En los talleres de redacción que ofrezco en las empresas, solemos hablar del buen uso del masculino y el femenino. Bajo este tema, cuando explico sobre el femenino de las profesiones, los participantes se quedan boquiabiertos.

Siempre que pregunto cuál es el femenino de cartero, me contestan: “la cartero”.

Lo mismo pasa cuando pregunto por otros femeninos de profesiones que terminan en ‘o’ en masculino, como médico, árbitro, bombero y músico. En todas las ocasiones, la respuesta que recibo suele ser la misma: “la médico”, “la árbitro”, “la bombero”, “la músico”.

¿Y qué pasa con otras profesiones que terminan en ‘o’ en masculino, como maestro y abogado?

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Ah, ahí me contestan “la maestra” y “la abogada”.

Entonces, ¿por qué con el maestro y el abogado sí se cambia la ‘o’ por la ‘a’ en el femenino, pero no ocurre lo mismo con las demás profesiones antes mencionadas? Cuando hago esta pregunta, no suele haber una explicación.

Y es que no hay ninguna explicación que dar.

Es bien sencillo: si una profesión termina en ‘o’ en masculino, por regla general termina en ‘a’ en femenino.

Por lo tanto, es correcto decir ‘la médica’, ‘la árbitra’, ‘la bombera’, ‘la música’ y… ‘la cartera’.

¿Pero la cartera no es el bolso que usan las mujeres?

También.

Las palabras pueden tener múltiples significados. Es un error pensar que un término solo puede tener una definición. Por lo tanto, en el caso de ‘la cartera’, puede referirse tanto al bolso como a la mujer que reparte cartas.

Lo que sucede con estas profesiones es que no hemos acostumbrado nuestro oído a escucharlas en femenino. Es una de las herencias que aún nos quedan de la época en que solo los varones ejercían muchos de estos oficios o profesiones. Esto, en nuestra sociedad actual, ya no es así. Existen médicas, carteras y árbitras, al igual que existen azafatos y secretarios (también conocidos como asistentes de vuelos y asistentes administrativos).

Hace un momento mencioné que “si una profesión termina en ‘o’ en masculino, por regla general termina en ‘a’ en femenino”. ¿Por regla general? ¿Es que hay excepciones? Sí, las hay, como con casi todas las normas existentes.

Las excepciones son ‘piloto’ y ‘modelo’. No es correcto decir “la pilota” ni “la modela”. En estos casos, se mantiene la ‘o’ al final de cada palabra, tanto en masculino como en femenino. Se dice ‘la piloto’ y ‘la modelo’.

Algo similar ocurre con los rangos militares. Por alguna razón que aún no comprendo, no se puede decir “la soldada”, ni “la sargenta”, ni “la caba”. Debe ser ‘la soldado’, ‘la sargento’ y ‘la cabo’.

Sin embargo, la última edición del ‘Diccionario de la lengua española’ hace una excepción con el rango militar de capitán. En este caso, la Real Academia Española reconoce como correcto el femenino ‘capitana’, con el significado de “Suboficial de graduación inmediatamente superior al cabo mayor e inferior al sargento primero”. La pregunta es: ¿por qué se feminiza con capitán y no con los demás rangos? Me encantaría entender la razón.

Estoy convencido de que, en el caso de los rangos militares, esto será algo que irá evolucionando con el tiempo y que muy pronto diremos, con toda naturalidad, que fulana es coronela o generala del ejército.

Cuando tengas dudas de cuál es el masculino o el femenino de alguna profesión, solo tienes que ir a la página de la Real Academia Española (www.rae.es) y buscar la palabra en el diccionario. Allí verás la forma correcta de decir y escribirla para ambos sexos.

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