Jetzabeth Agosto González abraza un orgullo por la labor de sus manos.

Y es que la joven, de 21 años, es una de 30 estudiantes con discapacidades moderadas a severas de la escuela La Esperanza en San Juan que, a través de la siembra y venta de hierbas, vegetales y frutas en el Huerto Esperanza, aprende a ser independiente.

“Yo también estoy orgullosa de hacer el huerto”, aseguró a Primera Hora.

“Uno se emociona, de verdad”, confesó entre lágrimas el director del plantel, Juan Alexis Del Valle Meléndez, tras la inauguración ayer, lunes, del espacio inclusivo.

“Es una experiencia que yo digo que ha sido única, porque les da a los estudiantes la oportunidad de verse a ellos mismos en algo que, tal vez, no habían considerado”, agregó.

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Con las manos llenas de tierra, las decenas de estudiantes estaban ansiosos por comenzar la siembra. Entre risas, abrazos y bajo el candente sol, elegían las semillas cuidadosamente, de recao, pimiento, ají, orégano y hasta de sandía, para luego enterrarlas con ternura bajo el terreno y cubrirlas con palitas de mano anaranjadas y verdes.

“Es una experiencia que nunca se olvida y cuando hay estas oportunidades hay que aprovecharlas”, señaló el estudiante y participante Joseph Rodríguez Vázquez.

El estudiante Joseph.
El estudiante Joseph. (Suministrada)

Lo mismo opinó Alanis Fernández Echevarría, pues trabajar y sembrar son, precisamente, sus pasatiempos favoritos, cuando no está cantando y bailando.

“Es la primera vez sembrando, (pero) me gusta trabajar. Estoy feliz”, apuntó la joven de 19 años.

“De verdad que esta es una experiencia súper bonita”, comentó Joseph, de 18 años. “Cuando me dijeron del huerto, yo ni lo pensé dos veces. Estamos aquí por la gracia de Dios y de la de mi familia”, continuó al asegurar que ya tiene experiencia sembrando, por el tiempo que ha compartido con su abuela.

Yo digo que ellos (los estudiantes) cambiaron mi vida. Hay un antes y un después a nivel profesional. He tenido la oportunidad de ser administrador, supervisor, pero la forma en que estos estudiantes aman, que aman con una capacidad profunda que, no importa qué, ellos se sienten felices, ellos van a demostrar que están contentos, te van a dar un abrazo. Esas cositas emocionan mucho y transforman la vida de uno”, sostuvo el director con voz entrecortada.

Jezabeth y Alanis
Jezabeth y Alanis (Suministrada)

El proyecto

La iniciativa, bautizada como el Proyecto Agro Edu, nace de los departamentos de Educación y Agricultura, el Fondo de Innovación para el Desarrollo Agrícola (FIDA) y la Administración de Rehabilitación Vocacional (ARV), busca transformar espacios escolares abandonados o deteriorados en huertos educativos productivos.

“Los corazones de todos los que están aquí se llenan. Para esto, nosotros nos levantamos todos los días. Nosotros somos servidores públicos, para estos fines. Esto es un sueño”, esbozó el secretario interino de Agricultura, Irving Y. Rodríguez Torres.

“Esto (el huerto) es una herramienta que se van a llevar para el resto de sus vidas. Sé que lo han disfrutado y lo van a seguir disfrutando. Aquí tienen toda la gama de recursos que necesitan… hoy vamos a sembrar y hacia el futuro podemos hacer hasta un negocio que ustedes puedan vivir de eso. Llévenselo, atesórenlo, disfrútenlo. Nosotros estamos para ustedes”, agregó.

La Esperanza fue elegida para desarrollar el primer huerto, área donde los alumnos prepararán el terreno, instalarán infraestructuras agrícolas y sembrarán. Una vez cosechen, el comedor podrá disfrutar de lo sembrado o los estudiantes tendrán la opción de vender sus productos en ferias escolares, fomentando así el agroempresarismo, explicó Del Valle Meléndez.

