Presencia militar en la Isla: “Si le doy pensamiento, me vuelvo loco”
Ciudadanos comparten su opiniones y hasta mecanismos de defensa emocional para esquivar la ansiedad.

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El polémico tema del aumento de la presencia de un cuerpo castrense y el desarrollo de ejercicios militares en Puerto Rico, que en estos momentos está en pleno auge como resultado del alza en las tensiones entre Estados Unidos y Venezuela, es algo que preocupa en mayor o menor grado al ciudadano promedio en la Isla, pero muchos optan por darle poca o ninguna atención al tema, por diversas razones que van desde sus muchas otras inquietudes, demasiado trabajo, o la ansiedad que les provoca.
Al menos eso fue lo que dejaron saber una decena de personas entrevistadas al azar por Primera Hora cuando se les preguntó qué conocían sobre los ejercicios militares y el reciente aumento de presencia militar en Puerto Rico.
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Por ejemplo, Luis Nieves, un residente de Guaynabo que trabaja por su cuenta en un negocio de eventos y actividades, admitió no estar muy al tanto de la situación.
“No sé mucho, pero lo que sé es que supuestamente vienen varias bases militares aquí en Puerto Rico. No sé mucho, en verdad que no”, comentó.
“Verdaderamente, no sé qué decirte… no es que no me interese, pero tengo tantas cosas en mi cabeza que a veces no me pongo a preocuparme de nada. Que sea lo que Dios quiera, como dice uno. Si le doy pensamiento (al tema) me vuelvo loco”, agregó.
Una joven madre de Guaynabo, que se identificó solamente por su nombre, Lian, sostuvo que se trata de un tema que prefiere evadir.
“La realidad es que no le doy mucho énfasis a eso. No he escuchado nada”, comentó. “Me preocupa, pero como me crea ansiedad, pues prefiero entonces… De verdad que trato de evadir el tema. Pero sí sé que es preocupante”.

“Obviamente, me crea mucha ansiedad porque tengo niños pequeños y pues por eso trato de… creo que podría escalar y se vean afectados. Así que lo evito para que no me cause ansiedad”, agregó la trabajadora social.
“Y sí me preocupa que se use a Puerto Rico, que pase algo, que la guerra sea más fuerte y entonces nos veamos perjudicados nosotros, ya que cuando empiezan las guerras, inicia esto de los alimentos, la escasez y todas esas cosas”, sostuvo.
Mientras, Laura de los Santos, una trabajadora de un supermercado y residente de San Juan, indicó estar al tanto de los acontecimientos, pero “por encimita”.
Dijo conocer “del problema que tiene Venezuela con Donald Trump, y ahora con la gobernadora de aquí, que le dijo que fuera pa allá, que las mujeres de Venezuela la estaban esperando. Eso es lo que yo he escuchado por encimita así”.
Sin embargo, no tenía más detalles sobre los ejercicios militares en la Isla, y explicó que “yo casi no sigo así noticias, lo que me sale por encimita así, pero no me empapo mucho”.
“Pero siempre se preocupa uno, porque uno no sabe en qué vaya a parar la cosa. Porque siempre… como todos los días sale una noticia nueva, y la que viene supera a la que estaba. Y nunca es para beneficio de nadie. Y eso para mí es lo que está afectando la economía, porque, no sé, como que las cosas se paralizan de momento”, agregó.
Reiteró, sin embargo, que el tema no le interesa, pues “ya es suficiente ya con todo lo que está pasando aparte de eso”.
Mientras, una señora de más edad, retirada y residente de Guaynabo, se limitó a comentar que “sé lo que he oído por la televisión nada más, que están haciendo prácticas y que están trayendo aviones de allá”.
Sin embargo, desconocía de las tensiones actuales entre Estados Unidos y Venezuela, aunque tras enterarse expresó preocupación.
“No estoy ni en contra ni a favor, pero de preocuparme, me preocupo, porque Venezuela no se va a quedar con los brazos cruzados”, sostuvo.
Por su parte, Dolores “Lola” Gómez Acosta, una nutricionista retirada, afirmó que el tema militar y bélico es uno que no le agrada, y por tanto no le interesa.
