Sé lo que estás pensando…Es muy posible que el “mejor” para ti no necesariamente es el “mejor” para mí.

Bienvenidos al mundo de lo relativo. Todo es de acuerdo al cristal con que se mire, y los cristales aquí son de todo tipo y color.

El voto se da por muchas razones. Hay quienes votan por tradición; otros por convicción; algunos con pasión, otros por conveniencia; hay quienes votan por una imagen, mientras otros buscan contenido. Pero pienso que, al fin y al cabo, los que determinarán si ganamos con humildad o perdemos con dignidad seremos nosotros, y no los candidatos en cuestión.

Luego de que todo pase, regresaremos a los trabajos, las universidades y a las reuniones con familiares y amigos. Los resultados de las elecciones estarán en boca de todos. Habrá críticas y justificaciones, lloraremos las penas y brindaremos las alegrías. Pero lo que tenemos que evitar a toda costa, y esto se los pido de corazón, es dividirnos más y desearnos mal. Porque no importa lo que ocurra, no tenemos más alternativa que trabajar, estudiar, y sanarnos juntos. Lo único que podemos hacer es unir esfuerzos para echar el país hacia adelante en medio de esta crisis mundial que estamos viviendo.

Hoy se sabe que una de las características más importantes de la inteligencia emocional es la capacidad para la “empatía,” para podernos poner en la posición de otros e imaginarnos cómo quisiéramos que nos trataran si fuésemos ellos.

Si hay un momento en el cual la empatía es importante, es éste. Todos conocemos personas muy inteligentes, profesionales responsables y respetados quienes, sin embargo, al ganar o perder, se convierten en morones emocionales. Por eso nos toca a todos los demás darles la lección. Y esta lección se compone de cosas básicas, elementales, que hasta un niño puede entender. De hecho, la lista que voy a compartir con ustedes a continuación es parte del decreto de comportamiento de un equipo de béisbol de pequeñas ligas. Son reglas básicas que tienen el propósito de reconectarnos con lo mejor de cada uno de nosotros, eso que olvidamos cuando nos dejamos arropar por el miedo, el coraje o la envidia.

Vamos a procurar fortalecer nuestra inteligencia emocional esta semana y siempre:

–Nunca diciendo algo que puede herir los sentimientos de otros

–Felicitando a aquellos que han ganado

–Celebrando con humildad, jamás buscando humillar al que ha perdido

–Utilizando el sentido del humor, un estrechón de manos o un abrazo para sanar las heridas que pudieron haber nacido durante la campaña

–Tratando el ganar o el perder con la misma actitud positiva y buscando aprender algo en el proceso

–Reconociendo que todo pasa, y que el que gana hoy, de alguna forma va a perder mañana. Hagamos lo mejor del momento.

–Si eres empleado o empleada de gobierno, dando el cien por ciento de tu esfuerzo, no importa quien gane. Recuerda que tú no trabajas para un gobernador, un alcalde o una legislatura. Tú trabajas para tus padres, hermanos, tíos, sobrinos y vecinos. Ésa es tu gente.

Han sido muchas las ocasiones en las cuales he estado presente durante entrevistas, tanto en radio como en televisión, donde políticos se dicen hasta perro muerto en el aire, para, después que se apagan los micrófonos, salir a comer o a darse el traguito juntos. Ellos son blancos (o negros) y se entienden. ¿Por qué no podemos hacerlo nosotros?