Soy amante de las palabras, eso no es ningún secreto. Entre mis palabras favoritas, se encuentra: GRACIAS.

Gracias, al igual que libertad, son palabras demasiado poderosas. Así que esta columna lo que pretende es invitarte a agradecer hoy y siempre.

Está científicamente probado que la gratitud tiene múltiples beneficios. Aquellas personas que tienen por costumbre agradecer cuentan con una mejor calidad de vida. Las personas agradecidas tienden a ser bondadosas, sencillas, compasivas, que ven la vida con una actitud positiva desde el agradecimiento y la humildad, potenciando la empatía. Además, la gratitud es la antítesis del pesimismo. Las personas agradecidas prestan atención a todas aquellas virtudes que poseen. Parecería que miran la vida desde la ilusión, mas no desde la queja.

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Ser agradecido tiene sus beneficios. Hay estudios que afirman que las personas agradecidas son más saludables y más felices. El Centro de Investigación de Conciencia de la Atención Integral de la UCLA, hizo un estudio que evidenció que cuando nos sentimos felices, nuestro sistema nervioso central se va modificando. Por tanto, practicar la gratitud genera felicidad en el ser humano. Robert A. Emmons realizó un estudio en la Universidad de California en Davis y su colega Mike McCullough en la Universidad de Miami, el cual reveló que las personas que habían estado practicando la gratitud tenían menos problemas de salud y rendían un promedio de 1.5 horas más.

El poder de la gratitud es genuinamente sorprendente. Practicar la gratitud constantemente puede tener un impacto positivo en nuestra vida y en nuestra salud mental y emocional. Cuando somos conscientes de las cosas por las que estamos agradecidos, cambiamos nuestra perspectiva y nos enfocamos en lo positivo en lugar de lo negativo. El mero hecho de abrir los ojos cada mañana, es motivo de agradecer.

La gratitud permite apreciar las pequeñas cosas de la vida y encontrar alegría en ellas. De hecho, la magia está en los detalles y cuando se es agradecido es muy fácil estar pendiente a ellos. También ayuda a cultivar relaciones más positivas, estables y saludables, ya que cuando expresamos nuestro agradecimiento hacia los demás, fortalecemos los vínculos y creamos un ambiente de aprecio mutuo. Verlo de esta manera, ya es ganancia.

Además, la gratitud tiene beneficios para nuestra salud física. Estudios han demostrado que las personas que practican la gratitud regularmente tienen un sistema inmunológico más fuerte, duermen mejor y tienen menos niveles de estrés y depresión. Por lo que me parece oportuno sembrar la semilla de la gratitud.

Muchas veces damos por hecho, que somos agradecidos. ¿Pero acaso te has puesto a contar las veces que das las gracias al día? ¿Es más lo que agradeces o lo que te quejas? Te invito a hacer un examen de conciencia.

Entonces, ¿cómo podemos cultivar la gratitud en nuestra vida diaria? Hay muchas formas de hacerlo. Podemos llevar un diario de gratitud, en donde anotemos cada día las cosas por las que estamos agradecidos.

También podemos expresar nuestro agradecimiento a las personas que nos rodean, ya sea verbalmente o a través de pequeños gestos de amabilidad. O incluso es hasta más fácil, todos los días al despertar adopta la costumbre de agradecer por un día más de vida, porque mientras haya vida y salud, hay miles de motivos para agradecer.

El poder de la gratitud nos permite cambiar nuestra perspectiva, fortalecer nuestras relaciones y mejorar nuestra salud. Así que, ¿por qué no comenzar a practicar la gratitud hoy mismo? No esperes al jueves, Día de Acción de Gracias, te invito a que sea una costumbre que practiques día a día.

¡Gracias por ser y estar!