Las láminas de oro fino descubiertas en la cúpula de La Fortaleza, que habían sido sepultadas con pintura y macilla por décadas, comenzaron a ser decapadas en estos días, en un intento por llevarlas a su estado original neoclásico.

La cúpula fue construida en 1845, mediante un rediseño de la corona española que le dio carácter palaciego a la estructura, que había sido concebida en el siglo 16, como un enclave militar medieval.

Un equipo encabezado por el arquitecto preservacionista, Pablo Ojeda, el arquitecto Fernando Bueso y el escultor Juan Núñez, supervisa los trabajos de decapado y limpieza que se realizan en la escalera principal y en la bóveda en forma de media esfera, como parte de las obras de restauración que se llevan a cabo en el Palacio de Santa Catalina.

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“Este es el décimo día que llevamos trabajando en el Pan de Oro, de los ocho trofeos (ornamentos arquitectónicos) que contiene la cúpula”, explicó el arquitecto Bueso desde lo alto del estrecho andamio que cubre la escalera hasta la cúpula y donde trabajan unas doce personas desafiando fuertes calores. Cuatro de ellos son empleados de la Mansión Ejecutiva que fueron adiestrados como auxiliares en las tareas de restauración.

Bueso y Ojeda mostraron a este medio los trabajos de curatoría que se realizan en la cornisa y en los ornamentos del domo, donde ya se pueden apreciar a simple vista algunas de las finas capas de oro de 23 kilates, aunque muchas de éstas no se podrán rescatar en su totalidad por el daño sufrido.

Ojeda dijo que no han podido establecer con exactitud cuándo fue que se comenzaron a tapar con pintura las láminas de oro, aunque estimó que debió ser ya en el siglo 20.

Ya se pueden apreciar a simple vista algunas de las finas capas de oro de 23 kilates.

El preservacionista explicó que en el siglo 19 La Fortaleza estaba “muy deteriorada” y a mediados de la centuria, la mansión fue reconstruida dentro de la arquitectura española de la época, transformándola en la fachada actual. 

“Este proyecto de La Fortaleza del siglo 19, se enmarca dentro de las obras bajo Isabel II que se ejecutan en San Juan. Con esta obra también construyen lo que es hoy la Escuela de Artes Plásticas, el Antiguo Hospital de la Concepción, que es hoy la Liga de Arte y el Cuartel de Ballajá. Fue un programa de mejoras a la infraestructura de la ciudad”, detalló el restaurador.

Sostuvo que por ser una obra del neoclasicismo, el diseño tiene un sistema iconográfico de la época. “Nosotros siguiendo ese estilo, inferimos dónde podía estar el Pan de Oro y lo que hemos hecho es ir confirmándolo. Hemos tratado de remover todas las capas de pintura que tenía la cúpula para descubrir la pigmentación porque no era blanca, es multicolor como la estamos viendo ahora”, describió Ojeda. 

Narró que ahora se pueden apreciar al fondo de la pieza una especie de “trofeos militares” de los distintos cuerpos de la milicia española que estaban destacados en Puerto Rico. “Son símbolos militares que tienen sus colores, su iconografía. Vemos banderas rojizas, cañones marrones y hay unas insinuaciones de banderas de España”, abundó.

“Estamos capa por capa, identificando cuáles son esas alteraciones. Vamos a ir poco a poco descubriendo eso, para tomar la decisión de cuándo es que vamos a parar y cuál va a ser la imagen que vamos a preservar de ese espacio”, sostuvo, sin descartar que la obra pudiera haber sido retocada en el mismo siglo 19. 

El especialista explicó que la curatoría consiste en remover todas las pinturas modernas que “no tienen nada que ver con la estructura” y luego determinan metodologías de intervención individual, según lo que van encontrando. “En la cúpula va a ser una curatoría casi museográfica porque lo que queremos es conservar ese evento de fresco policromado, que es lo que nadie ha visto. Esa obra pictórica se va a consolidar, se va a mantener como en Europa”, dijo.

Puntualizó que hasta hace poco la obra se veía en el fondo blanca y amarilla, muy diferente a la que finalmente quedará restaurada. “Esto es totalmente policromado, que es lo que va a ser la gran diferencia cuando acabemos de consolidar esas pinturas y de restaurar esos frescos que hay en la cúpula”, indicó el preservacionista, quien, además, dijo que la obra hay que contextualizarla en el momento histórico en que fue desarrollada.

“A mediados del 19, la monarquía de Isabel II estaba en crisis y España le dio el énfasis a Puerto Rico porque era lo único que estaba quedando de las colonias en Hispanoamérica. Estos proyectos buscaban afianzar la presencia de la corona en lo poco que le quedaba en América”, indicó para subrayar que este proyecto era sumamente importante por el dinero y el esfuerzo invertido en un momento tan crítico.

Destacó también la inversión en mano de obra y materiales que se utilizaron en la escalera y la cúpula del palacio. “Aquí tuvo que haber venido un equipo de trabajo artístico, de artesanos en la escultura. Eso aquí no lo había”, explicó Ojeda. 

“Puerto Rico no estaba en una posición de poder económico como lo estuvo Cuba. Esto que vemos aquí es normal en cada palacio en La Habana, pero nosotros tenemos que asumir nuestra historia, añadió.

Subrayó además, que es el único edificio en Puerto Rico del siglo 19 con láminas de oro y con ese tipo de ornamentos. “De esa época no creo que haya una comparable”, dijo el arquitecto, quien destacó que la información sobre las obras realizadas en La Fortaleza en el siglo 19, es escasa.

El administrador de La Fortaleza, Harold González Rosado dijo, por su parte, que esperan que las obras de remozamiento estén terminadas a finales de este año o principios del próximo.

El funcionario indicó que un informe reciente preparado por la Escuela de Arquitectura de la Universidad Politécnica estableció que la riqueza arquitectónica de la cúpula había sido “sepultada” a través de los años con pintura plástica y distintas fibras que a través del tiempo habían cubierto los ornamentos.

Recordó que estudiantes de dicha institución junto a profesores descubrieron “Pan de Oro” oculto en la cúpula y la escalera, pero indicó que en estudios de 1987 y de 2003 se había documentado que había “láminas de oro” en la pieza neoclásica.

La investigación actual, sin embargo, reveló también la presencia de “Pan de Oro” tapado en las cuatro molduras del primer nivel de la escalera principal, dijo Gabriel Orozco, oficial de proyectos del área de administración. 

Orozco resaltó que no fue hasta hace apenas un mes que pudieron tener acceso a al estudio de 2003, comisionado por La Fortaleza a la firma Conservación, Inc. El estudio no figuraba en los archivos de la Mansión Ejecutiva y fue el propio arquitecto que supervisaba el proyecto, quien se los hizo llegar. 

Tanto Orozco como el Administrador de La Fortaleza hicieron un llamado de colaboración a las personas que posean información relevante a proyectos de restauración en el Palacio de Santa Catalina.

González Rosado dijo que la primera fase de la restauración de la cúpula tiene un costo de unos $148,000, suma que no incluye la restauración total de la pieza.

Además, de la restauración de la cúpula, desde 2013 se realizan obras de remozamiento en otras áreas de La Fortaleza, incluyendo la escalera de Capá Prieto que da acceso al interior de la residencia, que ya fue reparada a un costo de $150,000. 

También se hacen reparaciones en el Salón Ratán, las galerías del segundo piso, así como en las puertas y ventanas, a un costo de unos $3.8 millones, de los cuales el 75 por ciento provienen de unas propuestas de fondos federales de la Agencia Federal para el Manejo de Desastres (FEMA por su sigla en inglés).