Cada día se hace más énfasis a la importancia del ejercicio y de una alimentación sana como parte del autocuidado. Son muchas las personas que vemos ejercitándose bien sea caminando, corriendo bicicleta o pedestre y en los diferentes gimnasios. Se ha comprobado que el hacer ejercicio hace que se liberen endorfinas, hormonas que traen un sentido de bienestar al ser humano. Todas las actividades en pro del desarrollo de un cuerpo y una mente sana son beneficiosas cuando se mantiene el balance adecuado.

Cuando el ejercicio se convierte en una obsesión y se pierde el balance deja de ser beneficioso. Cuando se convierte en un problema en las relaciones con otros, cuando nunca se está conforme con la musculatura que se adquiere podríamos estar confrontando lo que se conoce como dismorfia corporal.

La dismorfia corporal es descrita como un trastorno mental en el que la persona se obsesiona por el ejercicio y el desarrollo muscular hasta llegar a niveles patológicos. La persona que lo padece regularmente comienza haciendo ejercicios de forma balanceada pero con el pasar del tiempo y aún viendo cambios en su cuerpo se sienten “enclenques” y con un cuerpo que necesita más y más musculatura.

Para las personas con este trastorno no solo el hacer ejercicio es excesivo es importante, sino también llegan las dietas exageradas y el consumo de productos para definir su cuerpo. Esto a largo plazo podría causar detrimento de la salud física y emocional de la persona.

Aunque es una condición que puede estar presente tanto en hombres como en mujeres, la predisposición mayor se encuentra en los primeros. Baile (2005), reporta que las mujeres sienten más inconformidad con su imagen corporal mientras que las obsesiones se dan más en los hombres.

Según salud.maphre.es, dentro de las características que se dan en las personas que lo padecen se encuentran:

1. Dependencia de la actividad física afectándose la relación con familia y amigos.

2. Tolerancia a la actividad física. Se invierten horas excesivamente en trabajar su cuerpo, especialmente el torso y los brazos.

3. Estado de malestar emocional y ansiedad si la persona lleva más de 24 horas sin realizar la actividad física.

Las personas que presentan este trastorno podrían estar confrontando problemas con su autoestima y/o usar el ejercicio intenso como una forma “aceptable” de manejar la ansiedad. Lamentablemente para lograr el cuerpo deseado su calidad de vida se ve afectada al igual que su salud física.

El patrón del sueño se afecta bien sea por los suplementos utilizados o por que sacan el tiempo de donde sea para trabajar su cuerpo.

Otras condiciones de salud pueden asociarse con la sobre carga que recibe el cuerpo por tanto de fuerza física ( desgastes físicos, desgarres musculares, entre otros).

El uso frecuente y desmesurado de anabólicos, proteínas y hasta bebidas energizantes para poder mantenerse alertas y en pie luego de tanto esfuerzo físico pueden traer consecuencias nocivas a la salud

Estudiosos asocian la Dismorfia Corporal, Vigorexia o Complejo de Adonis (nombres utilizados) con el trastorno obsesivo compulsivo.

El hacer ejercicios es necesario para mantener nuestra salud pero no puede ser el centro de nuestras vidas. No puede la obsesión por el cuerpo manejar nuestro diario vivir ni afectar la relación con otros.

Si usted siente que está pasando por esto, busque ayuda, no espere que su salud este en riesgo.

Si desea coordinar una cita con la Dra. Ingrid Marín Espiet, Psicologa Clinica Licencida en su oficina localizada en el área metropolitana puede comunicarse al (787) 222-4999.