ORLANDO, Florida – La práctica de abuelos viajando desde Puerto Rico a Florida para colaborar en el cuido de sus nietos podría ser una nueva modalidad de migración temporera con implicaciones socioeconómicas que debería estudiarse, dijo la demógrafa Judith Rodríguez.

“Cuando venía en el avión a Florida, me encontré con varias personas que como yo viajaban para acá a cuidar nietos y hay que ver si estamos ante algo nuevo”, dijo la demógrafa quien estuvo en este estado, precisamente, ayudando a su hija con el cuido de sus nietos.

A seis meses del devastador paso del huracán María por Puerto Rico, evento que catapultó la migración de boricuas, un proceso que ya venía ocurriendo en una alta tasa desde aproximadamente el año 2006 cuando se agudizó la crisis fiscal de la Isla.

“El cuido en Florida es muy caro. Mi hija llegó a pagar $1,000 mensuales por dos hijos. Por eso estoy observando esta dinámica de abuelos como yo, ‘baby boomers’, que estamos viajando con cierta frecuencia y al venir pues gastamos acá nuestro dinero ya sea en compras regulares o porque venimos acá a buscar los servicios médicos que empiezan a escasear en Puerto Rico”, agregó.

Se estima que en Florida vive más de un millón de puertorriqueños, cifra que no considera los miles que han llegado tras el paso del huracán María. La cifra actualizada se conocerá cuando el Censo actualice la cifra, aunque cálculos  preliminares de varias entidades coinciden en que en este estado se han establecido de forma permanente entre 50,000 y 60,000 boricuas.

“Pronto, venir a Florida va a ser como ir de San Juan a Ponce”, comentó.

La demógrafa recordó que en los procesos migratorios operan dos fuerzas, las de empuje y las de atracción. Dijo que, en Puerto Rico, los factores de empuje (los que hacen que la gente se vaya) fueron por varios meses la falta de electricidad, agua y otros servicios.

“Pero esos factores de empuje ahora se han transformado en otros como las pensiones que se reducen, los servicios médicos que escasean, la electricidad que sube, servicios públicos que siguen deteriorándose. La gente se cansa de pagar contribuciones para ver que las cosas no mejoran y eso hace que se vayan”, dijo.

“No es uno solo, es la suma de esos factores. Yo hasta me he preguntado si existe una política pública implícita para que la gente se vaya pues se están tomando decisiones cuyo resultado va a acentuar la emigración”, reiteró.