“Honestamente, que no me gusta (el tema). Sí estoy enterada (de lo que está ocurriendo). Pero no me interesa, para nada, de verdad que no”, sostuvo.
“Yo sé poco. Sé que están los militares haciendo ejercicios, están haciendo no sé qué. Mi esposo sí sabe de todo eso, yo no”, agregó.
“Pero a mí si me preocupa, porque de veras que no me gusta la guerra, ni nada de eso… Porque es que eso… yo no entiendo, de veras no sé cómo explicarlo. Porque las bases militares, honestamente, para mi entender, eso es como que beneficio… honestamente, esa tirantez de guerra, ejercicios militares… no sé… a mí no me gusta, para nada”, reiteró.
Un joven obrero de la construcción y residente de San Juan, que prefirió no identificarse, indicó estar más concentrado en su trabajo y no muy al tanto de los acontecimientos, aunque sostuvo que sí es algo que le preocupa.
“Lo único que he escuchado es que aquí tiene una base militar Estados Unidos, que es relacionado con Venezuela o algo así. Pero es que yo estoy en el trabajo y casi no (estoy enterado)… Es importante sí, pero yo…”, comentó.
“Y preocupa, claro, porque uno no sabe qué pueda pasar. Imagínese, nosotros acá… le da a uno miedo… entonces, a veces, como que uno toma la decisión a veces como que más bien de irse de acá, porque pienso que es un punto muy crítico, porque esto es una Isla y pues no sé cómo manejará todo eso”, agregó.
Mientras, Annette Cruz, una ama de casa de Guaynabo, prefiere no dar mucha atención al asunto porque entiende que su opinión no será tomada en cuenta.
“Yo lo que (he oído), que la gente dice que eso no nos conviene a nosotros que esa gente y que esté aquí. Yo no sé, pero… De verdad como no veo mucha televisión, por lo tanto, no… como que eso no… Y como lo que yo piense el gobierno se lo pasa por donde no le da el sol. La voz de uno no tiene ni voz ni voto, así que…”, dijo con tono de resignación.
Agregó que el tema de los ejercicios militares en Puerto Rico no le preocupa “para nada. No me voy a echar una preocupación que a ellos no le va a importar. Voy a coger lucha, no voy a dormir y comoquiera ellos o van a estar o no van a estar. Ellos van a hacer lo que les dé la real gana”.
“Así que para qué preocuparse por algo (sobre lo) que uno no tiene control… a ellos no les importa. Que sea lo que sea”, insistió.
“No me como el cuento”
Pero no todas las personas entrevistadas han optado por prestar poca atención a la situación, y algunos ciudadanos sí tenían opiniones más concretas sobre la escalada de tensiones entre Estados Unidos y Venezuela y el consiguiente incremento de presencia militar en Puerto Rico.
Por ejemplo, Jorge Rosa, un jubilado residente de Puerto Nuevo afirmó estar “al tanto de lo que está pasando”.
“Te soy honesto. No me como el cuento ese de que es en relación a erradicar las drogas. Porque si fuera por eso, ¿cuántos años llevamos con el problema aquí entrando drogas, entrando armas? Eliminaron lo de los rayos X en los puertos, que comoquiera van a seguir entrando. Eso huele a peje maruca…”, comentó.
“Después que no vengan a hacer lo mismo que cuando estaba Culebra y Vieques, que sea de práctica con bala viva, pues… la situación que nosotros tenemos como colonia, pues, hay que aceptarlo. No tenemos otra porque somos territorio de ellos. Pero que se mantengan así, y que no sea que quieran usar esto aquí de… no sé ni que palabra decirle, porque si las intenciones son de verdad ir contra Venezuela, nos afectaría a nosotros entonces”, agregó.
Mientras, Cándido Alers, un hombre de Dorado que recién se jubiló a sus 80 años, también afirmó “de la situación”.
“Sé que Estados Unidos está haciendo unas maniobras militares cerca de Venezuela, para tratar de combatir el narcotráfico. Si eso es verdad o no, pues eso solo ellos lo saben. Y tienen gente aquí en Puerto Rico porque es lo más cerca del área del Caribe”, comentó.
