San Sebastián. La última vez que Yomaira Ramos Jiménez había visto a su hermana, Helgalís Ramos Jiménez, en abril del 2017, apenas pudo tocarla. La joven estudiante de teatro se encontraba entubada, luchando por sobrevivir luego que el 23 de marzo de ese año sufriera un derrame cerebral severo que la dejó postrada en una cama y lejos de su casa, pues estaba en Argentina.

Sin embargo, en medio del dolor, Yomaira le hizo una promesa: que volverían a estar juntas y en Puerto Rico.

El augurio finalmente se hizo realidad este miércoles, cuando Helgalís regresó a su casa, en San Sebastián, dos años y ocho meses después del incidente de salud que le cambió la vida a ella y a toda la familia.

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“Cuando llegamos aquí (a la casa), le dije: ‘Te lo prometí, que íbamos a estar juntas… y estamos juntas’. Al fin la pude abrazar y la pude besar”, contó entre lágrimas la hermana menor.

“Yo pensaba que sería un sueño traer otra vez a mi hermana a Puerto Rico y poder estar todos juntos. Gracias a Dios y a todo el pueblo de Puerto Rico, lo logramos. Yo sabía que había personas buenas en Puerto Rico, pero al necesitar tanto dinero para el costo de la transportación, pensé que no lo íbamos a lograr”, compartió.

En la residencia de la familia Ramos Jiménez, el día de Acción de Gracias tiene este año un significado mayor. La llegada de Hildalís, que hace apenas un mes parecía casi imposible debido a lo costoso que resultaba transportarla en una ambulancia aérea desde Buenos Aires, finalmente pudo concretarse, gracias a la generosidad de cientos de personas -algunos anónimos- que les ayudaron económicamente.

“Hemos estado dándole gracias a Dios todo el tiempo, pero mañana (jueves) será uno de los días de Acción de Gracias más felices, porque está con nosotros nuestra bebé”, comentó emocionada Helga Jiménez, madre de Helgalís, y quien durante este tiempo tuvo que mudarse a Argentina para atender a su hija.

“Estamos muy agradecidos de todo el pueblo de Puerto Rico, de cada persona que ha cooperado. ¡No se pueden nombrar porque son tantas! No sabemos de qué forma podemos expresar la gratitud tan tremenda a cada una de las personas que ayudaron a cumplir este sueño”, agregó.

La travesía de regreso a casa comenzó el martes a las 3:00 p.m. cuando salieron en un avión ambulancia desde Buenos Aires. El trayecto incluyó tres escalas: en Chile, Ecuador y Panamá, antes de llegar esta madrugada en Aguadilla.

Una ambulancia terrestre la esperaba en la Isla y de inmediato la llevaron a su hogar, en la Urbanización El Culebrinas.

El costo final del transporte aéreo fue de cerca de $75,000, según informaron los familiares.

A su llegada, un letrero le daba la bienvenida a su casa. Las paredes del pasillo que dan a su cuarto enseñaban algunas fotos suyas, con uno o dos años, cuando cursaba el primer grado y también de adulta, en la boda de su hermana Yomaira, entre otras.

“Cuando llegamos, ella reconoció (la casa) y se alegró mucho… Ella es una campeona también, porque por lo que ella ha pasado ha sido tremendo y gracias a Dios ha podido batallarla y sabemos que le resta muy poco para que tenga una rehabilitación necesaria”, expresó su mamá.

En cuestión de minutos, la residencia se llenó de familiares y amigos, que también querían celebrar su regreso.

“Es el regalo de amor más importante de mi vida… Cuando vine por primera vez a esta casa, en esa sala hicimos una oración y yo le pedí a Dios que el mejor regalo era traerla para Acción de Gracias y saber que estamos a horas de cumplir esa Acción de Gracias y que Helgalís está en casa, me emociona”, comentó Yolanda Mercado, trabajadora social de la organización Altrusa, y quien ayudó a la familia Ramos Jiménez a conseguir la ayuda.

Personal que la trasladó desde el aeropuerto en Aguadilla, de inmediato la instaló en su habitación. La joven, que apenas el sábado cumplió 36 años, lucía alerta e intentaba seguir con su mirada a todo el que entraba a su cuarto. Mientras, una enfermera llegó al lugar para tomarle los signos vitales.

La lucha por su recuperación apenas empieza. Se espera que un médico especialista de un centro de rehabilitación la evalúe para conocer específicamente cuál será el próximo paso, además de que su salud será monitoreada constantemente para conocer su progreso.

Mientras, la familia aún necesita ayuda para costear otros gastos, como el alquiler de una máquina que es necesaria para poder suministrarle alimentos, el transporte de una silla de ruedas que no pudo ser traída en su viaje, así como almohadas especiales, pañales y equipo para medir los niveles de azúcar, entre otros.

Pero el paso más importante en su recuperación, ya se completó, que es estar nuevamente junto a los suyos.

“Yo espero que sea una doble bendición, porque yo sé que, en su subconsciente, ella sabe que esta es su casa, que esta es su cama y hay tantos recuerdos de su niñez que yo sé que algo va a venir a esa mentecita”, mencionó esperanzada su tía, Lelis Jiménez.

Las personas que quieran continuar ayudando a Helgalís y a su familia, pueden comunicarse al (787) 226-5118 o a través de la página de Facebook “Ayuda para traer a Helgalís a casa”.