Más que un diploma de cuarto año, fue lo que obtuvo la familia corozaleña integrada por Lleliza Vázquez, Harry Torres y Harry, hijo, quienes tuvieron una gran satisfacción al graduarse juntos, el pasado 20 de mayo, en el Coliseo Juan Aubín Cruz Abreu, en Manatí.

Los tres se propusieron en enero de 2016, terminar la Escuela Superior mediante los cursos del Programa de Educación Para Adultos del Departamento de Educación (DE), que les fueron ofrecidos, específicamente, en la Escuela Superior Especializada Vocacional Agrícola Pablo D. Burgos, ubicada en el sector los Albinos, del barrio Mavilla en Corozal, dirigida por Zaida M. Rivera González. 

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“Es importante para mí (el haber obtenido mi diploma de cuarto año), porque surgen planes. Cuando el nene termine de estudiar, porque las becas, hoy, no cubren completo y hay que pagar y él es la prioridad, quiero ir más allá, adquirir otro grado académico y buscar un mejor empleo, después de…”, sostuvo Lleliza (de 35 años de edad), quien tuvo que abandonar la escuela tras su primer embarazo, a los 15 años de edad, con su décimo grado.

En el caso de su esposo, Harry, luego de repetir dos cursos del grado décimo, decide salirse e irse a trabajar, más, en el 1996, nuevamente lo intenta “y se me hizo muy difícil, ahí, lo dejé otra vez; y hasta antier”.

Hoy, según cuenta Harry, su experiencia de graduación “fue un día muy emocionante para mí. Yo no esperaba, que hubiese sido así. Todavía estoy emocionado y no me lo creo aún que lo logré”, exclamó Harry (de 39 años de edad), quien ya tiene planes de más adelante certificarse como “handy man”.

Por otro lado, Harry, hijo de 17 años de edad, no terminó con buenas notas el décimo grado, razón por la que ambos padres se propusieron estudiar con él y ser de ejemplo, apoyo, y también, mantenerle el ojo echa’o para que se mantuviese encarrilado en la escuela nocturna. 

"Fue muy buena la experiencia, porque a pesar de todo, ellos se metieron a la escuela para apoyarme. Y eso, pues, me motivó a echar para adelante. Y, pues, se sintió bien”.

El Programa de Educación para Adultos ofrece oportunidades educativas a jóvenes adultos de 16 años o más que están fuera de la escuela y deseen iniciar o proseguir sus estudios. 

Las metas son propiciar, facilitar y ampliar las oportunidades educativas y de empleabilidad de esta población mediante la adquisición de las destrezas y conocimientos necesarios para la autosuficiencia y el logro de un empleo. 

Se ofrecen cursos de educación básica, secundaria, inglés conversacional y alfabetización de inglés integrada y educación cívica. 

Además, se ofrece el curso de Ley 217, un repaso para tomar el examen de equivalencia.

Específicamente, la clase graduanda 2016-2017 del programa -que tuvo 13 estudiantes con excelencia académica (4.0 puntos)- la integró un total de 1,095 participantes.

A la hora del sacrificio y la "quemada de pestañas", los tres se mantuvieron dándose apoyo, aspecto, que, en un principio para Harry, hijo, “fue raro, pero después, con el tiempo no; me sentí cómodo”, describió quien formó un equipo de estudios con sus dos aliados, pero en, especial, con su papá, quien su compañero de salón “porque él se desenvolvía bien con las maestras y él te llevaba. Y si no entendía lo que decía el maestro; entendía con mi pai, o con lo que me explicaban los compañeros; nos ayudábamos y así uno se balanceaba”. 

Por su logro académico, hoy, el trío exhorta a otros en su misma situación.

“Ese curso, por lo menos, a mí me demostró, que el sacrificio de unos meses, vale la pena… Que se puede, que si uno saca tiempo para otras cosas, se puede sacar un tiempo, incluso, hay escuelas sabatinas para lograrlo. Y esto es el comienzo de algo, porque voy tras muchas cosas que mantuve en 'stop' para poder criar mis hijos, porque yo los tuve muy joven”, indicó Lleliza, la madre de tres, quien junto con su esposo y el benjamín de la casa, recibirían en estos días, sus respectivas transcripciones de crédito.

Por su parte Harry, padre- el que había colgado los guantes para obtener su diploma de cuarto año y que  actualmente fue reconocido junto a su familia con el reconocimiento “Historia de éxito”-  aseguró que “no fue fácil, porque todos los días era como una carrera el sacar tiempo para estudiar y prepararse para los exámenes, las últimas semanas más, que fueron exámenes, unos tras otros, yo decía: 'ya yo no puedo'. Pero pensé que estaba al otro lado y me mantuve, porque vale la pena hacer un sacrificio para uno graduarse y terminar lo que uno empezó”.

Finalmente, Harry, hijo, próximo a estudiar mecánica marina en agosto, destacó que pudo visualizar el tesoro especial que hay en los estudios.“el día de la graduación decía, ‘¡contra lo logré!’. A pesar de todas los errores que uno comete: malas notas, el no hacerle casos a los maestros; pues, uno sigue para adelante, a pesar de todo. Y yo voy para adelante y le voy a poner el 200% a mis estudios”.