Agotados los recursos del “banco de talento de familiares y amigos” sin encontrar el amor, Marina decidió ceder a los avances de la tecnología y emprender la búsqueda de “una pareja para compartir la vida” a través de aplicaciones cibernéticas.

A juzgar por la experiencia de esta abogada de 50 años, las aplicaciones son una buena alternativa para conocer personas, hacer amigos y hasta identificar a aquel ser especial con el cual se pueda intentar dar el paso para enamorarse. Lo sabe, porque se encuentra en la segunda ocasión en la que buscará establecer una relación amorosa con hombres que ha conocido a través de estas aplicaciones en los pasados dos años pandémicos.

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“Tú puedes sentirte la persona más inadecuada, fea o como insegura. Sin embargo, lo que he aprendido es que, para todos los gustos, hay colores, y que siempre va a haber alguien que te va a dar un ‘like’ o va a estar interesado en ti. Hay que tener cuidado, tener un poco de malicia y uno protegerse mientras estás en estas aplicaciones, sobre todo, cuando da ese ‘match’, que uno empieza a hablar o decide conocer a esa persona. Hay que tomar ciertas medidas para uno protegerse. No es solo emocionalmente, es una cuestión de seguridad, porque hay de todo” en ese inmenso mundo cibernético, expuso.

Pese a que llegó a una cita para toparse con que el hombre con quien hablaba no se asemejaba al de las fotos de su perfil y le faltaban varios dientes, o con otros que la hicieron crear falsas expectativas, Marina (nombre ficticio para evitar que se revela la identidad de esta abogada de la zona metropolitana) asegura que ha tenido “una experiencia bien buena” con estas aplicaciones.

“He conocido hombres que hoy en día no somos pareja, pero sí he hecho buenas amistades. He conocido mucho profesional y, a través de estas aplicaciones ha sido una herramienta, pues para pasar el tiempo, en el sentido de tener una vida activa, uno va a cenar o va y se toma un café, el vinito, conoce gente nueva. Uno se entretiene. No es necesariamente buscando esa pareja para toda la vida o como venden en las novelas: ‘para siempre felices’. Al contrario, he hecho buenas amistades”, comentó.

Las aplicaciones

Por sus inquietudes como abogada, Marina primero se dio a la tarea de investigar y leer sobre las aplicaciones. Es que hay para todos los intereses sexuales y amorosos.

La abogada dijo que se centró en aquellas destinadas, principalmente, para parejas heterosexuales.

Comentó que hay alternativas para citas casuales, citas sexuales o hasta para aquellos interesados en casarse.

La primera aplicación que dijo descartó fue Tinder.

“Es como para encontrarnos esta noche y, verdad, como para tener sexo”, indicó.

También dijo haber descartado eHarmony, aplicación por la cual se debe pagar para tener una membresía premium. Permite seleccionar qué tipo de relación desea, si heterosexual u homosexual.

“Esa es más bien dirigida para gente que quiere casarse”, sostuvo.

Otra de las aplicaciones que Marina dijo es, “de las más generales aquí”, fue Match. Esta también permite seleccionar si interesa una relación heterosexual u homosexual, así como escoger estado y ciudad.

En la aplicación que esta abogada tiene su perfil es en Bumble, que también cobra por experiencias premium, como para ser de las primeras personas en aparecer cuando alguien realiza una búsqueda.

“Esa la peculiaridad que tiene es que la mujer tiene el control de ese primer paso de hablar”, destacó.

Especificó que los hombres solo pueden marcar el “me gusta” en el perfil, pero no iniciar la interacción.

Marina contó que una vez recibe un ‘like’, pasa a evaluar quién es ese hombre que habría mostrado interés en ella. Dijo que lo busca en sus redes sociales, como Facebook e Instagram, para corroborar su perfil. Si le llama la atención, entonces, comienza a interactuar por el sistema de mensajería y llamadas que tiene la propia aplicación.

