El impresionante hallazgo por parte de las autoridades de un moderno laboratorio e invernadero de plantas de marihuana, al que se accedía a través de una casa de juego para niños, lleva a cuestionarse qué sucedería con jóvenes de esa capacidad, ingenio y talento si hubiesen podido acceder a  otros ambientes y oportunidades.

El criminólogo y profesor de Justicia Criminal Gary Gutiérrez, indicó que la única diferencia entres las personas arrestadas y un empresario exitoso, es que probablemente uno nació en un caserío y el otro  en el ambiente de una familia con recursos que le permitió desarrollar sus habililidades.

“Lo primero que le digo a mis estudiantes es que no hay tal cosa como mentes criminales,  sino mentes  criminalizadas, porque fíjate, si esas personas hubiesen hecho eso para una feria científica, hubiesen sido reconocidos”, dijo Gutiérrez.

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“La pregunta tiene que ser por qué ese ingenio está en función de cultivar marihuana y no lechuga y cilantro. En ese sentido, cuando uno mira el perfil de cualquiera de esos muchachos y lo compara  con el perfil de cualquier empresario exitoso se va a dar cuenta que la única diferencia entre ese muchacho que está siendo arrestado y el empresario, es que tuvo oportunidades, porque probablemente no nació en un caserío, sino en una familia con recursos que pudo desarrollar sus habilidades en una actividad que el sistema determina como legítimo”, precisó.

“Probablemente son emprendedores, tienen liderazgo, organización, son  acertivos, ambiciosos y esas son las cualidades que hacen de una persona una exitosa. Estoy describiendo a un banquero  con esas cualidades o  a un bichote. Lo más importante es que cuando eso ocurre, nos está dando en la cara la realidad, que ese muchachacho no falló. Nos falló el Sistema que no pudo guiar a ese joven en una actividad que no fuera criminalizada”, sentenció.

Gutiérrez  mencionó lo que están haciendo los cárteles de Colombia, que es utilizar submarinos caseros que básicamente están sumergidos el  99 por ciento del tiempo en el mar;  que son desechables, en caso de que en altamar sean sorprendidos.

“Los tripulantes se salen, hunden el submarino  y se convierten inmediatamente en náufragos;  y bajo las  leyes internacionales, las mismas autoridades tienen que socorrerlos. Como el submarino se hundió, no le  pueden probar que estaban en un submarino con drogas. Lo más que puedes hacer es deportarlos a su país”, describió.

Según Gutiérrez, las  leyes antidrogas, que describió como absurdas, crean las condiciones  para que jóvenes con inquietudes empresariales   puedan montar un negocio porque el único que les puede prestar dinero es un narcotraficante.

La Policía encontró dos vagones enterrados bajo tierra en Toa Alta, en los que operaba un laboratorio e invernadero de marihuana en el terreno de una residencia. El acceso a esos furgones era por una escalera escondida bajo un piso falso de una casa para juego de niños.

El profesor de justicia criminal mencionó como ejemplo el caso de un joven  de 18 años que tiene capacidad y es comerciante.

“¿Quién le va a prestar $60 mil para  un negocio? ¿Qué agencia o  banco le va a prestar?  La otra noche  escuché un programa de la Liga de Cooperativas. Estaban entrevistando  a una persona de la Cooperativa de Presos, que llevan décadas operando, lo   que comprueban  que cuando esos muchachos que llegan presos se les da la oportunidad y el entrenamiento,   pueden no solo manejar la cooperativa, sino que cuando salen ya van con la mentalidad cooperativista para hacer esas otras cosas”, dijo.

Menos de un dos por ciento de los que están metidos en ese programa reinciden  y regresan a la cárcel, indicó. Contrario al 60 por ciento, que es la norma de reincidencia en Puerto Rico y Estados Unidos.

“¿Cuál es el problema con ese programa, que en una población penal de 14 mil confinados no llegan a 100 los que se benefician? Esa cooperativa demuestra que esos muchachos entraron allí con capacidad empresarial, que lo que no tenían allí era apoyo del Sistema. Si esos muchachos podrían correr esa empresa agrícola ilegal, cuál es la razón por la cual no estén conriendo un negocio agrícola legal?, cuestionó el criminólogo.

En resumen, dijo,  el incidente demuestra como la sociedad está fallando. 

Con la Internet como maestra

Por otra parte, El ex presidente de la Asociación de Agricultores, Juan Reyes, afirmó que no es necesario tener educación formal para cultivar marihuana porque todo está en Internet.

“La Internet ha sido la enciclopedia, la universidad”, indicó sobre las múltiples modalidades en que se siembra el cannabis.

Según contó, hace poco coincidió con un policía con el que habló, precisamente, de los laboratorios de marihuana y el oficial le dijo que Internet había convertido en agricultores a muchos individuos.

“Es que, honradamente, si usted quiere hacer cualquier cosa en su casa, la información está ahí. Con honestidad, yo no creo que nadie esté dando talleres por ahí”, comentó. “Los delincuentes no son morones y por Internet mismo compran los insumos que necesitan para el cultivo. Los boricuas nos las inventamos”.