Detrás de las cifras de mortalidad está el sufrimiento de un pueblo. 

El doctor Domingo Marqués, uno de los coautores del Estudio sobre la Mortalidad en Puerto Rico luego del huracán María, elaborado por la escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard, en colaboración con las universidades Carlos Albizu y la Escuela de Medicina de Ponce, opinó que el gobierno utilizó un protocolo regular para una situación extraordinaria al contabilizar las muertes relacionadas al paso del fenómeno atmosférico.

La encuesta, que fue realizada al azar en 106 barrios y que cubrió a 3,299 hogares y a 9,522 personas, reveló que, entre el período del 20 de septiembre al 31 de diciembre del 2017, fallecieron al menos 4,645 víctimas a consecuencia del paso del huracán lo que representa una cifra superior a la reportada por el gobierno, que solo reconoce 64 muertes. 

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“El énfasis de nosotros no es el número que nos dio de 4,645; creemos que pudiera ser más alto... todos los estudios que han sacado y el de nosotros se aleja mucho más, todos han sido mucho más altos que el número oficial y eso, pues, no me sorprende”, expresó Marqués.

A su juicio, el gobierno utilizó un protocolo regular limitándose a contabilizar solo los cuerpos que llegaron a las funerarias o al Negociado de Ciencias Forenses. Sin embargo, reveló que mediante la metodología de la encuesta lograron recoger información hasta de los cadáveres que no llegaron nunca al conocimiento de las autoridades por diversas causas. 

Durante esos meses, manifestó Marqués, la ciudadanía sufrió por la falta de electricidad, la pérdida de infraestructura, de agua potable, inundaciones, problemas de seguridad y la falta de comunicación. 

El también catedrático asociado del Programa Doctoral de Psicología Clínica de la Universidad Carlos Albizu, utilizó como ejemplo la isla municipio de Culebra donde no había una farmacia disponible ni siquiera para comprar medicamentos para la hipertensión. 

Entre los hallazgos también se menciona en el renglón de la salud, los problemas que confrontaron los ciudadanos para utilizar su equipo respiratorio, la falta de acceso a las clínicas por las carreteras incomunicadas; instalaciones cerradas; la falta de médicos disponibles, el Sistema de Emergencias 9-1-1 no funcionaba y la crisis que vivieron los pacientes renales que no se podían dializar. 

“El puertorriqueño estuvo expuesto a muchísimas pérdidas y a muchísimos traumas que contribuyeron a la alta mortalidad; como decimos, no fue el viento y el agua lo que mató a la gente. La mortalidad estuvo impactada, definitivamente, por esos niveles de sufrimiento”, comentó el experto. 

El estudio, que culminó en febrero de este año, fue publicado en la revista The New England Journal of Medicine tras una evaluación rigurosa que incluye al Instituto de Revisión Científica, aclaró el doctor Marqués en respuesta a los cuestionamientos de la metodología utilizada. 

“Escuché que el comentario negativo vino de parte de (Héctor M.) Pesquera (secretario del Departamento de Seguridad Pública, DSP) que dudo que haya leído el artículo; por lo tanto, creo que quizás confunde las encuestas de la política con un proceso de encuesta con un 95% de confiabilidad y la manera en que se hizo, quizás eso no es lo de él”, respondió. 

De hecho, aclaró que el gobierno no les facilitó los datos del Registro Demográfico de mortalidad del año pasado por lo que tuvieron que utilizar las estadísticas del 2016 de los meses de septiembre a diciembre para asumir que esa era la cifra promedio. 

“Nosotros lo que usamos fueron los niveles de mortalidad de septiembre y diciembre del año 2016 que estaban disponibles y entonces asumimos y pensamos que iba a haber unos números similares en el 2017 y esas muertes no las contamos como parte del estudio, sino que entendimos que ese era el nivel de mortalidad que había en Puerto Rico, el esperado y solamente contamos las muertes por encima de eso”, comentó Marqués. 

La meta del estudio es que el gobierno lo pueda utilizar para su Plan de Continuidad y así tener a la mano datos más precisos sobre las necesidades particulares de cada comunidad en caso de otra situación de emergencia y puedan redistribuir mejor sus recursos y los refugios para evitar la pérdida de vidas.

Marca diferencias

El titular del DSP, Héctor M. Pesquera, opinó -por su parte- que el análisis de la Universidad de Harvard no cuenta con una base científica y que el informe encomendado por el gobierno de Puerto Rico a la Universidad George Washington en febrero pasado, “viene con una metodología distinta”. 

“En algún momento dado estoy seguro que George Washington se va a poner al tanto con ellos y van a tratar de convalidarlos. Pero una encuesta no es lo mismo que una base científica, que es lo que está llevando a cabo el George Washington”, dijo Pesquera.

Mientras, el gobernador Ricardo Rosselló dijo dar la bienvenida a cualquier estudio que ayude a que Puerto Rico se prepare mejor para un evento atmosférico.

Octubre

A principios de mes, específicamente el día 2, el presidente estadounidense Donald Trump visitó la Isla. En ese momento, el gobernador Ricardo Rosselló le informó –frente al país- que la cifra de fatalidades relacionadas al huracán María era 16. 

Al día siguiente, el primer ejecutivo corrigió el número a 34 y el día 10 de octubre la cantidad cambió a 43, según el secretario de Asuntos Públicos de La Fortaleza, Ramón Rosario Cortés. Entre los nuevos casos estaba un paciente con una infección cuya operación tuvo que aplazarse y por complicaciones falleció. En ese momento, más del 84% de país carecía de energía eléctrica. 

La senadora Rossana López presentó una medida para investigar la cifra real de muertes por el fenómeno atmosférico, por la información “contradictoria y falta de confiabilidad de las estadísticas”.

Noviembre 

En una investigación de Primera Hora, que incluyó un sondeo con varias funerarias de todas las regiones de la Isla, se reveló que la mayoría de ellas habían duplicado sus servicios de embalsamamientos y cremaciones desde el 21 de septiembre al 6 de noviembre.

Al día siguiente, el Registro Demográfico certificó que en solo en un periodo de 10 días posteriores al paso del huracán ocurrieron 35 muertes más que el promedio diario de decesos registrados el resto de ese mismo mes.

Mientras tanto la cifra oficial de muertes, vinculadas a María, continuaba siendo 55, incluyendo tres suicidios y cuatro casos de leptospirosis. 

“La realidad es que no es normal y tenemos que saber que hubo un fenómeno y que ese es el hecho concreto... la realidad es que cuando uno ve los datos, uno ve un aumento”, dijo el demógrafo José López a preguntas de Primera Hora.

El 20 de noviembre, CNN reportaba que podía haber entre 500 a 1,000 muertes relacionadas a María.



Diciembre 

el New York Times reportó que en los 42 días posteriores al huracán se reportaron en Puerto Rico 1,052 muertes más de lo habitual, en comparación al mismo periodo de tiempo entre los años 2015 y 2016. La cifra oficial de fallecidos, según el Gobierno, se mantenía en 64.

Febrero

El gobernador Rosselló anunció que la Escuela de Salud Pública del Instituto Milken, de la Universidad de George Washington, tendría a su cargo el estudio para revisar las muertes asociadas -directa o indirectamente- al huracán María. El análisis sería del 1 de septiembre de 2017 al 28 de febrero de 2018.

Mayo 

La Universidad de George Washington pide más tiempo para estudiar las muertes por el huracán.

ayer, la Universidad de Harvard publicó un estudio en el cual informa que ocurrieron 4,645 muertes asociadas a María, de septiembre a diciembre de 2017.