Aunque el paso de la tormenta tropical Elsa fue distante al sur de Puerto Rico, los vientos y el oleaje que le acompañaron se dejaron sentir en el área sur de la Isla durante este sábado. Sin embargo, eso no fue un problema para muchas personas que decidieron aprovechar la jornada para acercarse a la costa a dar un paseo, aprovechando el fresco que llegaba con los vientos asociados al fenómeno atmosférico.

En el área de la Playa de Ponce decenas de familias, parejas y grupos de amistades se acercaron por momentos a disfrutar el fresco bajó los árboles de la playa, donde el oleaje estaba más agitado de lo usual, aunque sin llegar al nivel de las marejadas que han provocado otras tormentas.

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Algunas pocas personas adentraban al agua, ignorando el peligro que supone bañarse en el mar en condiciones de oleaje como esas.

La mayoría, sin embargo, se mantuvo fuera del mar, respetando la exhortación de las autoridades de evitar exponerse a los peligros del oleaje.

“Yo soy del centro, de Aibonito, y lo que pasa es que las muchachas vinieron de allá afuera y quisieron venir a dar una vuelta. Vimos que el tiempo había mejorado un poco, y nos tiramos. Pero no quiere decir que nos vamos a quedar mucho rato, porque el tiempo es variable. So, no podemos fiarnos como se dice, ¿verdad?”, comentó María Luciano.

Recorrido por el área del sector El Tuque tras el paso de la tormenta Elsa.
Recorrido por el área del sector El Tuque tras el paso de la tormenta Elsa. (David Villafañe Ramos)

“No quiere decir que nos vamos a descuidar y vamos a permanecer mucho rato, pero también debido al encerramiento con la pandemia y todo eso, pues, estos tiempos así invitan también a que uno explore, salga a explorar y pues, estamos aquí, mirando un ratito y pronto ya nos regresamos”, agregó Luciano, cuya familia descansaba a la sombra de una uva playera, mojándose los pies a la orilla del mar.

Luciano dijo que estaban aprovechando para “coger un poco de fresco”, porque parte de la familia regresaba el domingo al estado de Nueva York. Admitió que acercarse a la costa “en parte es un atrevimiento” porque “el tiempo es impredecible”, pero aseguró que se mantenían atentas a las advertencias y sin descuidarse.

“Vinimos a dar la vuelta. Pero no nos vamos a meter al mar. Nada de eso. Solamente observar un poco y mientras (el mar) va subiendo, nosotros vamos alejándonos”, agregó Luciano.

El veterano Julio González estaba aprovechando el fresco para darle un paseo a su perrita rescatada, pero expresó preocupación por la gente que se estaba metiendo al mar, incluyendo a extranjeros que no conocen del lugar y cómo se comportan las playas con el oleaje.

“Yo no vine a bañarme. Vine a sacarla a pasear (a la perrita). Pero estoy consciente de la situación (climática), por eso estoy de lejos (de la orilla)”, comentó González.

Recorrido por el área del sector El Tuque tras el paso de la tormenta Elsa.
Recorrido por el área del sector El Tuque tras el paso de la tormenta Elsa. (David Villafañe Ramos)

El hombre sostuvo que acudió a la playa pensando que no encontraría mucha gente, para así poder pasear a la perrita de manera más segura, aunque se encontró otra realidad.

“Tenemos que estar conscientes del ambiente. Vivimos aquí y ya hemos pasado por (el huracán) María y otros fenómenos naturales”, agregó, resaltando que está pendiente a las informaciones y por eso se mantiene a distancia del agua, “por seguridad”.

“Hay turismo. Aquí veo que hay turistas. Y no los orientan. No veo oficiales que le puedan transmitir mensajes ni nada. No hay ‘sings’ (letreros) ni nada”, comentó González en tono de preocupación, añadiendo que tampoco hay salvavidas en esa playa o algún otro tipo de personal de seguridad.

Agregó que él mismo se encargó de alertar a unos extranjeros para que no se metieran al mar, pues no sabían siquiera que el oleaje se debía a que estaba pasando el huracán por la zona, aunque a bastante distancia.

Sin embargo, más allá de esos esporádicos bañistas, la mayoría de los visitantes se mantenían a distancia segura en la orilla, disfrutando el fresco del viento que apaciguaba el intenso calor, pero sin retar el oleaje, que deberá ir cediendo a medida que Elsa se alejaba de Puerto Rico, camino a República Dominicana, Haití y Cuba, que se anticipa estarán sintiendo el impacto del fenómeno atmosférico en las próximas horas.