El grupo tortuguero Siete Quillas denunció que desconocidos vandalizaron un nido de tinglar durante horas de la noche del martes y la madrugada del miércoles en la playa de Ocean Park, cerca de la calle Gertrudis.

Hilda Benítez, fundadora y directora ejecutiva de la organización indicó que el nido es de una tortuga a la que el grupo ha bautizado como Deborah –en honor de una de las voluntarias de la entidad-, y que estuvo involucrada en un incidente en el que unas turistas interfirieron con ella y le impidieron desovar el pasado 16 de junio. La organización pudo establecer específicamente de que animal se trata ya que tiene una chapa de identificación en una de sus extremidades traseras.

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“Ese nido es de la tinglar Deborah. Esa noche que fue la del lunes (16 de junio), como a las 8:30 de la noche, ella intentó entrar al área de Condado, entre el hotel La Concha y Mariott y fue interceptada por unas turistas, y hay unas fotos de una de las turistas, montada casi encima de ella. ¿Y qué pasó? Pues se desorientó, se asustó y se regresó al mar. Y como a las cuatro horas, como a la 1:30 de la mañana entró de nuevo pero en Ocean Park, en la calle Gertrudis. Entró directo, dejó su nido y se fue directo. Ese nido se marcó, se verificó que los huevos estaban ahí. Estaba en un área segura que no había que relocalizarlo y se le colocó doble perímetro, porque estamos en una playa pública. Está demarcado y rotulado. Y ese mismo nido, con esos pobres huevos que estuvo a punto de abortarlos por el mismo incidente, resulta que fue vandalizado esta madrugada", relató la activista.

A pesar de la estricta regulación estatal y federal contra la intervención con especies protegidas, las turistas se marcharon de la Isla con una orientación del grupo, aún cuando se radicó una querella por el incidente.
A pesar de la estricta regulación estatal y federal contra la intervención con especies protegidas, las turistas se marcharon de la Isla con una orientación del grupo, aún cuando se radicó una querella por el incidente. (Suministrada)

Benítez explicó que en la madrugada del miércoles varias personas arrancaron las demarcaciones del perímetro del nido y pisaron el nido. “No escarbaron pero entraron al área que está protegida”.

La activista detalló que el nido en cuestión es el quinto nido de Deborah esta temporada y uno de diez que la organización tiene bajo su monitoreo desde que comenzó la temporada de anidaje de los tinglares en marzo. Benítez recordó que los tinglares viajan extensas distancias para anidar en las mismas playas donde nacieron y específicamente, en el área de Ocean Park, la organización -que tiene un acuerdo de comanejo con el DRNA- tiene que tomar medidas extraordinarias para lograr que esta especie protegida logre su reproducción exitosa, ya que se trata de una playa pública, que está abierta al público 24/7, hay una gran contaminación lumínica y el fujo de turistas es constante.

Esto se suma al desconocimiento de los visitantes –algunos procedentes de lugares en los que ni siquiera hay playas- sobre la importancia de la especie y el estado de peligro en el que se encuentra la misma.

Ese fue el caso de las dos turistas que intervinieron con la tinglar Deborah el 16 de junio pasado y que dijo, se marcharon al día siguiente, sin que se tomara siquiera acción alguna contra ellas, aunque se llegó a radicar una querella sobre el incidente. Explicó que las turistas se encontraban en la playa cuando la tortuga salió, y corrieron hacia esta, la alumbraron con una linterna, comenzaron a acosarla “y a ponerle las piernas encimas, y no la dejaban salir”.

Relató que las turistas se fueron de la Isla con una orientación de voluntarios de la organización y abogó por esfuerzos como rotulación en lugares claves como el Aeropuerto Internacional Luis Muñoz, las playas de la zona y los hoteles donde estos turistas pasan sus vacaciones, orientando sobre la presencia de especies protegidas en la zona, los riesgos de intervenir con estas y las penalidades, tanto estatales como federales a las que se exponen las personas que incurran en esa conducta.

Benítez señaló que es el primer incidente de vandalismo a un nido de tinglar en la zona en la actual temporada, pero no es la primera vez que ocurre. Recordó que hace dos meses se realizó una siembra en la zona costera, en la que participaron voluntarios del programa Sembrando Futuro, del Poder Judicial, junto al doctor Robert Mayer, del programa de Vida Marina de la UPR Aguadilla, y al día siguiente, desconocidos arrancaron las plantas que fueron sembradas.

Añadió también que durante la Noche de San Juan, varias personas utilizaron vehículos Can-Am y motoras en la zona costera.