos por estar aquí y por el respeto a la familia”, indicó Diana Ocasio, amiga de la occisa y quien actuó como portavoz familiar.

La tragedia se agudiza aún más al ser una familia estrechamente unida donde la pareja de hermanos Báez Claudio estaba casada con la pareja de hermanos Rivera Cruz.

Los hechos fueron presenciados por varios de los vecinos del matrimonio en la calle Guatibirí de la mencionada urbanización, que fueron testigos de cómo Báez Claudio salió corriendo y gritando de su casa a eso de las 4:40 p.m.

Entonces, Rivera Cruz salió detrás de esta y la siguió, cuchillo en mano, y unas cuantas casas más abajo la alcanzó, la haló por el pelo y la nuca, la arrojó al suelo y comenzó a propinarle las puñaladas.

Sin embargo, y a pesar de la sorpresa mostrada por los familiares, hace exactamente un año la víctima presentó una denuncia por Ley 54, pero la mujer se retractó de continuar con el proceso justo antes de entrar a la vista preliminar del caso.

Rivera Cruz se retiró en 2002 por una condición nerviosa, según la información ofrecida por la Policía.