Justo cuando se está a punto de lanzar a los empleados públicos en un pozo oscuro descuadrándole los poquitos chavos que devengan para cuadrar el presupuesto de un país en quiebra, el gobernador Ricardo Rosselló lo objeta y dice que está dispuesto a ir preso.

Bueno… en realidad no lo dijo así, en realidad forzaron sus palabras y casi se las ponen en la boca: “Si me meten preso, así sea”.

El problema cuando se está en la cancha de la política es que es “difícil” distinguir cuando se juega para las gradas y cuando se juega a pitcher y catcher.

Podríamos olfatear si se trata de estrategia política para rescatar el favor del pueblo, ya perdido debido a las leyes injustas aprobadas.

Mientras el Gobernador, muy arrojado, objeta la reducción de jornada, el presidente de la Junta de Control Fiscal (JCF), José Carrión, lo tira pa’l medio al revelar que en el plan fiscal que sometió había incluido la reducción de jornada. Eso abona a la intriga de por qué el Gobernador se niega a hacer público ese plan.

No obstante, el representante del Gobernador en la reunión de la JCF, expuso con vehemencia y pasión la oposición a la reducción.

Un periodista soltó una preguntita como quien no quiere la cosa: ¿Esto es un drama? O sea, “esto es puro teatro”, como diría la Lupe.

“Si esto es un drama, nos deben dar un Óscar”, le ripostó el funcionario.

¿Está el Gobierno dispuesto a desobedecer una ley opresiva y antidemocrática como es PROMESA, como hacen en este momento la comunidad de Tallaboa en Peñuelas en contra del depósito de cenizas? Se requiere de mucho valor y conciencia.

Partió el corazón y arrancó muchas lágrimas ver a mujeres y ancianos, enfermos con cáncer, contagiados con asbestosis, causados por los estragos de la CORCO, reclamarle a la Policía conmiseración y justicia, con impotencia, ante el acto inmisericorde del Gobierno de aprobar la ley que legaliza el depósito de cenizas.

Como dice uno de los carteles: “¿Le gustaría que se las tiren al lado de su casa, en La Fortaleza?”

Pues bien, desconocemos si el Gobernador dijo que iría preso de la boca pa’ fuera, pero no hay duda que él sabe los efectos devastadores que la reducción de jornada y el recorte de las pensiones tendrían sobre este pueblo.

“Nosotros tenemos la autoridad”, dijo Carrión con prepotencia. “Retrasar la decisión yendo a corte significará un aumento en reducción laboral”, advirtió.

Es el acorralamiento del pueblo que siente la misma frustración, la misma impotencia y la misma humillación que sienten los ciudadanos de Peñuelas.

La Ley PROMESA, creada por el Congreso y por virtud de la cual la Junta nos gobierna, tiene supremacía por encima de cualquier ley o derecho que garantiza nuestra Constitución, herida de muerte. Así nos lo recalcaron en el caso Sánchez Valle. Estamos sujetos a la Cláusula Territorial.

Nada... somos una colonia y ellos mandan y nosotros “obedecemos”.

Hace un tiempo, cuando Rosselló era solo un candidato, el exgobernador Aníbal Acevedo Vilá hilvanó un concepto: desobediencia gubernamental. Lo mencionó como una posible estrategia para combatir los desmanes de la Junta y proteger el capital de la Junta de Retiro, del Retiro de Maestros o cualquier otro fondo sensitivo. En este caso se trataría de negarse a legislar, ejecutar y reducir la jornada laboral.

Sería de impacto internacional el que un Gobernador y “una legislatura colonial” se negaran a obedecer a la Junta. Citarían al Gobernador y a los presidentes de ambos cuerpos legislativos al tribunal federal. Se les mantendría “detenidos” o restringida su libertad hasta que cumplan con el mandato de la Junta, que es el mandato del Congreso de los Estados Unidos. Citarían a los legisladores de mayoría y minoría, que también se negarían a tal atropello y también los meterían presos. Sería una sublevación de la colonia contra la metrópolis.

Entonces le tocaría a la Junta gobernar de frente, sin velos. Activaría la Guardia Nacional (si la obedecen), rodearían el Capitolio y La Fortaleza y derrocarían el gobierno colonial y.… nada.

Es solo un drama, pero si sube a escena, el éxito de taquilla está asegurado.

¿Por qué no?

And the winner is...!