Comerío.- El hombre que por los pasados siete meses dormía en su vehículo frente al cuartel de la Policía en este pueblo ya tiene una vivienda asignada, luego que aceptara el ofrecimiento que le hizo la Administración de Vivienda Pública (AVP).

Ángel Luis Bermúdez, de 77 años, utilizaba su guagua Toyota 4Runner como dormitorio desde el mes de febrero de este año, a pesar de que muchos de sus compueblanos, así como el gobierno municipal, intentaron ayudarlo.

El administrador de la AVP, Gabriel López Arrieta, expresó que “inmediatamente me enteré de la situación en la que fue encontrado a Ángel, me comuniqué con personal del área de Selección y Ocupación para que iniciarán una investigación del caso y hoy Ángel tiene una vivienda asignada”.

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A pesar de que muchos vecinos de Comerío sabían ya de la situación de Bermúdez, su caso cobró notoriedad anoche cuando este medio reseñó su problema.

López Arrieta aseguró que al hombre ya se le había asignado una vivienda el pasado 22 de julio, pero no aceptó el beneficio ya que tenía que pagar $158.00 de mensualidad. 

Sin embargo, vecinos de Comerío aseguraron a este medio que el hombre decía que no aceptaría ninguna oferta del gobierno porque le iban a robar su dinero.

“Él coge Seguro Social. Él tiene chavos, pero no se quiere ir para ningún lado porque dice que le robarán y le quitarán todo su dinero”, expresó una comerieña que se refugió en la misma escuela que el septuagenario y que prefirió no ser identificada.

“Esperamos que Ángel acepte la unidad que se le asignó en el Residencial Manuel Martorell, en Comerío, para que pueda gozar de una vida digna, tal cual todo ser humano merece", concluyó López Arrieta en declaraciones escritas antes de saber que el septuagenario había aceptado el ofrecimiento hecho por su oficina. 

Pobreza rampante en Comerío

El aviso de tormenta tropical por Puerto Rico sacó a relucir el nivel de pobreza en el que viven varias familias comerieñas. Mientras Angel Luis Bermúdez dormía en su guagua desde hace siete meses, dos jóvenes madres, que acudieron al refugio de la escuela Claudio Ferrer Cotto, también clamaban por un hogar digno para sus hijos ya que aseguraban viven en condiciones infrahumanas. 

Según comentó Johana González, del barrio Palomas de ese municipio, su casa está prácticamente cayéndose. Aseguró que su casa es de madera y zinc y tiene más de 80 años de construida. 

“Está sumamente deteriorada y yo tengo cuatro hijos, uno de ellos es impedido”.

“Solicité residencia en un residencial público en el 2002, pero no se le da prioridad porque sale que tengo una residencia y como ellos no salen a investigar qué tipo de residencia es y en qué condición está y supuestamente la solicitud era de emergencia porque mi nene es impedido y no se puede tener en esas condiciones, pues he estado esperando y nada”, comentó la ama de casa.

González enfatizó que su niño tiene autismo, esquizofrenia, agresividad compulsiva y déficit de atención.

La joven madre clama por la ayuda de las autoridades ya sea con una residencia o con materiales para reparar su humilde hogar.

Con mucho pesar aceptó que hay muchas personas que tienen mayor necesidad que ella y su familia y es por eso que sigue pacientemente esperando.

“Hay personas con mayores necesidades que yo que duermen en los carros o debajo de los puentes y aunque mi casa se está cayendo, pero por lo menos hay una casa”, dijo.

Con una situación similar, Marilyn Cruz González, también llegó anoche al refugio de ese pueblo bajo amenazas del Departamento de la Familia de que si no abandonaba su humilde hogar, le removerían sus dos hijos menores de edad.

La residente del barrio Cedrito, madre de una jovencita de 11 años y un niño de 5 años, indicó que lleva tres años viviendo en una casa en condiciones infrahumanas y que espera por las autoridades gubernamentales para que le ayuden a poderle dar a sus hijos un hogar de mejor calidad.

“Yo soy madre soltera y las condiciones en mi hogar no están aptas para mis hijos. La casa no sirve para nada, es de madera y de zinc, el piso está totalmente deteriorado que no sirve para nada. Ahora mismo, hace como dos semanas atrás, yo estaba bañándome con mis nenes y como el chorro de la ducha está constantemente cayendo en el mismo lado, creó un roto que pudrió el panel y si yo no me aguanto de la puerta del baño, caemos todos abajo”, relató la joven madre.

“Ahora mismo en mi casa hay ratones, ratas. Hace como par de meses atrás una rata mordió a mi nena y la tuve que llevar al hospital, ya que me imagino que una mordedura de rata es mortal”, agregó González.

Por su parte, Jorge Rodríguez, director regional del Departamento de la Vivienda en Bayamón, quien se encontraba en el refugio donde pasaron la noche las madres que claman ayuda, indicó que las orientó para que pasaran a la mayor brevedad posible a las oficinas de esa dependencia gubernamental para indicarles los programas a los que podrían aplicar para la reparación de sus hogares.

“Yo les dije que pasaran por la oficina para indicarles cómo es que funciona el programa, cuales son los requisitos del programa. Una vez ellas nos traigan la documentación necesaria, pues entonces nosotros pasamos a hacer una inspección, verificamos cuáles son las cosas que necesitan para poder normalizar la situación allá en la casa”, aseveró Rodríguez.

El funcionario indicó que las ayudas no deben tardar, siempre y cuando el participante coopere.

“Mientras más rápido traigan la documentación, más rápido puede empezar el proceso”, concluyó.

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