“Este ha sido uno de los mejores proyectos que he visto en toda mi trayectoria laboral”, admitió, por su parte, la administradora de la ARV, Rosa H. Lugo Cabán.

A través de la ARV, los alumnos serán compensados por $10.50 por hasta 120 horas de participación, validando esta experiencia como parte de su formación vocacional y laboral cónsono con la Ley de Oportunidad e Innovación de la Fuerza Laboral (WIOA, en inglés). Específicamente, pueden ser partícipes estudiantes de educación especial de entre 14 a 21 años.

“Los jóvenes estarían ya en un proceso de transición hacia la vida adulta, pues a través de dicho proyecto, desarrollan destrezas de empleo, como llegar puntual, ser responsable, lo que es la productividad, seguir instrucciones, la receptividad al supervisor, que en este caso es un maestro o la propia agrónoma, así como aprender a trabajar en equipo y, sobre todo, a realizar una tarea”, explicó Lugo Cabán al mencionar que esto también le serviría de despertarles la posibilidad de interesarse en una profesión dentro del sector agrícola.

“Darles la oportunidad a los estudiantes, más en el mes de educación especial donde nuestros niños en ocasiones (tienen) impedimentos significativos severos pasan desapercibidos a algunas entidades o a algunos espacios de empleo, pero darles la oportunidad no importando su severidad en el impedimento, es algo que wao, uno dice qué bueno que hay gente que ha sido tocada para darle la primera oportunidad a estos niños no importando su discapacidad, no importando la profundidad de sus impedimentos y es emocionante”, apuntó.

El secretario interino de Agricultura, Irving Y. Rodríguez Torres, participó de la inauguración.
El secretario interino de Agricultura, Irving Y. Rodríguez Torres, participó de la inauguración. (Suministrada)

Rompiendo barreras

Los entrevistados coincidieron que iniciativas como estas son el primer eslabón para derribar los estigmas contra personas con discapacidades y su habilidad de ser independientes.

El mayor impedimento de un niño con educación especial somos nosotros los adultos los que los limitamos. Ellos no saben lo que es una limitación. Ellos dicen ‘yo voy a poder. Dame la oportunidad’”, aseguró Del Valle Meléndez.

La agrónoma quien instruyó a los jóvenes, Lisandra Colón Berlingeri, aseguró que los estudiantes le han brindado una oportunidad “como empresaria, dueña de negocio, un recurso de empleomanía”.

“Sí, son parte de una sociedad que puede producir… Pienso que, bien trabajado con los maestros y demás, ellos pueden salir e incluir en su resumé que han tenido (esta) experiencia e ir a un ‘garden center’, a una cadena (de tiendas) que tenga plantas y, por lo menos, su ‘part-time’ pueden tener”, acotó la presidenta de la compañía Planterra Landscape Inc.

Lugo Cabán, por su parte, adelantó que el futuro del proyecto es brillante, ya que planifica llevarlo a las seis regiones educativas de la Isla.

Se sembró recao, orégano y ají, entre otras hierbas y vegetales.
Se sembró recao, orégano y ají, entre otras hierbas y vegetales. (Suministrada)

“La limitación la ponemos nosotros los adultos. Darles esa oportunidad a donde ellos mismos pueden demostrar que sí pueden, ellos se llenan de mucha alegría, sube su autoestima, sube su participación en la asistencia en la escuela, mejoran académicamente. Hay una combinación de factores que van incidiendo o fortaleciendo cada uno de los esfuerzos, tanto en la escuela como en el hogar”, continuó.

Mientras otros dudan de sus capacidades, Joseph, Jetzabeth y Alanis ya han hecho planes con lo que devengarían: Joseph comprará equipo para producir música una vez se gradúe, Jetzabeth ahorrará, comprará ropa y le regalará parte a su mamá y Alanis se irá de “shopping spree”.