Por tercera ocasión en cuatro semanas, me encuentro ante un sentimiento de luto al acercarme a escribir esta columna. 

En pasadas ediciones dediqué algunos detalles a las memorias de Elliott Castro y Tuto Marchand. Y durante el año, hemos visto partir a muchas figuras del deporte, tal cual lo hacemos nuevamente estos días por la partida del legendario narrador miembro del Salón de la Fama del Béisbol, Felo Ramírez.

La última vez que compartí con Felo lo hice en el Dodger Stadium en Los Ángeles. Ver y saludar a aquel hombre que caminó por los mismos caminos que ando Roberto Clemente, Hank Aaron y Dan Larsen.

Aunque cubano, era también puertorriqueño y me llenaba de gran orgullo. No había tampoco un mejor lugar donde verlo, allí compartiendo con Vin Scully y Jaime Jarrín, respectivamente, los narradores de inglés y español de los Dodgers, ambos venerados en Los Ángeles por sus respectivas carreras de sobre 67 y 50 años con dicha franquicia. En fin, tres glorias del micrófono que tal vez no serán igualados nunca en la historia.

Y sobre este último pensamiento, ese de lo inigualable que serán ellos, pienso también en esta terrible racha que tenemos de líderes, glorias o figuras del deporte que nos han abandonado. Lo conversaba con el historiador Jorge Colón Delgado. Qué terrible racha nos ha caído encima. Y Colón Delgado me dijo algo que es una dura realidad.

“Se nos están yendo figuras que eran grandes cuando nosotros crecíamos”, expresó.

Y así es. Figuras que formaron nuestro deportes, que estaban en las noticias en una época de gloria y que hoy día, se acercan al final de sus días. Ojalá y Dios nos regale por muchos años más a varios de ellos.