Kevin Tavárez Tirado inició su carrera como bombero hace 11 meses en la estación Metro, ubicada en Miramar, San Juan.

A sus 20 años, el joven todavía no tenía planificado separarse de su familia y su novia, por lo que comenzó a hacer viajes diarios desde Isabela a San Juan. El roto que le hizo a su bolsillo el incremento en el costo de la gasolina -que se ha experimentado desde febrero pasado- lo llevó a abortar la misión hace un mes. Ahora, se queda a dormir durante la semana en la misma estación de Bomberos en la que trabaja.

La suma y la resta de viajar diariamente a San Juan, pagar los peajes y comprar comida casi lo llevan a la quiebra. Ni hablar de las tres horas diarias que pasaba guiando.

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“La gasolina ha subido en este mes tan drásticamente, que yo me he tenido que quedar (en la estación), porque en gasolina, peaje y comida se me van $420 semanales y con un sueldo de $585 quincenales no me da para viajar y ver a mi familia, ni descansar en mi hogar”, afirmó el joven bombero, quien conduce un Honda Civic de cuatro cilindros que antes de la guerra en Ucrania se llenaba con $35 y ahora lo hace por $55.

Cuerpo de Bomberos de Puerto Rico.
Kevin Tavárez, quien es bombero destacado en San Juan, opta por dormir en la estación, pues su residencia está en Isabela. (GFR Media)

Su mamá fue la más que sufrió al no poder ver a su hijo durante la semana.

“Está triste, hasta lloró el primer día. Pero, así es la única manera en que puedo sobrevivir”, relató.

En cuanto a su novia, “está triste también. Tenemos que estar en FaceTime”.

Pero, durmiendo en la estación, aun cuando se corre mayor riesgo de infectarse con COVID-19, “se me hace un poco más suave el costo. Me bajó un poquito, pero nada me va a devolver el tiempo que pierdo con mi familia. El tiempo con la familia es más importante. Pero, lamentablemente hay que hacerlo así para sobrevivir”, afirmó Tavárez Tirado, quien logró bajar su gasto semanal a $280.

Sin embargo, dijo que le gusta ser bombero, por lo que no ha pensado en renunciar.

“Al acabarse el dinero tanto, estoy un poco arrepentido. Pero, como me gusta el trabajo, estoy sacrificándome a ver si me trasladan a Mayagüez o mejora el salario, que contando con Dios esperamos que sea así”, manifestó esperanzado.

Aunque cuenta con un salario mayor, la senadora del distrito de Mayagüez, Ada García, también está desembolsando gran parte de su quincena como legisladora en gastos de gasolina, peaje y mantenimiento. Ella conduce un auto Mercedes Benz, del año 2012, cuatro días a la semana desde Rincón hacia El Capitolio, y un quinto día a los pueblos que representa. Cada vez que viene a San Juan tiene que llenar su tanque de gasolina y pasar cinco horas conduciendo.

La senadora del distrito de Mayagüez, Ada García, contó su experiencia viajando cuatro días a la semana hacia San Juan.
La senadora del distrito de Mayagüez, Ada García, contó su experiencia viajando cuatro días a la semana hacia San Juan. (Archivo)

“Tengo un vehículo que se llena $50 el tanque y me dura una ida y una vuelta… Ni hablar del peaje, que estamos al mes entre $320 a $350 mensuales. Siempre tengo que usar el carril expreso subiendo y bajando para avanzar”, relató García, quien rechazó que los legisladores tengan asignado un estipendio para estos gastos de automóvil.

En total, la senadora, quien devenga $2,440 quincenales, desembolsa alrededor de $1,240 mensuales en los gastos del carro.

“Se vuelve insostenible para el puertorriqueño poder cumplir con su rol de trabajo y las necesidades básicas. A la verdad que todo está bien caro y estamos empático y consientes, porque lo pasamos todos los días. Es insostenible”, dijo, al prometer dirigir sus esfuerzos desde la Legislatura para atajar los altos costos de vida.

Más cara para el verano

Si a poco más de dos meses de iniciada la guerra entre Rusia y Ucrania el costo de la gasolina ya estremece los bolsillos de este joven bombero, la legisladora y otro sinnúmero de boricuas, sepa que la situación se podría tornar más complicada a la medida en que vaya entrando el verano.

Según explicó el secretario del Departamento de Asuntos del Consumidor (DACO), Edan Rivera Rodríguez, es común que para los meses calientes el precio de la gasolina suba, ya que los aditamentos que se le echan son más costosos y el uso que se le da a los autos incrementa en este periodo.

“Se espera que se mantenga alza en los próximos meses. Todos los años en el verano aumenta. Eso es tendencia. Lo que pasa es que como ya estaba cara, eso es una de las razones por la que lo estamos sintiendo más que nunca”, explicó.

La gasolina regular ya alcanzó los $1.20 el litro. Mientras, la premium subió a $1.31 y el diésel llega a $1.53, según el cálculo que publicó DACO ayer, martes.

