Marcos Gabriel Berríos Roldán no estaba tan seguro de que podía llegar a cumplir sus sueños de convertirse en astronauta.

Fueros sus padres, Clemente Berríos (Humacao) y Antonia Roldán (San Lorenzo), y sus dos hermanos quienes lo animaban para que nunca se diera por vencido, aun cuando se mostraba inseguro.

Ahora, a este guaynabeño de 37 años, quien es mayor de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, ingeniero mecánico y doctor en aeronáutica, le llegó el momento de “probar de qué estoy hecho”. Espera que en la encomienda que recibió de parte de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, en inglés) haga sentir, “algún día”, orgullosos a los puertorriqueños.

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Fue el lunes cuando la NASA anunció la selección de Berríos Roldán, entre otros 12,000 participantes, para ser candidato a astronauta, como se le debe llamar en estos dos años que tendrá de entrenamiento.

En entrevista con Primera Hora, Berríos Roldán se mostró jovial, sonriente y expresivo. Lanzó varias frases puertorriqueñas, pero se contuvo cuando le llegó el momento de pronunciar un “puñe…”, una palabra muy boricua que encierra todo tipo de sentimientos.

“Me siento bien contento, bien orgulloso y es un honor poder servir y ser parte de la NASA y también es un honor representar a la Isla y a los países hispanos, latinos”, expresó Berríos Roldán, a horas de que se anunciara su logro.

Esa alegría inmensa también fue la que tuvo cuando recibió hace varias semanas la comunicación de que había sido seleccionado, junto a otros nueve participantes, para iniciar una nueva clase de astronautas. Fue, entonces, cuando afirmó que soltó la misma palabra que el boxeador Félix “Tito” Trinidad al ganarle al mexicano Oscar de la Hoya. Esa que no se atrevió a decir.

“Desde chiquito soñaba ser astronauta, porque me inspiraban ver las fotos de las estrellas, de los planetas y quería viajar para esos sitios. Pensaba que eso era lo que hacían los astronautas, viajar el universo. Pero uno se da cuenta rápidamente que eso no es cierto, verdad, y la razón por la que quise ser astronauta evolucionó con el tiempo”, manifestó.

Añadió que, “ahora que soy mucho más viejo, me encantaría poder usar mi experiencia como ingeniero, como piloto de prueba para poder desarrollar los vehículos nuevos que se van a usar para poder ir a la Luna y para Marte”.

Pocas probabilidades

Fue cuando Berríos Roldán estaba en la escuela superior, grados que cursó en su mayoría en la Academia Wesleyana, en Guaynabo, que se topó con la triste realidad de que las oportunidades que tenía para convertirse en un astronauta eran ínfimas.

“Cuando me di cuenta que las probabilidades de ser seleccionado eran .01% fue un poco triste... En mi opinión no debe ser que ser astronauta sea tu meta. Uno debe de seguir su pasión, vivir su vida y tener una carrera que te emociona y la quieras hacer por toda tu vida y, entonces, solicitar... Y, si se te da, se te da”, sostuvo.

Fue su madre, una mujer divorciada que trabajaba como maestra de escuela superior en la Academia Wesleyana y en la Antilles High School, en la Base Buchanan, una pieza importante para alcanzar sus sueños.

Primera Hora supo que Roldán contrató para su hijo un entrenador en matemáticas para que pudiera participar en las Olimpiadas de Matemáticas que hacían las universidades. Esta etapa fue crucial para su desarrollo.

Según contó Berríos Roldán, “ella tenía un trabajo full time de maestra, pero también trabajando full time cocinando y criando a sus tres hijos. Yo creo que esa determinación, ese work ethic fue importante para poder llegar a donde estoy hoy”.

También reveló que “mi crianza en Puerto Rico, definitivamente, fue sumamente importante en yo estar aquí y para mí fueron las oportunidades que tuve en la escuela de jugar en los deportes. Jugué balompié en Puerto Rico, baloncesto, pelota un año. Pero, para mí fue el proyecto de las Olimpiadas de Matemáticas en Puerto Rico, que es a través de toda la Isla, que me ayudó a desarrollar esa disciplina académica, el amor a las matemáticas y las ciencias”, expuso.

Por tales razones, el candidato a astronauta dijo estar seguro que todo niño boricua que se lo proponga puede emprender una carrera que lo lleve también a alcanzar sus sueños de llegar a espacio.

“No importa si eres de Aguadilla, si es de Fajardo, de Guaynabo, esa oportunidad existe y de seguro ahora hay muchas más, que tengo fe de que sí pueden”, dijo.

Encaminado a la Luna

En la NASA, Berríos Roldán espera trabajar en proyectos que conduzcan al humano a regresar a la Luna o llegar a Marte.

“Donde sea, honestamente. Ahora mismo tenemos dos años de entrenamiento bastante fuertes para aprender las herramientas que vamos a usar para contribuir al equipo y a la misión. Me encantaría combinar mi experiencia en la ingeniería y como piloto para desarrollar la tecnología que necesitamos para ir de nuevo a la Luna”, sostuvo.

Aprender ruso y lograr caminar debajo del agua cree que serán algunas de las etapas difíciles que tendrá que superar en este entrenamiento para que, finalmente, se le identifique como astronauta.

Lo que estipuló es que cuando salga del planeta Tierra hacia el espacio llevará consigo, “de seguro una bandera de Puerto Rico. Si acaso, si me dejan, fotos familiares y una canción que represente a la Isla o al pueblo hispano. Pero, sería un gran momento y es un sueño... un sueño”.

Como parte de ese sueño, ya Berríos Roldán tuvo la bendición del primer boricua en convertirse en astronauta, Joseph Acabá.

“Él me llamó hace par de semanas, me llamó a felicitarme. Me dijo que cuando vio mi nombre se puso muy contento y me dijo que, aunque no lo supiera ahora, iba a hacer que muchos se sintiesen orgullosos”.

Con “mente brillante”

La maestra de español de grado 11 de Berríos Roldán en la Academia Wesleyana y ahora directora de desarrollo institucional, Glenda Rivera Berríos, comentó que el candidato a astronauta era “calladito, tímido, pero muy disciplinado. (Era) una mente brillante”.

Indicó que cuando único faltaba a clases era para participar de las Olimpiadas de Matemáticas.

Rivera Berríos contó que el joven “florecía” y dejaba de ser tímido solo en ese mundo de las matemáticas y las ciencias.

“De los tres (hermanos), Marcos daba una vibra diferente de cosas grandes y maravillosas”, dijo.

La maestra detalló que Berríos Roldán nació en Tennessee, cuando su papá estaba en una misión de la milicia. Sus padres se mudaron a Puerto Rico cuando iba a ingresar el quinto grado de la escuela elemental en la Academia Wesleyana. Fue entonces cuando se identificó como del pueblo de Guaynabo.

En la Academia, su madre fue maestra de matemáticas hasta que su hijo completó el grado 11. Un cambio de trabajo hacia la Base Buchanan llevó al joven a graduarse de cuarto año de la escuela de la Base Buchanan, relató Rivera Berríos.

Aun cuando ocurrió este cambio, dijo que la familia águila está orgulloso de los logros de su exalumno.

“La familia weslayana pasa a la historia gracias a él… Yo estoy segura que su calidad profesional y por encima de eso, sus quilates éticos y morales, le van a garantizar muchos éxitos”, afirmó.