“Tenemos una situación crítica. Realmente crítica”.

Con estas palabras, el padre Orlando Lugo Pérez, de la Parroquia Santísimo Sacramento en Ponce, describió las vicisitudes que enfrenta su congregación y comunidad del barrio La Playa, damnificados que han vivido lo peor de las más recientes emergencias que han abatido a Puerto Rico en los últimos cinco años.

Y es que el sector, donde residen aproximadamente 16,000 personas, es una que continuamente es estigmatizada por ser un área de mucha pobreza, resaltó Lugo Pérez. Ayer, a 16 días del paso del huracán Fiona -que impactó directamente al sur, oeste y área central de la Isla- el barrio aún no tenía servicio de energía eléctrico, provocando que el estado emocional y físico de estos ponceños decaiga significativamente.

“Estamos cansados emocionalmente y necesitamos un gobierno efectivo en la gerencia, porque, si no, vamos a continuar en una situación cada vez más precaria en Puerto Rico y nosotros necesitamos saber y tener consciencia de que en Puerto Rico van a seguir pasando huracanes. ¿Qué vamos a hacer ahora? ¿Cuál es el plan? ¿Siempre va a ser lo mismo? Realmente, es una situación muy dura. Los líderes comunitarios, que son quienes han mantenido la vida de la gente, están agotados emocionalmente, pero no hay comunicación efectiva. No se sabe dónde estamos y a dónde vamos. Estamos muy tristes. Estamos agotados emocionalmente, pero estamos comprometidos hasta el final”, lamentó el sacerdote.

Esperan respuesta

LUMA Energy especificó a Primera Hora que un 94% de los abonados a nivel Isla contaban con servicio de energía eléctrica para las 9:00 de la mañana de ayer. Esta cifra representaba 1,375,988 clientes, mientras que unos 92,235 no tenían luz.

“No nos atienden. Eso es lo que, precisamente, más nos ha dolido, que cuando LUMA llegó a La Playa de Ponce nosotros le abrimos las puertas para colaborar con todos los proyectos sociales que ellos querían hacer. Pero en esta emergencia, ni siquiera se han comunicado para, aunque sea darnos el plan de acción (y) decir qué está ocurriendo en La Playa de Ponce. Si ellos entraron (a administrar la red eléctrica) asegurando que los servicios de energía eléctrica iban a ser mejores, este es el momento de mostrarlo y han mostrado lo contrario. Entonces, ¿qué confianza tenemos aquí en el futuro? No queremos pensar que, en este momento, nos han dejado para lo último porque somos los más pobres de Ponce. ¿Que existe un problema serio de transformadores en postes? Pues, que lo digan. Lo que queremos es colaborar. No queremos simplemente desestabilizar el sistema. Lo que queremos es que haya transparencia para que este asunto acabe y para que sea un plan coordinado con el tercer sector. Que sean sectores seguros y para los próximos huracanes tengamos un plan claro”, expresó.

Pese a que Lugo Pérez ha solicitado repetidamente actualizaciones de parte de Michael Pérez, asesor de asuntos del sur del consorcio energético, no fue hasta que el sacerdote hizo una denuncia pública en las redes sociales que le indicaron que ayer, finalmente, brigadas llegarían a la zona.

“Entonces si yo no (publico) un mensaje en las redes sociales, ¿no hay una respuesta para (los residenciales) Pámpanos o Lirios del Sur? ¿Por qué son reaccionarios? Me preocupa que seamos un pueblo acostumbrado a un gobierno reaccionario”, señaló al también cuestionar la ausencia de todos los militantes de partidos políticos, tanto el Partido Popular Democrático (PPD), Partido Nuevo Progresista (PNP), Proyecto Dignidad, Movimiento Victoria Ciudadana (MVC) y el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), que suelen profesar luchar por los derechos humanos.

Poca esperanza con la visita de Biden

Para el líder espiritual, la visita del presidente de Estados Unidos, Joe Biden el lunes a La Playa de Ponce fue una desaprovechada, pues a su juicio el mandatario no presenció lo que realmente sufren los sureños.

Lugo Pérez dijo desconocer completamente de la visita de Biden hasta que lo anunciaron los medios de comunicación.

“A mí no se me comunicó en ningún momento y Biden pasó por mi Parroquia y trabajo directamente con la comunidad. No lo (llevan) por donde realmente está el problema. No estamos muy esperanzados que el presidente Biden haga nada para Puerto Rico, pues ya hemos tenido otras visitas y qué curioso es que siempre vienen en estas emergencias. Perfecto. Agradecemos la visita del presidente de Estados Unidos en La Playa de Ponce, pero desde el huracán María (en el 2017), La Playa de Ponce no ha sido debidamente atendida en los aspectos más básicos y no queremos pensar que, nuevamente, se margine los pobres”, sostuvo.

Frágil el estado mental

Para el sacerdote, la falta de atención gubernamental ha alcanzado su punto culminante, pues ya está costándole la vida a los puertorriqueños y empujándolos al éxodo.

“El comercio de la zona realmente murió y eso es algo que desde los terremotos (del 2020) hemos intentado colaborar incluso con los pequeños comerciantes para que levantaran sus negocios para que no se fueran de Puerto Rico. ¿Cómo vamos a entender, con todo el respeto que se merece el gobernador (Pedro Pierluisi) -porque yo lo respeto-, (que dice que) los indicadores económicos están creciendo? ¡Es que eso no es verdad! Eso no puede ser cierto, ¡si no hay comercios en el sur!”, exclamó.

A todo esto, la salud mental va en continuo deterioro, confesó. “La depresión se ha aguzado. Los problemas mentales muy serios. Entonces, ¿qué queremos, que nos callemos la boca ante los problemas de los más pobres?”.

“¿Tenemos que callarnos la boca para que no me digan politiquero? Es muy triste. Es una frustración muy grande. Llevo semanas sin dormir, pues trabajo 24/7. Bendito sea el Señor. Me gusta trabajar con gente y a todos nosotros nos gusta trabajar, pero tenemos que entender que esto está agotador”, acotó.