Esta subida en precio se ha correlacionado a la guerra entre Rusia y Ucrania, que inició el pasado 24 de febrero. Sin embargo, tiene múltiples variables que hacen que el mercado esté volátil.

Rivera Rodríguez resumió que esas variables incluyen el que Estados Unidos ya no compra combustible a Rusia y Europa ha comenzado a dar pasos para cerrarle la llave paulatinamente.

“Mientras vaya saliendo ese petróleo del mercado, pudiese afectar aún más los precios del petróleo”, sostuvo.

El que los países productores de petróleo hayan decidido mantener una baja producción a causa del COVID-19, la posibilidad de que Estados Unidos compre petróleo a Irán, el cierre de mercados en China a causa de la pandemia y el aumento en la demanda mundial de combustible son variables que podrían ocasionar más alzas o baja en el precio de la gasolina, indicó el secretario del DACO.

La proyección es que hasta el 2023 no se registre el descenso tan esperado en los precios y estos se estabilicen, de acuerdo la Administración de Información de Energía de los Estados Unidos.

Pero, el titular señaló que una repentina tregua de la guerra podría adelantar esa baja esperada por los consumidores.

“En Puerto Rico, es importante destacar que los precios de gasolina, como todas partes de mundo, obedece al mercado global. Ninguna jurisdicción del mundo tiene poder para alterar las tendencias del mercado”, explicó Rivera Rodríguez.

Señaló que, por el momento, la agencia que dirige solo puede imponer una congelación de margen de ganancia de los mayoristas y los detallistas de gasolina. La orden actual está vigente hasta el 2 de julio.

Dijo que han reforzado en la fiscalización para evitar que el precio se aumente sin justificación y que solo ocho detallistas de gasolina han logrado demostrar que su margen de ganancia debe fijarse a más de 20 centavos el galón para poder generar ingresos que mantenga a flote sus negocios.

Sobre la opción aprobada por la Legislatura para aliviar el consumidor, contó que solo busca detener el pago del primer impuesto al combustible aprobado para la década del 1980, que es de cuatro centavos. Actualmente, la crudita, como se les llama a estos cargos, están en 14 centavos el litro.

No obstante, esta baja de cuatro centavos el litro no se ha dado, ya que la Junta de Supervisión Fiscal determinó que la medida se debe aprobar mediante ley y no por resolución, como se hizo, así como que el Departamento de Hacienda debe tener disponible los $25 millones para poder pasar el impacto.

La situación provocó que se tenga que realizar nuevamente el proceso legislativo y aún el alivio no entre en vigor.

No obstante, Rivera Rodríguez comentó que el impacto de la baja de cuatro centavos casi no será perceptible al consumidor, ya que todos los días hay una tendencia de aumento en el precio de la gasolina.

No obstante, el presidente de la Asociación de Detallistas de Gasolina, Esdras Vélez, comentó que para los gasolineros significaría que en el periodo de tregua de 45 días no tendrían que desembolsar $11,000 cuando realicen la compra de combustible para pagar la crudita.

“No es que se vamos a ganar $11,000. Es que no tienes que buscar $11,000 para comprar más producto. Es un alivio”, comentó.

Impacto al gasolinero

En la actualidad, gran parte de los gasolineros tienen que desembolsar al momento de recibir un camión en sus estaciones sobre $46,000 para adquirir el combustible.

El presidente electo de la Asociación de Detallistas, Ramón “Monchito” Ortiz, precisó que en la última vez que compró un camión fue el pasado lunes para abastecer una cooperativa que tienen en la carretera PR-167, de Bayamón a Comerío. Su costo fue de $46,390.50. El día que inició la guerra, el pasado 24 de febrero, el costo de un camión estaba en $36,094.25.

Contó que, en su caso, la empresa mayorista, Sol Puerto Rico (Shell) le da varios días para hacer el pago, lo que le permite recuperar algunos fondos antes de hacer el desembolso.

“Otros mayoristas es ‘marinero sobre cubierta’. Ese detallista, si no tiene dinero, se le hace difícil. Sacar $46,000 sin vender una onza de gasolina es fuertecito”, dijo.

Ortiz también destacó que a los gasolineros les asfixia el alto costo de la luz. Dijo que muchos de sus compañeros pagan $8,000 mensuales.

Además, denunció que se ha registrado un descenso en la venta de gasolina en efectivo. Esto los lleva a pagar más dinero a la empresa que procesa las transacciones por el uso de tarjetas de débito y crédito.

Tanto Ortiz como Vélez apuntaron a que los esfuerzos de fiscalización deben hacerse sobre los mayoristas de gasolina, ya que con el precio de ganancia congelado a 20 centavos el galón el pueblo reconoce que no son responsables de los precios de la gasolina.

“Antes de esto, los malos de película eran los detallistas. Hoy sabe todo el mundo quiénes son los malos de la película. No son los detallistas, pregunten a los mayoristas”, soltó Ortiz.