Una gran cantidad de vida marina, incluyendo manatíes, corales y hasta manglares, fueron seriamente amenazadas cuando un grupo de personas recién festejó una fiesta de espuma en el Cayo Matías, en Salinas.

En un vídeo que se ha vuelto viral en las redes sociales y que ha generado un sinnúmero de reacciones y comentarios, se aprecia un grupo de varias decenas de personas en la fiesta en el área natural, con bebidas en mano, disfrutando de la espuma que era expulsada desde una embarcación.

Precisamente, es la combinación de elementos que se incluyó en esta fiesta, observó el oceanógrafo William Hernández, que puso en jaque los organismos y el flujo de agua del cayo, pues más que la espuma, el hacinamiento de personas, las descargas de las embarcaciones, el colocar una tarima en el mar y las bebidas alcohólicas consumidas en el lugar arriesgaron el bienestar ambiental del área.

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“Más que el efecto (de la espuma), es la combinación de efectos que se ven aquí”, analizó Hernández al indicar que esto es un mal que, también, se observa en otros cayos, como Cayo Caracoles de La Parguera, en Lajas.

Al estar demasiado cercano a la costa y en aguas llanas, la entrada y salida de embarcaciones, como las que se utilizaron en esta fiesta, cicatriza la vida marina y, donde una vez vivía un ecosistema específico, se aposenta arena. A esto, se suma la gran cantidad de personas pisoteando el fondo marino y los desechos producto del consumo de bebidas en el agua.

Entretanto, para conocer los riesgos, si alguno, de la espuma utilizada, habría que estudiar la composición de la misma, sostuvo Hernández.

“Son áreas naturales que necesitan un flujo y reflujo constante para mantenerse. Si tienes eventos como este y, adicional a eso, echar espuma, descargas de bote, bebidas alcohólicas, todo eso que tiras al mar que, a veces se da por sentado, tiene un impacto agudo, inmediato para esos organismos allí cerca en el área del manglar y la vida marina”, reiteró el también investigador en el Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) de la Universidad de Puerto Rico (UPR).

El Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) catalogó el Cayo Matías como un área terrestre protegido en un mapa creado en el 2018. Por su parte, la meteoróloga Deborah Martorell lo describió como “una reserva natural y zona recién designada como hábitat crítico de manatíes a nivel federal”.

“Efecto crónico”

Las actividades de esta índole van en crecimiento desde el 1994, detalló el DRNA en un panfleto que publicó en su página web en el 2015. Para aquel entonces, la actividad náutica indiscriminada en áreas protegidas, específicamente en el Cayo Matías, había provocado la “degradación y fragmentación de los hábitats bénticos en aguas someras, como las hierbas marinas”.

Es por esto que la agencia debería ser más rigurosa a la hora de evitar estos acontecimientos, opinó Hernández.

Según el científico, el DRNA debería adoptar una estrategia similar al Negociado de la Policía de Puerto Rico (NPPR) que, de cara a fines de semanas festivos, aumentan su patrullaje; esto lo debería replicar el Cuerpo de Vigilantes, consideró.

“Debe haber (más patrullajes) en estas áreas naturales que queremos proteger. Por eso se designaron áreas naturales: queremos tener una mayor rigurosidad en esas inspecciones que se hacen, ese patrullaje que se hace para dar el ejemplo de que se puede hacer algo. Más que en la parte regulación, es la parte en hacer valer es reglamento en el que el Departamento ha fallado. Debe comenzar en estas áreas naturales”, puntualizó.

Sin embargo, la secretaria del DRNA, Anaís Rodríguez Vega, les dijo hoy a los medios de comunicación que el Cuerpo de Vigilantes no da abasto en todo Puerto Rico para evitar que se cometan crímenes ambientales. Por ende, la titular hizo un llamado la ciudadanía a emitir confidencias y publicar vídeos para así identificar a los responsables.

Mientras tanto, la titular certificó que el responsable de la fiesta en el Cayo Matías ha sido identificado y será citado para comenzar el proceso de imposición de multa.

“A largo plazo, es el efecto crónico. Tenemos que enfatizar la parte de la educación y, aparte, también que haya multas y se cumpla el reglamento que no puede haber embarcaciones tirando cosas al mar”, manifestó Hernández.