“Esto pertenece a Estados Unidos, y toda la vida nosotros hemos pertenecido a ellos, y ellos han hecho lo que quieran por estas áreas. Así que para mí es una cosa natural, que siempre ha existido”, agregó.
Sobre el posible impacto de un conflicto bélico, reflexionó que “bueno… en cierto modo, nos podría colocar en peligro si fuese una potencia grande extranjera, pero en el área del Caribe no creo que tenga ningún problema con eso”.
Por su parte, Carlos Rivera, un residente de Guaynabo que trabaja en la industria de autos, no solo afirmó estar más pendiente de los acontecimientos y su evolución, sino que fue categórico en respaldar una intervención militar de Estados Unidos en Venezuela.
“Estoy bastante orientado sobre ese particular, porque, de hecho, tengo amistades y comadre que son venezolanos, que han tenido que desertar de Venezuela y están prácticamente por diferentes partes de Estados Unidos y el Caribe. Y me da mucha pena lo que está pasando”, afirmó.
Aseguró que, sobre lo que viene ocurriendo, “nada me preocupa. Al contrario. Estoy loco porque Estados Unidos le meta mano (al régimen de Venezuela). Que vaya a la acción, porque ya son muchos años y ese régimen, cómo le explico, no respetan las leyes de ellos mismos. Lamentablemente, lo que he escuchado y lo que he visto, de la información que me han dado las amistades, es que llevan robándose las elecciones más de seis veces. Esta última vez, ¿qué pasó? Supuestamente, el opositor tuvo la evidencia de que ganaron las elecciones, pero ellos no pudieron mostrar evidencia de que ellos lo hicieron”.

“Así que, que le meta mano Estados Unidos, honestamente”, insistió.
“Y sí, hay consecuencias, hay consecuencias siempre. Pero todo eso conlleva para poner ley y orden”, acotó.
El domingo, Trump respondió con un “veremos qué pasa” al ser preguntado sobre la posibilidad de que su país lleve a cabo ataques dentro del territorio venezolano.
“Veremos qué pasa. Mira, Venezuela nos está enviando pandilleros, narcotraficantes y drogas. Es inaceptable. No nos gusta lo que Venezuela nos está mandando: ni sus drogas ni sus pandilleros. No nos gusta, no nos gusta nada”, indicó el mandatario a la prensa.
De hecho, ayer el presidente confirmó que el ejército de Estados Unidos atacó otro bote venezolano que, supuestamente, transportaba drogas desde ese país, y que mató a tres personas a bordo de la embarcación.
En cuanto a los ejercicios militares en la Isla, Rivera reiteró que “no le tengo miedo. Y, de hecho, mi hijo está en el Ejército. Ahora mismo está en Kuwait metío. Va a estar como un año por allá. Y si le tocara, eso fue lo que él decidió. Esa es la realidad. O sea, nadie podemos estar… ser como que, ‘no, que nos va a pasar algo’. Pero si cada hijo que va al Ejército, que se anota, sabe pa lo que iba. Lamentablemente, son decisiones de cada cual. Eso es lo que hay, honestamente”.
Más allá de las expresiones de la gente, cabe resaltar que los más recientes informes noticiosos dan cuenta de que Estados Unidos ha estado reforzando su presencia militar en Puerto Rico y el Caribe.
De acuerdo con la Agencia EFE, al menos cinco aviones de combate F-35 de la Marina de Estados Unidos arribaron a la pista del aeropuerto regional José Aponte de la Torre, en la antigua base militar de Roosevelt Roads, en Ceiba.
Asimismo, una aeronave Boeing C-5 de las Fuerzas Armadas estadounidenses se divisó en esa misma base, según reportaron medios locales.
Estos aviones se suman al despliegue estadounidense de ocho barcos militares con misiles y un submarino de propulsión nuclear, cerca de las costas venezolanas, bajo el argumento de combatir el narcotráfico, una acción que el Gobierno de Venezuela considera como un intento de propiciar un “cambio de régimen” en el país suramericano.

Paralelamente, Venezuela ordenó la movilización de buques, el alistamiento de millones de milicianos y un “refuerzo especial” de la presencia militar en cinco regiones costeras del país.