Meta cumplida: Matrimonio colombiano recibirá sus doctorados en la misma graduación del RUM
Karla Andrea Echeverría Altamar obtendrá su título en bioingeniería y Jairo José Orozco Sandoval en ingeniería eléctrica.

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Tenían que suceder un sinnúmero de cosas para que se diera tal coincidencia, así que no era algo que realmente pensaron que llegaría a ocurrir. Sin embargo, esta semana Karla Andrea Echeverría Altamar y Jairo José Orozco Sandoval, un joven matrimonio oriundo de Colombia, tendrán la dicha de recibir ambos sus respectivos diplomas de doctorado del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) de la Universidad de Puerto Rico (UPR).
En una entrevista con Primera Hora, en la que dejaron saber su agradecimiento a Puerto Rico y en particular a las personas que les ayudaron a lograr esta meta, los ahora doctores contaron que se conocieron en Barranquilla, mientras hacían su bachillerato en física. Pero sería en tierra boricua donde culminarían uno de sus más anhelados sueños: completar sus respectivos grados doctorales.
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“Nos conocimos como en el 2010. Estudiábamos juntos, con otro grupo de amigos, y siempre compartíamos en diferentes actividades, ya fueran actividades familiares como también con las actividades de la universidad. Pero no fue hasta el 2014 que empezamos a ser novios como tal”, relató Karla.
Al año siguiente se comprometieron. Y poco después, ese mismo año, solicitaron continuar sus estudios de maestría en el RUM.
Una vez los aceptaron, “tomamos la decisión de casarnos y al mismo tiempo que nos casamos, una semana después, vinimos a Puerto Rico”.
Así las cosas, llegaron a la Isla en 2016, en principio para hacer una maestría en física, de la que se graduaron juntos.

Su llegada al Colegio
Contó que, durante el bachillerato, su esposa terminó un semestre antes que él, e incluso comenzó a trabajar como maestra de física en una escuela. Al siguiente semestre, Jairo completó su bachillerato y también empezó a trabajar como maestro, pero de matemática.
“Pero ahí, enseguida Karla comenzó como que a buscar qué podíamos hacer, dónde podíamos continuar los estudios”, relató Jairo. “Había varias opciones, una posibilidad era en Brasil, porque ya muchos amigos habían ido allá a estudiar su maestría. Pero a ella siempre le llamó la atención, como que vamos a ver cómo es esto acá en Puerto Rico. Ella conocía una amiga que también se había graduado de la universidad aquí en Mayagüez”.
Jairo reconoce que “al principio no estaba como que motivado”, pues tenía su atención puesta en el trabajo.
“Ella fue la que estaba bien interesada. Y, literal, ella fue la que casi hizo todo, ella hizo la aplicación (solicitud), me dijo búscate esto, busca lo otro, y vamos a probar”, admitió.
“Habíamos ya tomado una decisión de que nosotros nos íbamos a ir a estudiar si ambos quedábamos en la universidad. Y gracias a Dios así fue”, afirmó.
Mientras cursaban la maestría en el RUM, se repitió la historia, y Karla terminó un semestre antes, aunque sí coincidieron en la misma graduación.
“Por muchos factores, pandemia, temblores y los experimentos, pues, se tuvieron que correr un poquito, por lo menos en mi caso, que lo mío era más práctico, lo de él era más computacional. Así que no pensamos que nos íbamos a graduar a la vez. Siempre pensamos que uno iba a terminar primero que el otro, pero pues, por diferentes situaciones, logramos terminar en el mismo semestre, y por ende permitirnos graduarnos en el mismo tiempo, en el mismo semestre, en la misma graduación” apuntó Karla.
“Ya cuando decidimos hacer el doctorado, cada uno cogió por su lado. Yo escogí hacer el doctorado en ingeniería eléctrica y mi esposa en bioingeniería”, comentó Jairo.
Aunque en este punto sus estudios tomaron caminos separados, Karla asegura que, “en medio de todo, siempre nos apoyábamos, nos ayudábamos un montón. Por ejemplo, él a veces me decía, ‘mira, revísame, cómo tú ves esta presentación, o cómo tú ves esto que estoy trabajando’. Igualmente yo, cuando estaba haciendo mi trabajo, él me ayudaba, por ejemplo, cuando yo veía que me tiraba un error y no lo podía encontrar, él me ayudaba a encontrar el error. O cuando yo tenía experimentos, él también me ayudaba o me daba ideas de cómo llevarlos a cabo”.
“A pesar de que nos dividimos en áreas diferentes en el doctorado, siempre hubo un apoyo, ya que de cierta forma teníamos el mismo ‘background’ en física, el mismo conocimiento, y esto también, por lo menos en la parte práctica, fue de ayuda”, sostuvo.
Por ahora, se quedan aquí
Entretanto, el matrimonio lleva ya nueve años y medio viviendo en Mayagüez y, al menos en el futuro inmediato, piensan seguir residiendo en el sector El Maní.
“En mi caso, yo estoy en búsqueda de trabajo, abierta a diferentes oportunidades, solicitando a la industria, también a la academia”, indicó Karla. “Mi esposo, se encuentra trabajando en una escuela como maestro de matemáticas y física. Él logró conseguir ese trabajo mientras estaba ya finalizando el doctorado. Gracias a Dios que él ahora mismo ya tiene un trabajo”.
“Ahora mismo, como él tiene un trabajo aquí en el área oeste, pues por ahora nos vamos a quedar un tiempito más en Puerto Rico. Y obviamente, donde se nos abra la oportunidad laboral, nos mantendremos”, agregó Karla.
“No puedo decir que me voy a quedar en Puerto Rico, porque también eso es la voluntad de Dios en nuestras vidas. Pero lo que sí puedo decir es que nos encanta Puerto Rico”, sostuvo la doctora.
Agradecidos de Puerto Rico
Jairo resaltó la importancia que ha tenido Puerto Rico en alcanzar sus logros y se mostró agradecido por el apoyo de los puertorriqueños en este proceso.
“Una de las experiencias más lindas que hemos experimentado es estar aquí en Puerto Rico, porque hemos conocido también un montón de personas lindas que nos han brindado la mano, que literal les digo que se han vuelto como familia. Hemos hecho una comunidad de amigos y de personas que de verdad cuidan de nosotros como si fuesen familia. Y esas experiencias y esas vivencias aquí en Puerto Rico nos llenan mucho de alegría”, afirmó Jairo, agregando que “a veces, más allá de los estudios, más allá del doctorado, las buenas experiencias y las buenas amistades a veces pienso que hacen más peso, quizás, que los logros que uno haya obtenido aquí. Que uno, sí, ganó conocimiento, ganó una profesión, pero también uno conoció y ganó una familia, que para mí eso también es más importante que los estudios”.
La pareja, además, expresó su agradecimiento a la UPR en Mayagüez y los profesores que estuvieron en el proceso, “por abrirnos las puertas para adquirir este conocimiento”.
“Y también a nuestros familiares, porque en cierta forma, uno viaja, pero ellos viven la ausencia, y todo eso… como que es fuerte”, sostuvo Karla, sin poder contener la emoción.
“Y agradecer a Puerto Rico en general, porque como dijo mi esposo, mucha gente nos abrió las puertas de sus hogares. Nos trataron como si fuéramos de su propia familia y eso es algo que atesoramos. Lo atesoramos, porque uno a veces piensa que en tierra ajena nos puede ir mal, y, verdad, no a todo el mundo le va a ir con las mismas condiciones, pero gracias a Dios a nosotros nos fue bien en ese aspecto”, insistió la doctora.