La historia de la “Casa de la Navidad” en Caguas: una promesa de vida
Aurea Ester García convirtió su milagro en luz para todos.
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Caguas. Era la 1:00 a.m. Esa madrugada de diciembre de 2005, Aurea Ester García Rivera sollozaba mientras colgaba los adornos de la Navidad. En cinco horas se sometería a una operación quirúrgica para mitigar el cáncer de senos que sufría.
“Esta es la última Navidad que voy a decorar, porque me voy a morir”, pensaba en aquel momento.
Pero la dicha fue buena. García Rivera, quien es conocida como “Ester” por sus allegados, ha vivido sin la enfermedad por dos décadas, “sanación” que conmemora a través de su promesa de Navidad, plasmada en la majestuosa decoración de su hogar, desde la fachada exterior de la casa hasta el interior.
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Convirtió su hogar en la “Casa de la Navidad” y, desde noviembre hasta el 8 de enero, abre sus puertas para mostrar la Navidad en todas sus interpretaciones, desde el nacimiento de Jesús en Belén, la fantasía de una “Navidad blanca” hasta la festividad jíbara y campesina, con música tenue de fondo.
“Yo llevo 20 años decorando mi casa”, narró Ester a Primera Hora. “Una vez que me da el cáncer que, para la gloria de Dios, Dios me sana, pues entonces yo me decía ‘yo quiero que la gente disfrute conmigo las cosas bellas que yo hago’, pues decoro toda mi casa y la gente puede entrar. Esta es una promesa y las promesas se cumplen”, expresó.
No acepta donaciones. Es una promesa navideña. “La paga” que prefiere recibir es la alegría pintada en los rostros de quienes la visitan y la paz que se llevan en sus corazones tras recorrer la casa.
“Que ese dinero que me quieran dar que lo lleven a la iglesia de su predilección, lo echen de ofrenda y le pidan a Papa Dios que no me vuelva más ese cáncer. También les digo que la paga que ellos me dan a mí es que, al entrar aquí nada más, yo me pongo bien feliz y ellos bien contentos. Esa es la paga que me dan a mí”, explicó.
La Casa de la Navidad está abierta al público todos los días de 6:00 p.m. a 10:00 p.m. Ubica en la urbanización Santa Elvira, en Caguas, y es la casa 22 de la calle Santa Ana.