Una vez se siente segura, pasan a la cita presencial. Dijo que las pauta para lugares públicos, que presenten seguridad. Son encuentros como para tomar un café, almorzar o cenar.

Señaló que, si percibe algún interés mutuo, entonces intercambia información personal, como el número telefónico.

Tras haberse familiarizado en este mundo del amor cibernético en los pasados dos años, la abogada pidió a las personas que tienen interés en conseguir una pareja de este modo a “ir con la verdad”.

“Si estás buscando una relación seria, decirlo. Si tú buscas algo casual, decirlo para no inducir a error a esa otra persona que está al otro lado. Utilizar fotos que son actuales, porque hay gente que se presta para poner fotos de hace 20 años atrás y cuando tú finalmente conoces a la persona… Siempre se va a saber la verdad”, señaló, al reírse.

Nada lejos de la verdad. Estas desilusiones de personas que aparentan ser quiénes no son también se da en estas relaciones iniciadas por Internet.

De hecho, la mayoría de las anécdotas que mencionó Marina están relacionadas a ese descubrimiento de la verdadera identidad.

“A mí me pasó con uno que no tenía dientes (suelta una carcajada). Le faltaban dientes. No es que sea algo malo. Pero, pon la foto tuya como es, no arreglada”, expuso, al comentar que la foto del perfil del hombre le hacía aparentar que era guapísimo.

También habló de uno que hablaba de una vida de lujos y le ofreció un vino como sacado de una gasolinera

“Tengo uno que se presentaba como dueño de compañía, una persona pudiente. Me invita a cenar y la tarjeta declinó. Terminé yo pagando”, relató.

Otra recomendación que dio la abogada es no hacerse de grandes expectativas cuando se está conociendo a una persona a través del Internet.

“No se puede pretender que es el príncipe azul”, explicó.

En resumen, dijo que en estas aplicaciones se consigue de todo. Pero, reiteró que ha logrado hacer muchas buenas amistades a través de ellas.

“Hay de todo, locos de atar y buenos hombres, buenos partidos que sí que valen la pena”, afirmó.
¿Encontró el amor?

Para Marina, comenzar a interactuar con estas aplicaciones para buscar pareja no le fue fácil. Aceptó que, en un inicio, vio la edad como una barrera. Pero, dijo que cuando conoció el sistema, perdió el miedo.

“Se hace fácil con la práctica, como digo yo”, manifestó.

Esa práctica le resultó en una relación de 10 meses.

“Fue muy buena experiencia. No tengo nada malo que decir, excepto que se acabó”, detalló la mujer.

Comentó que para ese tiempo abandonó el uso de la aplicación y se dedicó a ese hombre que conoció. Meses después de terminar la relación, retomó su búsqueda por las aplicaciones, ya que destacó que no es persona de sentarse en una barra a conversar.

Ahora, para este San Valentín, Marina también dejó en el abandono estas aplicaciones para buscar pareja.

“Me estoy dando la oportunidad de conocer a alguien. Hace unas semanas me salí de las aplicaciones para concentrarme a esta persona y ver si la pego”, aceptó.

Reconoció que desconoce si realmente ese hombre al que desea conocer más en lo personal también dejó su búsqueda de otras mujeres por estas aplicaciones.

“Eso es algo que puede surgir y uno no tiene control. Pero, tampoco se tiene el control de aquella pareja que conociste en la universidad y haga lo mismo, siga conociendo o se rapée a otras mujeres”, comentó.

Insistió, sin embargo, en que decidió darse la oportunidad, porque considera que el hombre “es serio y está apostando igual que yo”.

Lo que dejó claro Marina es que recomienda estas aplicaciones.

“Yo soy una persona feliz, dentro de mi soledad. No es que necesite estar en pareja para sentirme realizada, ni nada de eso. Claro, me gustaría compartir mi vida con alguien en pareja. Esto yo lo veo como una oportunidad que se me ha dado para lograr eso que me gustaría tener en mi vida… Además, entretiene. Eso es así”, concluyó.